En: Opinión
15 Ago 2010Las anima por supuesto, y así lo han dicho, el propósito de «ayudar» a que esas reformas «no se detengan» y «sigan avanzando». La señora Valenciano se ufanó en declarar que «todos los que sabemos un poco de Cuba, sabemos que (la excarcelación) es un gesto muy determinante, muy definitivo». Tamaño aplomo y conocimiento de causa con que lo dijo, como si también ella hubiera visto desde la puerta de su casa en la isla destruirse por décadas las familias y el país e ir a parar con sus huesos a la cárcel a quienes alzando la voz han disentido.
ROBERTO CASIN: Harina del mismo costal
By ROBERTO CASIN
Pues resulta que no. Que donde dije digo, digo Diego. Hace apenas cuatro meses llegaron a pedir a coro con el mundo que las cárceles cubanas fueran vaciadas de manera inmediata e incondicional de prisioneros de conciencia. Llegaron incluso a condenar –y cito–: la «evitable y cruel» muerte del preso político Orlando Zapata. Pero como de costumbre, después de ciertas poses y discursos de ocasión, todos se escudaron en su mala memoria, porque a fin de cuentas la suerte del mundo les importa lo mismo que un huevo de cocodrilo. Como podrán adivinar estoy hablando de los socialistas, y para más detalle, de los socialistas españoles.
Ahora han anunciado que una delegación de altura, entre las que viajan la conocidísima secretaria de Política Internacional y Cooperación, Elena Valenciano, visitará La Habana los primeros días de septiembre en compañía de otra elevada dirigente del PSOE, llamada Leire y de apellido que omito porque me suena casi obsceno. Han dicho que van a ver si la excarcelación de presos políticos en la isla «significa una ventana abierta a otras reformas» y de las que las autoridades cubanas ya han hablado. Vaya oído el que tienen.
Las anima por supuesto, y así lo han dicho, el propósito de «ayudar» a que esas reformas «no se detengan» y «sigan avanzando». La señora Valenciano se ufanó en declarar que «todos los que sabemos un poco de Cuba, sabemos que (la excarcelación) es un gesto muy determinante, muy definitivo». Tamaño aplomo y conocimiento de causa con que lo dijo, como si también ella hubiera visto desde la puerta de su casa en la isla destruirse por décadas las familias y el país e ir a parar con sus huesos a la cárcel a quienes alzando la voz han disentido.
Claro que no todo es blanco y negro, ni rojo, como se empeñan en ver los más recalcitrantes socialistas. Y aunque contadas, también hay dignas excepciones, como la del eurodiputado del PSOE Luis Yáñez-Barnuevo que en enero pasado viajó de turista a Cuba en compañía de su mujer, y las autoridades de la isla lo expulsaron y lo montaron en el avión de regreso a España.
Ironías y falsedades de la política. Fue la misma Valenciano en persona la que en esa ocasión habló con el embajador cubano en Madrid para hacerle saber que los socialistas españoles no comprendían el exabrupto con el eurodiputado. Es notoria la facultad doctrinaria que tienen para fingir estos profesionales de la política de izquierdas. A propósito de ello todavía recuerdo los reproches que escuché hace pocos años de un colega cuando le advertí que más tarde o más temprano el presidente Lula sacaría las uñas en Brasil, y que en Ecuador el revoltoso Correa no era tan demócrata ni tan santo como aparentaba. «Harina del mismo costal», le dije.
Se sabe que la generalidad de estos socialistas son muy dados a repartir la riqueza de los demás, pero nunca la propia, y que cuando sus tentáculos de chupadores se mezclan con la mala conciencia y la desfachatez, entonces el asunto es de apaga y vámonos. Y les digo más. Mañana mismo podrían irse todos a la Luna, y la humanidad saldría ganando.
Reconocerán ustedes que debe ser muy lucrativo hacerle carantoñas a un gobierno como el cubano, con tantas vidas y haciendas a su disposición. Cualquiera diría que paga muy bien congraciarse con La Habana, un rédito que por lo que se ve es muy codiciado por algunos señores y señoras de probada vocación socialista, como el canciller español Miguel Angel Moratinos, que hoy descuella con mayor ruido para Cuba como un inversionista aventajado.
