Pero la introducción de los pequeños préstamos sería un proceso lento en Cuba, donde la expresión «microcrédito» es percibida por algunos como incompatible con los principios socialistas de la nación.

Por eso inicialmente los créditos serían entregados a un banco estatal, en lugar de directamente a individuos.

Los primeros créditos financiados con unos 490.000 euros (680.000 dólares) donados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo comenzarán a fluir en el 2011 en la agricultura, una prioridad en la isla con problemas de liquidez que importa buena parte de su comida.

«Se trata de que nazca un nuevo instrumento hoy por hoy inexistente en el contexto financiero cubano, para que el sector productivo agropecuario pueda tener acceso a una línea de crédito en divisa», dijo Juan Diego Ruíz, coordinador de la agencia española de cooperación en Cuba.

Acceder a financiamiento en moneda dura permitirá a los campesinos que cultivan tierras del Estado comprar suministros importados necesarios para elevar la producción, desde sistemas de riego hasta semillas.

La introducción de microcréditos cobraría más relevancia tras la decisión del presidente Raúl Castro de eliminar 500.000 empleos públicos en seis meses y triplicar el tamaño del sector privado, en su mayor reforma económica desde que reemplazó en el poder a su hermano Fidel en el 2008.

Los pequeños créditos podrían servir de capital inicial para futuros negocios como peluquerías o cafeterías o talleres mecánicos.

«No quita que pudiera ser un instrumento muy ligado a todo este proceso de ajustes», dijo Ruíz, de la agencia española de cooperación.

AYUDA EXTERNA

España ha ofrecido 4 millones de euros (5,5 millones de dólares) para financiar posibles futuros créditos en Cuba en condiciones muy favorables, dada la falta de liquidez en la isla.

La Unión Europea también ha estado barajando la posibilidad de donar hasta 2 millones de euros (2,8 millones de dólares) a Cuba para créditos.

«Existe una disposición de la Comisión Europea, para acompañar o facilitar el proceso de reformas económicas, si así lo desea el gobierno y en las modalidades que definan conjuntamente y que podrían ser muy variadas», dijo el representante del ejecutivo europeo en Cuba, Javier Niño-Pérez.

El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, ofreció recientemente a Castro el asesoramiento del gigante sudamericano para desarrollar pequeñas y medianas empresas.

Y diplomáticos extranjeros que propusieron este tipo de recursos a las autoridades cubanas dicen que están listos para probar las microfinanzas, un concepto desarrollado en la década de 1980 en Bangladesh para ofrecer servicios financieros a los más pobres.

La resistencia cubana habría sido superada, en parte, por un contexto económico adverso acentuado en el 2008 por tres huracanes que dejaron 10.000 millones de dólares en destrozos y la crisis financiera global que afectó fuentes de ingresos como el turismo.

Cuando las reformas económicas fueron anunciadas el mes pasado, los medios oficiales cubanos dijeron que el Banco Central estaba estudiando la posibilidad de ofrecer créditos para las pequeñas empresas privadas, aunque no aclararon en qué condiciones.

En el caso de los créditos españoles, el dinero no irá directamente de los proveedores a los individuos. Los fondos serán canalizados a través del estatal Banco de Crédito y Comercio a grupos de agricultores que cultivan tierras estatales en concesión.

Pero Cuba tendrá que autorizar a los receptores de los créditos a abrir cuentas bancarias en moneda extranjera.

Cuba no pertenece a organismos multilaterales de crédito como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, por lo que el éxito de las microfinanzas dependerá de los créditos de naciones amigas.

«El desafío principal es de escala. Las microfinanzas sólo funcionan cuando tienes escala suficiente como para tener cierto impacto en la gente. Y para alcanzar escala, el financiamiento externo es vital», dijo Sergio Navajas, un experto del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.

Los expertos dicen que Cuba parece seguir el mismo camino que su aliado comunista Vietnam, que desarrolló un socialismo de mercado a menudo percibido como el modelo de las actuales reformas de Raúl Castro. Las microfinanzas jugaron un papel fundamental en la transformación económica en Vietnam.