‘Raúl Castro ha envuelto a Fidel en una masa de silencio y lo ahogó’

En: Culturales

19 Dic 2010

El diario Washington Post incluyó la edición en inglés de la Autobiografía de Fidel Castro, del escritor cubano Norberto Fuentes, en el listado de los libros más importantes del 2010. Además, el tomo lleva varias semanas en la columna «Editor’s Choice» del suplemento de libros de The New York Times.



ENTREVISTA | Norberto Fuentes, escritor cubano

‘Raúl Castro ha envuelto a Fidel en una masa de silencio y lo ahogó’

El escritor Norberto Fuentes en la biblioteca de su penthouse en Miami con una estatuilla de Castro en su mano. | Rui FerreiraEl escritor Norberto Fuentes en la biblioteca de su penthouse en Miami con una estatuilla de Castro en su mano. | Rui Ferreira

  • Washington Post considera la «Autobiografía de Fidel Castro» como libro del año
  • El escritor abandonó su país en los años 90 con la ayuda de García Márquez
  • Ha investigado el paso de Ernest Hemingway por Cuba
  • Acompañó al fusilado general Arnaldo Ochoa en la guerra de Angola
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Rui Ferreira | Miami

Actualizado sábado 18/12/2010

El diario Washington Post incluyó la edición en inglés de la Autobiografía de Fidel Castro, del escritor cubano Norberto Fuentes, en el listado de los libros más importantes del 2010. Además, el tomo lleva varias semanas en la columna «Editor’s Choice» del suplemento de libros de The New York Times.

Como si eso no fuera suficiente para conversar un rato con el autor, se suma ahora el hecho de que esta semana el presidente cubano Raúl Castro ha ido al Parlamento a explicar a los diputados por qué hay que reformar el hermético sistema comunista si la revolución quiere sobrevivir.

Es que Fuentes, 67, fue por años miembro del círculo íntimo de Raúl Castro. De hecho, en las paredes de su estudio – en un cómodo e iluminado penthouse de Miami – hay tres fotos de los dos «conspirando» en el piso del escritor en La Habana. Lo acompañó muchas veces en recorridos por la isla.

Tal como siguió a Fidel en sus viajes por el exterior. De hecho, el líder de la Revolución Cubana es objeto de sus mayores atenciones, o no hubiera escrito las 3.000 páginas de «su autobiografía» impresa en dos tomos, que son ya un éxito de ventas en Estados Unidos, como lo fueron en España.

Además, el escritor es autor de «Hemingway en Cuba», el polémico «Condenados de Condado» – que le costó los primeros desabores con la nomenklatura castrista en la década de los 60 – «Dulces guerreros cubanos» y «El último santuario», sobre la participación cubana en la guerra de Angola, donde pasó largas temporadas.

Fuentes deja Cuba a fines del siglo pasado, cuando Castro fue fusilando uno a uno sus amigos y una mañana descubrió que se había quedado sólo. Sin embargo, nunca dejó de ser un atento observador de la realidad de su país basado en su profunda experiencia y conocimiento de las interioridades del sistema político donde, por décadas, se movió como pez en el agua. De hecho, sigue manteniendo una envidiable red de informantes en la isla, con quienes se comunica con un intrincado y particular código.

A continuación, una conversación de poco más de media hora en su estudio, mientras Aron, el ahijado de Elvis Presley, duerme tranquilamente a los pies de su amo quien, pese a todo, todavía sigue siendo conocido en ciertos círculos como «el camarada Fuentes».

Raúl Castro, Norberto Fuentes y Fidel Castro, en mejores tiempos. | ArchivoRaúl Castro, Norberto Fuentes y Fidel Castro, en mejores tiempos. | Archivo

Pregunta.- En este momento la Asamblea Nacional del Poder Popular está reunida (en La Habana) y ha presentado una serie de reformas. ¿Está el régimen realmente tratando de hacer una reforma de la sociedad y en qué condiciones?

Respuesta.- Eso tiene muchas lecturas, se puede ver de muchas maneras. Es decir, que están presionados, que están obligados, que no les queda más remedio, que fue un triunfo en definitiva estratégico del enemigo, el caso es que las reformas las están haciendo, las van hacer y tienen que llevarlas hasta las últimas consecuencias.

P.- ¿Cuáles son esas últimas consecuencias?

R.– Las últimas consecuencias es que los ahorquen a todos, que eso termine muy mal. O ellos, que ya están viejitos – y cuando digo ellos digo Fidel y Raúl Castro o lo que queda de ellos -, puedan dejar a sus familias en la más absoluta orfandad. Pero necesitan restablecer, necesitan rehacer el país, necesitan establecer un nuevo país, dejar quizás con una suerte a la dinastía de los Castro bien acomodada.

