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3 Feb 2010Mientras que las organizaciones sindicales del mundo entero continúan recaudando fondos destinados a ayudar a Haití, Loulou Cherry, Secretario General de la Confédération des Travailleurs Haïtiens (CTH), evalúa las necesidades urgentes más patentes. Insiste además en la necesidad de disponer de una estrategia a medio plazo para la reconstrucción y la creación de empleos, y hace un llamamiento para el apoyo a la formación profesional.
“Restituir un futuro en Haití requiere la reconstrucción y la creación de empleos”
Bruselas, 2 de febrero de 2010: De luto tras el terremoto que ha arrasado el país, el movimiento sindical haitiano, junto con el apoyo de la solidaridad sindical internacional, se ha dispuesto enseguida a prestar auxilio a la población(*). Se ha organizado ayuda alimentaria, asistencia médica y alojamiento en el centro de formación de la CTH en Puerto Príncipe, con la colaboración de las organizaciones sindicales dominicanas que han prestado inmediatamente auxilio. Mientras que las organizaciones sindicales del mundo entero continúan recaudando fondos destinados a ayudar a Haití, Loulou Cherry, Secretario General de la Confédération des Travailleurs Haïtiens (CTH), evalúa las necesidades urgentes más patentes. Insiste además en la necesidad de disponer de una estrategia a medio plazo para la reconstrucción y la creación de empleos, y hace un llamamiento para el apoyo a la formación profesional.
¿En qué circunstancias vivió usted el terremoto?
Entre las 3h y las 3h30, me fui a la sede del Consejo Supremo Electoral donde trabajaba Denise, la responsable de finanzas de la CTH. Ella tenía que firmar unos cheques para que las afiliadas pudieran realizar las gestiones administrativas necesarias para asistir a un seminario organizado por el Consejo de Trabajadores del Caribe en la República Dominicana, del 21 al 25 de enero. Después de haber obtenido su firma, me volví a la sede de la CTH situada en la Calle de los Milagros. Nada más llegar, y todavía dentro de mi vehículo parado, vi gente corriendo por la calle. El coche empezó a dar saltos y me puse a rezar, pidiéndole a Dios que no me dejara morir así y que me salvara. Se oían gritos que no eran normales. No se podía comparar con nada conocido. Todo se volvió blanco y después negro. En cuestión de segundos las casas se derrumbaron. Había sangre y muertos por todos lados, así como gente en estado de pánico. Entonces nos dimos cuenta de que se trataba de un terremoto. Yo pensaba dejar el vehículo, pero los demás circulaban y se iban abriendo camino. Avancé un poco con el coche y después, unos metros más adelante, cerca del Palacio Nacional, continué caminando. Mi esposa, Ginette, me dijo por teléfono que estaba viva y que los niños también. Caminé durante 50 minutos hasta la casa. Era horroroso, abominable. Mi casa está agrietada y ha quedado inhabitable. Después de haber dormido en la calle, decidimos finalmente acudir al INAFOS, el centro de formación social de la CTH, cuyo edificio se mantuvo en perfecto estado. Desde entonces vivimos aquí con muchas otras familias más.
El impacto de esta catástrofe en términos de pérdidas de vidas humanas es enorme para el movimiento sindical…
La CTH está de luto por el fallecimiento de la compañera Marie Denise Sinclair Almeus, responsable de finanzas. El fallecimiento de Denise es un gran shock para nosotros. Varios días después de la tragedia, nosotros mismos la retiramos de los escombros y el martes 19 de enero fueron enterrados sus restos mortales. Adam Saintenie, el asistente doméstico del INAFOS, también murió con su hijo. Varios miembros del Comité Ejecutivo han perdido también a sus familiares, sobre todo niños. La mayoría de sus casas han quedado destruidas o agrietadas, y por tanto inhabitables. La sede de la CTH está en pie, pero está tan agrietada que es un peligro, y el local del que disponíamos en Pierre Baptiste se derrumbó.
