Opositores o disidentes

Nunca había abordado el permanente e innecesario debate entre exiliados sobre la evaluación política de los que han integrado e integran el movimiento cívico cubano pro democracia y derechos humanos dentro de la isla. Confiar en la autocomprensión del entendimiento del terreno cubano por todos no ha dado resultado. Sigue todavía en ese virus de fraccionamiento (aparte del que hace la Seguridad del Estado con sus infiltrados) haciendo daño. Algunos exiliados se llevan literalmente por las definiciones del diccionario y desconocimiento del origen y no faltan los que califican y cuestionan por insidia, torpeza política, mala voluntad, o porque no saben opinar y debatir sin infamar.

En 1976 con la creación del Comité Cubano Pro Derechos Humanos fue naciendo y desarrollándose todo un movimiento de lucha cívica no violenta dentro de Cuba que ha llegado en los últimos tiempos a niveles impensables. Al inicio de la década de los 90 surgieron numerosas organizaciones defensoras de los derechos civiles y la aparición de los periodistas independientes, personas que no tienen tribuna en los medios de la isla controlados por el régimen; y ahora también con los blogueros se impulsa en Cuba el nacimiento de una sociedad civil. Ya hoy no somos «cuatro gatos que cabemos en un sofá», como expresó Fidel Castro años atrás.

¿Por qué nos llamaron disidentes? Con el nacimiento del Comité Cubano Pro Derechos Humanos la prensa internacional y las organizaciones internacionales de derechos humanos y los gobiernos, decidieron usar el calificativo de disidentes porque en el caso de los países comunistas, se hizo costumbre llamar disidentes a quienes tenían la osadía en medio de esas dictaduras totalitarias tener una actitud contestaria. Desde afuera nos pusieron el nombre de disidentes y dentro de Cuba el régimen nos inscribió a todos con el nombre de «contrarrevolucionarios» que hay que exterminar. Solo en el exilio cubano califican de opositores a unos y disidentes otros. A los disidentes los califican de gente dudosa que apoyó la revolución y después disintieron. La confusión o mala sangre de algunos está dada por guiarse literalmente por las definiciones del diccionario y no entender que son normales las diferencias de tácticas, estrategias o puntos de vista ante un problema.

Ya en una Cuba libre y democrática a la hora de votar escoges tu preferencia, pero no me parece saludable en medio de la guerra jugar a las divisiones. Para ser efectivo en el exterior se necesita de mucha inteligencia y bondad. Cuba es un terreno minado con leyes salvajes, donde hasta las palabras sirven de camuflaje. Además el Movimiento Pro Democracia dentro de Cuba es un palacio donde hay de todo. Los agentones es uno de los problemas que siempre hemos tenido. La seguridad hace sus opositores duros o moderados para saber dividir y controlar todas las tendencias. Incluso saben aprovechar las posiciones radicales de Miami para hacer de las suyas.