«La gran bronca entre estos dos hombres es en contra de los revolucionarios»

Ellos saben perfectamente, lo saben, están conscientes de que todas esas reformas implican desde sus inicios una serie de cambios políticos y esas 500.000 personas que van para la calle ya eso es una fuerza política que es «otra» fuerza política. No es una fuerza política monolítica, bajo su disciplina, bajo su orientación. No quiero decir que sea contrarrevolucionaria, ni que estén en contra de ellos ni que se vayan a alzar, pero ya esas 500.000 personas están pensando de otra manera.

O sea, es un cambio que se está haciendo y que se hace perfectamente calculado. Hasta ahora lo están manejando bastante bien pero tienen riesgos enormes. Pero más riesgos corren con el inmovilismo. El inmovilismo sí va a ser la muerte. Ahora, lo que ha cambiado en el país ha sido el liderazgo. O sea la forma de gobernar ese país, de gobernar ese proceso, la Revolución – o como se le quiera llamar -, ahora es más fácil y más rápido.

P.- ¿Quién manda en Cuba ahora, Raúl o Fidel?

R.- ¡Raúl Castro! ¡Totalmente! Y ha sido una labor de años y años. Para mí lo asombroso es cómo Raúl le ha ganado la batalla a Fidel en el silencio, con el silencio.

P.- ¿Cómo lo hizo?

R.- En silencio, Raúl no habla. Raúl ha envuelto a Fidel en una masa de silencio y lo ahogó. Me lo decía a mí en mi casa: «no, no…a mí lo que me gusta es conspirar, a mí lo que me gusta es mover los hilos desde atrás». Y esto es textual, él y yo sentaditos solitos en mi estudio, tomándonos un traguito como estamos tu y yo ahora, whisky un poco más caro que éste.

Ahora cuando él asume el poder, cuando comienza, que ya se veía que iba a asumir todos los poderes yo me dije, «ahora vamos a ver como gobierna o sigue gobernando desde atrás, sigue moviendo los hilos». Pues mira, lo está haciendo.

«Castro saturó el escenario con gente de muy bajo registro para que verdaderos pensadores, como Raúl Rivero, no lo sometieran a críticas»

P.- ¿Y el hermano?

R.- El hermano está aislado en su casa, el hermano es un prisionero.

P.- Pero un prisionero que se mueve bastante…

R.- Bueno, se movió hasta el 26 de julio. ¿Lo has visto moverse después de eso otra vez? Se acabó. Dicen que la bronca fue enorme. Estaba reunido el Consejo de Ministros después del 26 de julio, dicen que Fidel se apareció y las palabrotas se escuchaban en toda la ciudad. Y terminó con el portazo. Fidel antes de dar el portazo – me recuerda el portazo de Trotsky cuando lo expulsaron del congreso y la puerta se le trabó -, dijo: «No se olviden que yo soy el Primer Secretario del Partido (Comunista de Cuba)».

Pero a Fidel también se le fue la mano. Fidel en su afán de salir en los periódicos, dijo toda esa barbaridad que cayó muy mal en el país, casi revolucionó el país cuando dijo que el modelo cubano no servía para nada. Pero ¿cómo este hombre se va aparecer con esta historia ahora? Y que si él hubiera sabido todo lo que se sabe (ahora), casi no hubiera valido la pena, eso sí llevó el país… Es que la gran bronca entre estos dos hombres, y quizá algún día mi próxima novela sea sobre eso, es en contra de los revolucionarios.

P.- ¿Cómo así?

R.- Eso ha sido siempre así. Fidel Castro ha hecho toda su carrera revolucionaria fajándose con los revolucionarios. El último gran escándalo fue (en 1989 el del general Arnaldo) Ochoa que todos conocemos. Contra sus seguidores, contra su gente más leal, contra su mejor gente. Esa ha sido siempre la bronca de Fidel Castro.

Al punto que su oposición hoy son personajes de tan bajo registro, allí no hay intelectuales de gran vuelo. Una revolución que comenzó con el apoyo de Jean Paul Sarte ha terminado en la crítica de Yoani Sánchez, de Guillermo Fariñas o de Zoé Valdés, que esos son los ‘anti Sartre’ de la Revolución Cubana.

Pero, ellos necesitaron saturar el mercado y el escenario de la crítica con gente de bajo registro para que verdaderos pensadores, gente inteligente, que se estaban yendo… Raúl Rivero, Rafael Rojas, con los cuales puedo o no estar de acuerdo, pero pensadores de ese nivel, los ‘cuarto bate’ de esa generación, de mi generación, sometieran a críticas a Fidel y a Raúl Castro, porque lo iban a hacer.

