Wikibumerán y Wikileaks descubre la política exterior de EEUU

En: Opinión

5 Dic 2010

Los que esperaban revelaciones sobre actos ilegales cometidos por Estados Unidos se han quedado con las ganas. Incluso el título de portada con el que El País iniciaba, el pasado lunes, la publicación de los papeles de Wikileaks —La mayor filtración de la historia revela los secretos de la diplomacia de EU—, no corresponde a la realidad. Esos secretos lo siguen siendo, por el momento. En cambio, sí nos hemos enterado de la agenda oculta de varios países, empezando por España.



Wikibumerán


Por: Bertrand de la Grange


Madrid.Diciembre 5 de 2010

Washington mueve cielo y tierra para interrumpir la publicación de su acervo diplomático, pero los más perjudicados son otros.

Figuritas de terracota en un belén en Nápoles, Italia: Merkel, Assange, Obama, Berlusconi. (AP)

Se puede ver las filtraciones de Wikileaks de dos maneras. Para muchos, los cables del Departamento de Estado publicados esta semana por cinco periódicos son una prueba concreta de la injerencia del «imperio» en los asuntos internos del resto del mundo. Para otros, en cambio, esos documentos reflejan la seriedad del trabajo diplomático de la primera potencia mundial en su afán por defender sus intereses estratégicos, tanto políticos como económicos. Ambas lecturas no son necesariamente contradictorias, pero la primera pone el énfasis en las malas artes de Washington en el ejercicio de su inmenso poder, mientras que la segunda subraya su ansia por recopilar información contrastada para conocer la opinión de todos los protagonistas en cada país o para terciar en los múltiples conflictos del planeta.

Los que esperaban revelaciones sobre actos ilegales cometidos por Estados Unidos se han quedado con las ganas. Incluso el título de portada con el que El País iniciaba, el pasado lunes, la publicación de los papeles de Wikileaks —La mayor filtración de la historia revela los secretos de la diplomacia de EU—, no corresponde a la realidad. Esos secretos lo siguen siendo, por el momento. En cambio, sí nos hemos enterado de la agenda oculta de varios países, empezando por España.

Las mentiras del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero han quedado al descubierto con la divulgación de los telegramas enviados por el ex embajador de EE UU en Madrid, Eduardo Aguirre, a sus jefes en Washington. Ahora sabemos que, a pesar de los desmentidos oficiales, «España no [puso] reparos a los vuelos secretos» de la CIA, que trasladaban a detenidos por terrorismo. Según otro cable diplomático, la Moncloa maniobró para neutralizar dos querellas presentadas contra EE UU ante la justicia española por torturas a presos en la cárcel de Guantánamo. Y, en otro asunto que amenaza con tener un costo político muy alto para Zapatero, el embajador relata que, a petición suya, tres ministros (Presidencia, Exteriores y Justicia) y el fiscal general han «ayudado entre bastidores» para obstaculizar el procesamiento de tres militares estadounidenses acusados en el caso del cámara José Couso, muerto en Bagdad en 2003 por disparos de un tanque cuando filmaba desde un balcón del hotel donde se alojaba la prensa.

Los papeles de Wikileaks tienen la gran virtud de poner en evidencia el doble discurso de Zapatero y de otros líderes conocidos también por sus arranques antiimperialistas cuando se expresan en público. Es el caso de Cristina Kirchner, que intenta ayudar a Washington a mejorar las relaciones con el boliviano Evo Morales. La presidenta argentina pide, sin embargo, que nadie se entere, «dadas las sospechas de Evo», según un cable diplomático. Ocurre lo mismo en los países árabes, a una escala aún mayor. Varios gobiernos del Golfo han llegado a presionar en privado a EU para que ataque militarmente a Irán antes de que desarrolle el arma nuclear. Esos países exigían la máxima «discreción» a sus interlocutores estadounidenses para evitar represalias de parte de Teherán.