Una cosa es que emboben a los ilusos con su verborrea, y otra que pretendan hacernos ver que los equivocados somos nosotros, que no hay quien mejor sepa que ellos del castrismo aunque no hayan tenido nunca que zampárselo. De modo que repito la voz: socialistas de profesión, comunistas, anarquistas del siglo XXI, leninistas, marxistas, estalinistas, fidelistas, guevaristas, chavistas, zapatistas, revolucionarios de boina roja, son todos como las cabras, que a la hora de los mameyes, siempre tiran al monte.
http://robertocasin.blogspot.com
Read more: http://www.elnuevoherald.com/2010/08/14/782817/roberto-casin-harina-del-mismo.html#ixzz0wdUksHUX
———————————————————- o ———————————————————–
ALEJANDRO RIOS: Retazos
By ALEJANDRO RIOS
Cuba se va manifestando de manera incierta. En lugares públicos me encuentro personas que observan con atención los retazos de país que muestro cada domingo en el programa de televisión La Mirada Indiscreta y quieren saber de esperanzas. El drama se ha banalizado más allá de lo que aconseja la cordura.
En el documental De dónde son los cantantes, el reggaetonero Baby Lores se expresa como un inquieto pensador de barrio cuando dice que no se explica por qué el ritmo que ahora mismo arrebata multitudes está prohibido en lugares como el Parque Lenin y el teatro Karl Marx, casualmente dos fundadores del comunismo, cuando ellos no tienen un marcado interés en protestar en sus textos sino reflejar la realidad tal cual. Agrega, sin embargo, que esa realidad incluye prostitución y drogas. Si se dedicaran a la protesta, amenaza después, entonces sí sería un problema social por la cantidad de seguidores que convocan.
Lo cierto es que el reggaetón promueve un hedonismo en las antípodas de la austeridad socialista rayana en la indigencia. Los numerosos intérpretes del género se desenvuelven como si el derrumbe circundante no fuera con ellos. Se ajustan sus t-shirts rocambolescos, lustran el bling-bling de aretes y gafas de sol hiperbólicas y limpian el piso con la otrora mujer revolucionaria y laboriosa preconizada por la difunta Vilma Espín y su ya maltrecha Federación de Mujeres Cubanas con letras de canciones donde las féminas son objetos sexuales y de consumo: a unas «le gustan los artistas» y a otras los celulares motorolas.
Ni decir que al no participar abiertamente de la infidencia revolucionaria como el talentoso dúo de hip-hop Los Aldeanos, dueños de canciones mordaces contra las humillaciones que sufren los cubanos en su propio país, los reggaetoneros se han vuelto embajadores de la música de la isla y un día se presentan en Miami y al siguiente en Roma.
En esta simplificación y atomización de la realidad, las excarcelaciones de prisioneros políticos en Cuba no son noticia más allá de un reducido círculo de conocedores del tema y familiares agraviados.
En la isla existen cientos de portales oficiales que simulan aires de democracia informativa pero ya se sabe el poco acceso que tiene el cubano común a la Internet. Sólo en esos sitios se habla abiertamente de la necesidad urgente de transformaciones en la sociedad para salvar el proyecto socialista. Un conocido columnista ha llegado a decir que la situación pasa «de la carne a la ceniza» si no se actúa con premura.
Otros, como el profesor y escritor universitario Guillermo Rodríguez Rivera, a quien le prohibieran un volumen de poemas titulado El libro rojo, de 1970, en su temprana juventud, hoy es el adalid de las causas culturales oficiales proponiendo también fórmulas desesperadas de cambio, en las direcciones electrónicas mencionadas, al mismo tiempo que la emprende, con ahínco, contra pensadores de esta orilla como Emilio Ichikawa y Duanel Díaz.
Afirma Rodríguez Rivera, sin ápice de pudor, que él y otros intelectuales cubanos propugnaron la liberación de los presos políticos ignorando, olímpicamente, los desvelos de Guillermo Fariñas, el calvario de Zapata y la perseverancia de las Damas de Blanco.
Recuerdo que años antes de sufrir semejante metamorfosis vi al profesor de visita en Miami en casa de un novelista ya fallecido, descompuesto por el alcoholismo y rezongando contra el maltrato que había recibido desde los días que estuvo entre los iniciadores de El Caimán Barbudo, revista cultural que alguna vez se vanaglorió de ser liberal.
in duda la situación del planeta Cuba no es muy esperanzadora que digamos, al saber que a una periodista recién graduada le sudan las manos y llora de emoción ante la presencia del dictador resucitado, quien, por otra parte, le da un tapabocas al cantante Amaury Pérez cuando le hace una pregunta que, en su adulonería, trasciende las más disparatadas teorías conspirativas, mientras, en el mismo aquelarre, Silvio Rodríguez le toma las fotos cándidas al vejete y asegura que él nunca quiso tumbar al gobierno.
El panorama es ciertamente vergonzoso, turbio. Si una valla en la calle anuncia que «Fidel es un país», la nación está, eventualmente, dislocada sin remedio a corto plazo.
Read more: http://www.elnuevoherald.com/2010/08/14/782816/alejandro-rios-retazos.html#ixzz0wdVFY4oN
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".