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29 Abr 2011La abogada cubana Laritza Diversent opina que el anuncio hecho por el gobierno cubano al concluir VI Congreso del Partido Comunista, de que por primera vez en cincuenta años permitirá a los cubanos comprar y vender viviendas y automóviles, es una manera de insertarse en un mercado negro que no puede eliminar ni obviar.
Pura especulación la venta de casas en Cuba
La compra y venta de viviendas y automóviles, es, para el gobierno cubano, una manera de insertarse en un mercado negro que no puede eliminar ni obviar.
martinoticias.com 28 de abril de 2011
Faltaría por saber quiénes serían o no autorizados para la compra/venta de inmuebles y cuántas propiedades se podrían tener.
La abogada cubana Laritza Diversent opina que el anuncio hecho por el gobierno cubano al concluir VI Congreso del Partido Comunista, de que por primera vez en cincuenta años permitirá a los cubanos comprar y vender viviendas y automóviles, es una manera de insertarse en un mercado negro que no puede eliminar ni obviar.
En un artículo publicado en el diario español El País, el periodista Andrés Oppenheimer afirma que el tal anuncio sólo demuestra la sabiduría del viejo chascarrillo, según el cual, «el comunismo es el camino más largo entre el capitalismo y el capitalismo».
Sin embargo, el periodista cubano Reinaldo Escobar, en una columna publicada en el sitio digital Diario de Cuba, reseña que «la prohibición de la compra-venta de casas no ha sido en modo alguno un capricho de Fidel Castro, carente de motivos sólidos, como pudiera creerse en un análisis superficial del asunto. Hay que haber estado presente en una asamblea de distribución de viviendas para comprender cabalmente el profundo significado ideológico que ha tenido en nuestra sociedad el hecho de que a una persona «le dieran», «le entregaran», «le asignaran» una vivienda, en el lugar que le tocaba y con la cantidad de dormitorios que le correspondía.
Para Diversent, quien conversara con martinoticias.com, todo cuanto se diga hasta ahora es pura especulación. «Hasta que el anuncio no se convierta en Ley y se publique en La Gaceta Oficial, sigue siendo únicamente lo que se dijo en el Congreso», puntualizó la abogada.
Coincide Oppenheimer en su artículo en que «los detalles aún no se han publicado al momento de escribirse estas líneas, pero algunos cubanos bien informados dicen que es probable que los nuevos lineamientos marquen el inicio de una apertura económica similar al proceso de reformas económicas que se inició en China en 1978, o en Vietnam en 1986.
Diversent, por su parte, afirma que tanto ella como muchos cubanos miran con cierta desconfianza «esas libertades» que propone en estos momentos el gobierno» y que habría que esperar por el articulado y las especificaciones de la Ley.
«Omar Everleny Pérez, subdirector del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de La Habana, -asegura Oppenheimer- me dijo en un e-mail enviado desde la isla que «estamos en presencia de una actualización del modelo económico cubano, tan profunda como las experiencias de China y Vietnam, con las diferencias existentes en cada modelo».
Que ahora, de la noche a la mañana, -relata Reinaldo Escobar- un ciudadano cubano pueda elegir dónde vivir y adquirir una casa sin haber hecho compromisos políticos ni horas de trabajo voluntario, sin misiones internacionalistas ni zafras cañeras, sin mítines de repudio ni marchas del pueblo combatiente, sin haber denunciado nunca a nadie ni haberse machucado varios años en una microbrigada, solamente porque tiene el dinero que va a pedirle el vendedor, eso, sin dudas, es un cambio trascendental.
Hasta ahora, -explica Oppenheimer- los cubanos solo podían permutar sus viviendas propiedad del Estado, un mecanismo que ha dado lugar a un enorme mercado negro inmobiliario porque la gente que se quiere mudar a una casa más grande tiene que pagar dinero extra de manera clandestina a la persona que le cede la propiedad.
Diversent explicó a martinoticias.com que hasta ahora hay muchas cuestiones que pueden ponerse en duda hasta que se divulgue la Ley pues no conciben cómo el gobierno podrá deshacerse de su actitud controladores, que hasta para una simple permuta, imponía un rígida reglamentación y tramitación burocrática que lastraba cualquier gestión.
Señaló asimismo la abogada que faltaría por saber quiénes serían o no autorizados para la compra/venta de inmuebles y cuántas propiedades se podrían tener, ya que entre las resoluciones del Congreso también se habló de la prohibición de la acumulación de propiedades.
Carmelo Mesa Lago, un economista de la Universidad de Pittsburgh quien es uno de los más respetados analistas de la economía cubana, -apunta Oppenheimer- se muestra más escéptico. Y parece coincidir con Laritza Diversent cuando explica al periodista: «Si no hay sorpresas cuando se publiquen las resoluciones del Congreso, el cambio no es comparable con las aperturas económicas de China o Vietnam hace algunas décadas».
Entonces Reinaldo Escobar se da el lujo de soñar y -no sin cierta ironía- se aventura a decir: «Puede ocurrir que a quienes decidan marcharse de la Isla para siempre les permitan ahora vender su casa para sufragar los gastos del viaje y con eso se dé por terminada la abominable práctica de penalizar la emigración con la confiscación de bienes. Quién quita que, una vez eliminado ese escollo, desaparezca el concepto de «salida definitiva» y con él el absurdo Permiso de Salida.
Al ser interrogada por martinoticias.com sobre los posibles precios y el tipo de moneda que se usaría para las supuestas futuras transacciones, Diversent detalló que de todos modos los precios serían astronómicos y que cualquier moneda sería válida ya que se partiría de la posible convertibilidad, así un apartamento de 7000 dólares podría venderse en 140 000 pesos, y el gobierno sería un astuto intermediario que ganaría mucho dinero en un mercado en el cual pretende insertarse.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".