«WikiLeaks revela la extrema debilidad de la inteligencia de EEUU en Cuba»

Gente además con más méritos revolucionarios que ellos. Habían participado en la revolución, gente que era genuinamente revolucionaria, formados como marxistas, necesitaban descalificar a ese tipo de gente. Y como hace Fidel Castro siempre, satura el terreno, satura el escenario, de los que pueden ser sus enemigos. Mira, aquí los tienen en Miami. ¿Quiénes son los criticones?

P.- ¿Dónde te sitúas, entonces?

R.- Yo soy un novelista y la prueba es mi libro, ¿cuántos cubanos tienen un libro entre los 10 del año elegidos por el Washington Post? Quién lo ha publicado, ¿el Granma, el (Miami) Herald? ¡Nadie! Silencio absoluto.

P.- Ya vamos a eso. Algunas de esas reformas que ellos han propuesto ya se han hecho anteriormente, sin embargo se paralizaron, han fallado. Aquí la clave es la credibilidad, ¿o no?

R.- Eso es interesante. La única credibilidad que tienen es la permanencia de esas reformas y gran parte depende de ellos. Pero lo que me da a mí la sensación de que esa permanencia va a existir, que ellos van a hacer esos cambios, es que a ellos les queda muy poco tiempo.

P.- ¿Están en una lucha contra el tiempo?

R.- Total y absoluta. Contra su propio tiempo. Raúl va a cumplir 80 años. Y decía (el líder vietnamita) Ho Chi Min que en todas las épocas y todas la generaciones son pocos los que llegan a los 80 y mucho menos los que llegan a los 90.



El escritor habla de su último libro, lo que más le gusta de él y lo que extraña de Cuba.

P.- En todo este proceso de transición, desde que Fidel se enfermó y pasó el poder a su hermano, ¿hay algo que haya pasado y no lo esperabas, que te sorprendió en estos 4 años? Hay gente que decía que Fidel no iba a abandonar el poder voluntariamente.

R.- El voluntariamente es entre comillas, que fuera a abandonar el poder. Lo que pasa es que las circunstancias lo obligaron. El abandonó el poder obligado por su deteriorada salud que, no solamente engañó a la CIA como engañó a sí mismo, los dos decían que se iba a morir. Entonces tuvo que soltar el poder. Se iba a morir.

Pero se recuperó. ¡San Lázaro! Entonces se recuperó y quiso regresar otra vez y de ahí todo el desastre que armó el 26 de julio. Pero, ya no estaba en el poder. Y Raúl le dijo, «te vas para la casa y no comas más mierda, porque además te jodo. Tu no hiciste eso conmigo pero yo si te lo hago». Conozco el lenguaje.

P.- ¿Qué piensas de este fenómeno creado por WikiLeaks?

R.- A mi todas las cosas que sean irreverentes e iconoclastas me encantan, por pasión. Yo soy un loco revelando cosas. De hecho cuando tenía mi blog en EL MUNDO revelé muchas más cosas sobre Cuba que lo que han hecho los documentos divulgados por WikiLeaks. En realidad lo que revela son chismes diplomáticos sobre Cuba y eso lo hace todo el mundo. El famoso (agente del KGB) Alexei Alexeiev, el famoso amigo de Raúl en México, se pasaba la vida recortando periódicos. Eso es lo que hace WikiLeaks.

Portada del libro en inglés.Portada del libro en inglés.

Ahora, en relación a Cuba en realidad lo que revela es la debilidad extrema de la inteligencia americana, que no trabaja en Cuba, evidentemente. Y yo tengo más o menos información que desde el 11 de septiembre del 2001 no hay inteligencia en Cuba. De todas maneras lo que recaban a través del Departamento de Estado es información muy mala. Por ejemplo, la viuda (del fallecido disidente) Gustavo Arcos Bernes (según cita un cable divulgado por WikiLeaks) dice que habló con una hermana de Fidel y de Raúl y que entonces ella le dijo tal cosa… Oiga, eso no es una fuente confiable, ¡jamás!.

Entonces uno se da cuenta, además, de como trabaja la seguridad, que se dedica a filtrar la información que quiere. El descalabro máximo fue cuando (el ex Zar de la inteligencia estadounidense, John Negroponte) dijo que Fidel Castro tenía cáncer y se iba a morir en dos semanas. Entonces Cuba lo cogió suavecito, le dio un tiempo, y con la mayor tranquilidad trajo al médico español este, (el doctor José Luis Garcia Sabrido, cirujano jefe del hospital de la Comunidad de Madrid Gregorio Marañón), lo montó en un Iluchin rumbo a la Habana, lo reunió con Fidel, vio la operación, y lo devolvió a España y él dijo, «no tiene cáncer». Y jodió a Negroponte. Es el descalabro.