¿Cuáles son los primeros auxilios que les llegaron?
El MOSCHTA, movimiento afiliado a la CASC de la República Dominicana nos ha acompañado inmediatamente después del seísmo. Acudieron con médicos y ambulancias a la sede del INAFOS que los ha alojado. Desde entonces han tratado a decenas de heridos, han distribuido agua y medicamentos. Punto de recepción de los convoys enviados por los sindicatos dominicanos, el INAFOS se ha transformado en lugar de acogida para las víctimas, donde almacenamos los víveres y ayudamos como podemos a los que lo necesitan.
¿Cuáles son en estos momentos las necesidades prioritarias más urgentes para la población?
Lo que más urge es tener agua, comida, tiendas y atención médica. Los medicamentos son escasos en el mercado. También hacen falta alojamientos para los trabajadores que se encuentran sin casa, sin que se disponga aún de ninguna lista definitiva.
¿Qué espera usted del movimiento sindical internacional?
La palabra mágica del movimiento sindical es la solidaridad. No somos pobres pidiendo lo que sea. Pero aparte del apoyo del gobierno y de la ayuda internacional, que sigue estando desorganizada, hay que darle al movimiento sindical la capacidad para actuar. Agradecemos la ayuda internacional que ha llegado procedente de numerosos gobiernos y organizaciones, y el movimiento sindical tiene la capacidad para contribuir a hacer llegar esta ayuda. La ayuda de emergencia que nos llega de la CSI demuestra que es posible. Es necesario que esta solidaridad de emergencia continúe. A medio plazo, pensamos trabajar en la construcción de casas para los trabajadores sin hogar y estamos buscando terrenos a tal efecto. Ya hemos discutido la cuestión con varios ayuntamientos. Esto es válido para Puerto Príncipe así como para las provincias, porque la gente tiene miedo de las réplicas y muchas personas han abandonado la capital. Numerosos refugiados están llegando a las provincias donde también hay emergencias. Debemos evitar permanecer únicamente en Puerto Príncipe. Vamos a ir a Leogane y a Petit Goave para ver la situación, que no parece que sea mejor.
¿Cuál es el riesgo en términos de empleo?
A decir verdad, no podemos hablar de empleo. Todo está destruido. En el plano de la creación de empleo, hay que reconocer que la cosa ya estaba bastante mal antes de la catástrofe. El empleo era ya un lujo. De los 5 millones de trabajadores, sólo 250.000 tenían un empleo. El Palacio de los Ministerios, donde miles de trabajadores estaban empleados, se ha derrumbado. No podremos reconstruir un futuro a no ser que sea mediante la reconstrucción y la creación de empleos. El INAFOS puede jugar un papel central en el lanzamiento inmediato de programas de formación profesional para que los trabajadores y las trabajadoras puedan volver a entrar en el mercado de trabajo y participar en la reconstrucción. Pero es necesario que esto pueda funcionar en buenas condiciones, asegurar una buena capacidad de organización de las formaciones. Estamos considerando en particular instalar paneles solares para tener autonomía en materia de energía. Con el BIT así como con la CSI podríamos sin duda colaborar para encontrar a los mejores expertos en formación y asegurar la selección de participantes para las formaciones profesionales identificadas en los doce sectores de actividad con los que cuenta la CTH.
Entrevista realizada por Isabelle Hofferlin (con N.D.)
(*) Tras el seísmo que ha sacudido a Haití, la CSI, en cooperación con su organización regional americana, la CSA, ha lanzado un llamamiento sindical de asistencia humanitaria para las víctimas. Los fondos reunidos gracias a esta acción son consagrados en primer lugar al suministro de ayuda humanitaria por medio de las organizaciones afiliadas en la República Dominicana, CASC, CNTD y CNUS para la afiliada haitiana de la CSI, la CTH. Para más información sobre las primeras operaciones de socorro llevadas a cabo en Haití gracias a la solidaridad sindical, consultar el comunicado EnLínea de la CSI del 21 de enero de 2010.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".