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22 Ene 2012Maritza Pelegrino, viuda del opositor Wilman Villar, rechazó categóricamente la versión del gobierno cubano sobre una supuesta golpiza que le habría propinado su marido y que condujo a su arresto carcelario.
Maritza Pelegrino, viuda del opositor Wilman Villar, rechazó categóricamente la versión del gobierno cubano sobre una supuesta golpiza que le habría propinado su marido y que condujo a su arresto carcelario.
“Todo eso es mentira”, afirmó el sábado Pelegrino, de 28 años, en una entrevista telefónica con El Nuevo Herald. “Ahora el gobierno cubano quiere matar la imagen de mi esposo, así como hicieron con Orlando Zapata Tamayo y otros tantos que han muerto luchando por sus ideas, la libertad y justicia”.
El caso de Villar muestra algunas similitudes con las circunstancias que provocaron el deceso del opositor Orlando Zapata Tamayo, quien murió en huelga de hambre el 23 de febrero del 2010. Zapata demandó mejoras carcelarias, le negaron agua durante 18 días y entonces lo llevaron al hospital cuando era demasiado tarde para salvarle la vida.
El viernes Villar, de 31 años, fue enterrado en privado bajo un enorme operativo de las fuerzas de seguridad en un modesto cementerio en su natal Contramaestre. Horas después, pasadas las 9 p.m., la oficialista página de internet Cubadebate publicó un comunicado en que se atribuía la muerte de Villar a un “fallo multiorgánico secundario a un proceso respiratorio séptico severo”. El paciente, a quien califican de preso común, murió debido a “un shock por sepsis”.
La nota, que no está firmada, precisó que Villar había sido condenado por agredir y provocar lesiones en el rostro de Pelegrino y que la suegra de este había llamado a la Policía Nacional Revolucionaria para que intervenga. Según la versión del gobierno, Villar se resistió y los agredió.
Los supuestos ataques y actos de violencia doméstica que son citados por Cubadebate fueron calificados por Pelegrino como un burdo intento por desacreditar la imagen de su esposo fallecido.
“En ningún momento Wilman me golpeó. También es mentira que mi madre haya llamado a la policía. Ella está sufriendo muchísimo por la muerte de Wilman y por todo esto que están inventando”, manifestó Pelegrino.
Villar cumplía una condena de cuatro años de prisión. Se declaró en huelga de hambre el pasado 25 de noviembre, pero contrajo una neumonía que se agravó en las últimas semanas por falta de asistencia médica oportuna. El 14 de enero Villar fue trasladado de urgencia, cuando ya estaba en estado crítico e inconsciente, al hospital Juan Bruno Zayas. En noviembre había sido confinado a la prisión de Aguadores, cerca de Santiago de Cuba, luego de ser detenido en una ofensiva policial realizada en Contramaestre, provincia de Santiago. Fue acusado de asalto, desacato y resistencia en un juicio a puertas cerradas y sin garantías procesales.
Villar nunca aceptó la condena de cuatro años que le fue impuesta. Al día siguiente de su confinamiento, se declaró en rebeldía y rechazó usar el uniforme de reo común. Como represalia, sus carceleros lo enviaron a una celda unipersonal de castigo, sin ropa ni provisiones de agua,
Según el testimonio de Pelegrino, cuando el gobierno cubano dice que Villar fue “procesado en libertad” se refiere a un episodio anterior en el cual fue detenido por la policía aunque fue liberado bajo fianza a los pocos días.
Pelegrino agregó que la intervención contra su marido fue violenta, la rociaron un spray en los ojos y lo subieron esposado a un carro patrullero.
“En la prisión lo golpearon y así lo tuvieron tres días. No permitieron que la familia lo visitara por los golpes que había recibido, pero igual se notaban las marcas de color morado alrededor de sus ojos”.
Pelegrino subrayó que ella y su marido siempre tuvieron una buena relación matrimonial.
“Mientras estuve con él jamás me maltrató, nunca me dio un golpe. Todo eso son inventos”, afirmó la mujer. En otro momento señaló que no puede haber ningún certificado médico que documente las supuestas agresiones de Villar “porque sencillamente no fue así”.
“Eso lo oí en Radio Reloj así como también escuché que me había picado el rostro. Eso es mentira”, añadió Pelegrino. “A Wilman lo mataron y ahora quieren desacreditar su imagen. No se conforman con lo que hicieron porque no les importa mi dolor ni el de sus hijas”.
Mientras tanto, el gobierno cubano rechazó enérgicamente ayer sábado las críticas de Estados Unidos, España y la Unión Europea (UE) por la muerte de Villar. La comunidad internacional cuestionó el estado de los derechos humanos en la isla y la falta de garantías de la sociedad civil, especialmente del movimiento opositor.
Las declaraciones del Departamento de Estado y la Casa Blanca “impresionan por su hipocresía y doble rasero” y son “un acto de cinismo colosal”, comentó la directora de América del Norte de la cancillería cubana, Josefina Vidal.
En la isla, reconocidas figuras de la disidencia interna denunciaron abiertamente la muerte de Villar y calificaron la ola de violencia contra las voces críticas como actos que representan un atentado a los derechos humanos y las libertades individuales.
Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, lamentó el deceso de Villar, al tiempo que lo calificó de mártir.
“Se pudo haber evitado este crimen, pero ya es tarde, muy tarde”, dijo Payá. “Más de un enterrador lleva el cadáver de este joven mártir”.
Tomado del Nuevo Herald.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".