Con Bush, ¿qué clase de inteligencia es esa, que Bush se atragantó estando aquí en Miami, en plena Calle Ocho, el día en que Fidel estaba muriéndose en La Habana y él no lo sabía? Y tuvo que salir disparado. Estaba «en China». ¿Sabes cómo (los norteamericanos) estaban «en China» con la Causa 1 (el proceso de Arnaldo Ochoa)?. Ellos deben tener agentes, pero siempre han estado en las nubes, ¿qué producen esos agentes? Yo recuerdo que en mi época había miles de plantas (de radio) clandestinas transmitiendo en Cuba. Pero la información desde entonces ha sido muy mala.

Y para mí, eso de WikiLeaks es lo más revelador y trágico de lo que se revela sobre Cuba. Ahora, cuatro años después de la enfermedad de Fidel se apean con que Fidel por poco se muere en el avión. Fidel interrumpió el discurso porque se sintió muy mal. Cuando se sentó en el avión ya estaba jodido. No se le reventó nada en el avión. Lo dije en mi blog en el periódico EL MUNDO al segundo día de la enfermedad que Fidel estaba en el (hospital del) Palacio de la Revolución, que tenia diverticulitis y que no regresaba más al poder. Esas tres cosas están en el blog de EL MUNDO dichas en las primeras 48 horas.

P.- ¿De dónde surge la idea de la autobiografía de Fidel?

R.- El titulo surge de Basilio Baltasar, que era el editor de Seix Barral en aquel momento y que editó mi otro libro, Dulces guerreros cubanos, que estuvo 13 meses en el primer lugar de ventas en el sur de Florida. Él me dijo que todo el mundo quería publicar la autobiografía de Fidel y me propone que lo haga. Al principio dije que sí, pero era un libro un poco de chismes, de información, y yo eso lo fui convirtiendo, lo fui complicando, como suelen ser todas las cosas en mi vida, casi nunca con fortuna.

Y comencé a diseñarlo. (A Fidel Castro) le gusta el numero 13 (Castro nació un 13 de agosto) y 13 y 13 son 26 (el día de julio en que asaltó el Cuartel Moncada en 1953). Le di 13 capítulos, los fui desarrollando, y salió el mamotreto ese en 3.000 páginas en español. Los americanos cuando lo quisieron publicar dijeron, ¿quién traduce todo esto?. Hace casi falta el cuerpo de traductores de la ONU para esto y me pidieron que redujera a 500 páginas que es el libro más potable que podían hacer.

P.- ¿Qué más te gusta del libro?

R.- El capítulo de la Crisis de Octubre. Allí pasó mucho. Pasó todo. Esto al principio fue hecho como una autobiografía que se innovaba en el estilo de que se ponía en la boca de Fidel Castro. No era la primera vez que se hacía, hay muchas novelas históricas. En una de las últimas biografías de Ronald Reagan el autor introduce un personaje imaginario. Pero yo me digo por qué tendría que hacer lo mismo y no tener a un personaje real que sería Fidel Castro.

El otro día fui a una librería aquí en Miami y le pregunté por la autobiografía de Fidel Castro. Y la empleada puso el grito en el cielo: «¿Fidel Castro escribió una autobiografía, salió la autobiografía de Fidel Castro?». No, la hizo un tal Norberto Fuentes… «Ahhhhh, no.». Ya no era lo mismo.

Pero la hice mejor que él. Ahí tienes los dos libros que ha hecho sobre la Sierra Maestra que son infumables, porque Fidel ya no tiene la capacidad de escribir.

P.- ¿Se sabe de alguna reacción de él, las editoras le han mandado los libros?

R.- Si, las editoras mandaron todos. Fíjate como es, que tu miras todas las reflexiones de Fidel desde entonces hasta hace unos dos o tres meses, cuando se aburrió, y en la mayoría de ellas hay una respuesta al libro. Del estilo, «yo en la Crisis no estaba en el INRA estaba en tal lugar…» Me va respondiendo cosas.

Me pasó una cosa asombrosa. A la edición americana decido agregarle, para explicar la reducción de los dos libros, hago una jodedera, que el libro no era conveniente para llevarlo en una mochila, que había que hacer una edición (en inglés) de combate, pequeña, de ese libro.

Doy los detalles de los dos tomos, y cuando estoy terminando veo que es el 12 o el 13 – los Idos de Marzo es el 15 de marzo, o algo así – y me digo, si falta un día voy a terminar exactamente mañana. Dejo ese párrafo ahí para cuando salga la reflexión de Fidel coger su firma, porque él firma todos los días con firma diferente, la fecha y la hora…por eso, para coger la firma de Fidel de ese día y ponerla en el texto.

Pero, quien te dice que ese día la reflexión sale sin firma. Ergo…esa computadora está cogida hasta por los cojones. Es el único día en que él no ha firmado. Es un mensaje a mí: ¡Cabroncito, te tengo vigilado!

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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