En: Derechos Humanos
10 Ago 2010El presidente cubano ha incitado a la lucha enconada entre cubanos, al volver sobre la retórica de que no permitirán impunidad, cuando los que actúan de tal modo son la policía política y sus ayudantes de civil, verdeolivo o la misma policía que dice llamarse Nacional y Revolucionaria. De manera que
las calles están ahí, a la espera de la primera manifestación o inconformidad, a la escucha del silbato que sonará en los cuarteles del G2.
Impunidad, orden del general.
Agosto 10, 2010 por Luis Felipe Rojas
No bien el General Raúl Castro había terminado de pronunciar su discurso ante los legisladores cubanos el primer día de agosto y ya sus huestes se abalanzaban sobre más de una veintena de activistas de derechos humanos en la región oriental. Vino la caza indiscriminada. Todo con que no llegaran hasta Holguín, se acercaran a Banes a casa de Reina Tamayo o salieran de sus casas.
Los teléfonos para avisarnos de las detenciones no dejaron de sonar. Algunos pensaron en un Verano Negro.
Hubo varias reclusiones domiciliarias. Hubo golpizas a Annie Sarrión, Aurelio Morales Ayala, Martha Díaz Rondón y Gertrudis Ojeda Suárez cuando intentaban llegar a casa de la periodista independiente Caridad Caballero Batista en Holguín, la misma Caridad, su esposo e hijo menor fueron arrastrados y golpeados e intentaron arrebatarle una cámara fotográfica.
Omar Wilson que procedente de Moa intentaba llegar a casa de unos conocidos en Holguín sintió tan fuerte el operativo militar que no pudo evitar las sacudidas de la enfermedad que lo aqueja. Transitó desde la calle donde lo detuvieron al hospital y allí permaneció más de cuarenta y ocho horas en delicado estado de salud. Francisco Luis Manzanet, Carlos Manuel Hernández que lo trataron de socorrer y acompañar terminaron durmiendo dos noches en las frías celdas del G-2 de Holguín.
En otros casos los arrestos duraron hasta la tarde del 5 de agosto. Aún así ese mismo día en Santiago de Cuba cinco activistas más fueron detenidos antes que se manifestaran rememorando los trágicos sucesos del Maleconazo de 1994.
El presidente cubano ha incitado a la lucha enconada entre cubanos, al volver sobre la retórica de que no permitirán impunidad, cuando los que actúan de tal modo son la policía política y sus ayudantes de civil, verdeolivo o la misma policía que dice llamarse Nacional y Revolucionaria. De manera que
las calles están ahí, a la espera de la primera manifestación o inconformidad, a la escucha del silbato que sonará en los cuarteles del G2.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".