Y ahora que el Gobierno iraní se ha enterado de las intenciones aviesas de sus vecinos, ¿qué puede pasar? No parece haber sido una de las preocupaciones del fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange. Tampoco ha tenido el más mínimo reparo en dejar los nombres de muchas de las fuentes que aparecen en los telegramas. Cuando se trata de Estados democráticos, como España o Argentina, donde varios políticos han quedado en evidencia, el castigo no va más allá del escarmiento público. En cambio, en los países autoritarios, el que habla demasiado pone en riesgo su libertad o, incluso, su vida. El País cita «un cable secreto de la Embajada de Washington en Moscú que prefiere no identificar en público para no comprometer a las personas mencionadas en él». ¿De qué sirve tanta cautela si todos esos «personajes de la vida académica y mediática de Rusia» aparecen con nombres y apellidos en la web de Wikileaks? Y el tema no es intrascendente: hablan de la posible participación de las más altas autoridades rusas en el envenenamiento en Londres de un ex agente del KGB, Alexander Litvinenko, y en el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya.

Washington mueve cielo y tierra para interrumpir la publicación de su acervo diplomático, pero los más perjudicados son otros.

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Wikileaks descubre la política exterior de EEUU


Europa Press.  Diciembre de 2010

Washington ordenó a sus diplomáticos que espiaran a la cúpula de Naciones UnidasLos documentos describen duramente a líderes internacionales y reflejan el alejamiento entre Obama y la Unión EuropeaEl Pentágono condena la filtración y asegura que incrementará la seguridad en el futuro NUEVA YORK, 28 (EUROPA PRESS) Wikileaks ha vuelto a sacudir a la comunidad internacional con una nueva y masiva filtración de más de un cuarto de millón de documentos de la diplomacia estadounidense que describen en términos francos a los principales líderes internacionales y revelan graves irregularidades cometidas por el Departamento de Estado norteamericano, que habría ordenado espiar a los principales responsables de Naciones Unidas, entre otras informaciones reveladas por la organización dirigida por Julian Assange. Seguir leyendo el arículo

El Pentágono y el Departamento de Estado han reaccionado airadamente ante la publicación de los cables, y ha calificado de «irresponsable» la filtración, por «poner vidas en peligro». Wikileaks ha desatendido las advertencias formuladas en este sentido por los abogados de la cartera dirigida por Hillary Clinton y ha garantizado a lo largo de este domingo la divulgación de los documentos, a pesar de haber sufrido un ataque cibernético que ha dejado su web (www.wikileaks.org) inutilizada durante horas.

Como sucedió en anteriores filtraciones, los documentos han sido divulgados simultáneamente a través de diversos medios internacionales; en este caso ‘Der Spiegel’ (Alemania), junto con ‘El País’ (España), ‘Le Monde’ (Francia), ‘The Guardian’ (Reino Unido) y ‘New York Times’ (Estados Unidos).

ESPIONAJE EN LA ONU

Los documentos revelan una serie de «directivas humanas de inteligencia», bien ordenadas por Clinton o por su predecesora, Condoleezza Rice, por los que se ordena a los diplomáticos estadounidenses que obtengan información de «instalaciones militares, vehículos empleados por líderes políticos, e incluso muestras de ADN huellas dactilares», cita ‘The Guardian’.

Particularmente una de estas directivas tiene como objetivo «a la cúpula de Naciones Unidas». Los diplomáticos estadounidenses debían, en virtud de esa orden, obtener especificaciones técnicas de los sistemas de telecomunicaciones empleados por los principales responsables de la ONU, así como sus redes privadas –contraseñas incluidas– para el intercambio de información personal.

RETRATOS DE LIDERAZGO

Las informaciones clasificadas destacan el acercamiento entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y Asia en detrimento de la Unión Europea, a la que considera un actor «en segundo plano» del escenario internacional, según recoge el número de mañana del magacín alemán ‘Der Spiegel’, filtrado esta tarde en internet y recogido por un buen número de medios internacionales.

Estos documentos equiparan al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, con el dictador nazi Adolf Hitler, consideran que la canciller alemana Angela Merkel tiene carácter de «teflón» y describen al presidente afgano, Hamid Karzai, como un «completo paranoico».

Además, otras citas de los documentos mencionan que Obama prefiere estrechar las relaciones con Asia. El presidente estadounidense «no demuestra ningún tipo de conexión emocional con Europa» y concibe el mundo como «enfrentamiento entre dos superpotencias» en el que «la Unión Europea ostenta un segundo plano». El presidente galo, Nicolas Sarkozy, es calificado por ejemplo, como «el emperador desnudo».

En lo que a Italia se refiere, los documentos describen las «salvajes» fiestas del primer ministro Silvio Berlusconi, cuyas relaciones con el líder libio Muamar El Gadafi y con el primer ministro ruso Vladimir Putin (al que describen como «un macho alfa») provocan malestar en Washington.

En el contexto de las relaciones internacionales, los documentos revelan que Estados Unidos empleo a los prisioneros de Guantánamo como «moneda de cambio» en las conversaciones diplomáticas o que Washington ha sido objeto de ataques cibernéticos procedentes de China desde hace ocho años –y que Pekín ordenó la contratación de ‘hackers’ nacionales para emprender un asalto pirata sobre la compañía Google–.

TERRORISMO Y TENSIÓN EN ASIA

En lo que a la lucha contra el terrorismo se refiere, destacan que la principal fuente de financiación de la red terrorista Al Qaeda siguen siendo mecenas de Arabia Saudí y de Qatar, un país que se ha acobardado a la hora de contener el terrorismo por miedo a parecer alineado con Estados Unidos.

En Yemen, el Gobierno ha asumido la responsabilidad de ataques secretos estadounidenses contra la rama local de Al Qaeda, según una conversación secreta entre el presidente Ali Abdulá Salé y el entonces comandante estadounidense en Oriente Próximo, el general David Petraeus, quien recibió garantías de que el Parlamento de Yemen no conocerá la verdadera naturaleza de los bombardeos. «Les diremos (a los diputados) que las bombas son nuestras y no vuestras», aseguró el dirigente yemení.

Además, los documentos también examinan la situación en Corea del Norte y Afganistán. En caso de Pyongyang, revelan conversaciones secretas entre diplomáticos estadounidenses y surcoreanos sobre la posibilidad de que el régimen comunista colapse «por problemas económicos» y «una crisis de sucesión» en el momento en el que el líder del país, Kim Jong Il, ceda el poder.

Sobre Afganistán, al margen de la «paranoia» exhibida por Karzai, se revela que el vicepresidente afgano, Ahmed Zia Masud, sacó de Afganistán 52 millones de dólares sin declarar, en un sólo viaje a Emiratos Árabes.

En el caso de Irán, en última instancia, los cables destacan los esfuerzos estadounidenses para convencer a Arabia Saudí de que una ofensiva militar contra Irán sólo retrasaría unos pocos años los esfuerzos de la República Islámica para obtener un arma nuclear.

CONDENA DE WASHINGTON

El portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, ha rechazado categóricamente que los diplomáticos estadounidenses sean empleados como espías. «Los diplomáticos son sólo eso: diplomáticos», aseguró Crowley a ‘The Guardian’. «No se involucran en actividades de inteligencia. Representan a nuestro país en todo el mundo y mantienen un contacto transparente con otros gobiernos, y lo trasladan a casa. Es lo que han hecho durante cientos de años», aseguró.

La Casa Blanca ha condenado igualmente la filtración de unos cables que «podrían afectar negativamente las discusiones privadas con los Gobiernos extranjeros y líderes de oposición». «Cuando estas conversaciones aparecen impresas, atentan profundamente no sólo contra nuestros intereses políticos internacionales, sino con los de nuestros aliados y amigos de todo el mundo», declaró el portavoz de Obama, Robert Gibbs.

En última instancia, el Pentágono ha advertido de que, para evitar que se repita este «lamentable incidente», se han puesto en marcha una serie de medidas para evitar la descarga de estos documentos clasificados a memorias USB, entre otros formatos portátiles, hizo saber el portavoz Brian Whitman.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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