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19 Nov 2010Naciones Unidas tiene la obligación de actuar como administración suplente en aquel pequeño Estado del Caribe dado que no existe realmente la institución gubernamental propia del país. Naciones Unidas, después del tiempo que ha transcurrido desde el terremoto, tenía el deber de establecer unas mínimas medidas de higiene y sanidad en campamentos y ciudades destinados a preveer situaciones como la que ahora ha desencadenado la epidemia de cólera.
OMS: El cólera en Haití se expandirá a República Dominicana
La epidemia de cólera en Haití inevitablemente se expandirá a República Dominicana pero es probable que allí cause menos problemas, señaló el viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Muchos haitianos trabajan en República Dominicana – que ocupa la otra mitad, la oriental, de la isla de La Española – y dado que las infecciones por cólera no suelen mostrar síntomas de la enfermedad – que se transmite a través del agua – podría cruzar fácilmente la frontera, dijo el portavoz de la OMS Gregory Hartl en una conferencia de prensa en Ginebra.
«Es completamente esperable que haya casos en República Dominicana. Estamos viendo las primeras señales de esos casos y estamos trabajando con el Gobierno de República Dominicana para que se prepare», manifestó Hartl.
Más de 1.110 personas han muerto en Haití por el reciente brote de cólera y más de 18.000 han contraído la enfermedad.
La infección es tratable con sales de rehidratación orales, o soluciones caseras fabricadas con un litro de agua, una cucharada de sal y seis de azúcar. Pero puede resultar letal si no es detectado a tiempo.
El portavoz de la OMS Christian Lindmeier dijo que en República Dominicana las mejores condiciones sanitarias harían que la enfermedad diarreica sea menos peligrosa.
«No esperamos que (la tasa de enfermedad severa y muerte) sea tan elevada como en Haití», señaló Lindmeier.
Funcionarios médicos en Florida informaron un caso confirmado de infección por cólera en un hombre que visitó a su familia en Haití, pero añadieron que el riesgo de un brote en Estados Unidos es mínimo.
LIBERTAD DIGITAL
19/11/2010 – Editorial
El escándalo de la ONU en Haití
Josep Miró i Ardèvol
Resulta simplemente escandaloso que la Asamblea General de Naciones Unidas, el máximo organismo de esta institución, sea incapaz de llevar la inepcia de sus gestores al plenario después de lo que viene sucediendo en Haití.
Naciones Unidas tiene la obligación de actuar como administración suplente en aquel pequeño Estado del Caribe dado que no existe realmente la institución gubernamental propia del país. Naciones Unidas, después del tiempo que ha transcurrido desde el terremoto, tenía el deber de establecer unas mínimas medidas de higiene y sanidad en campamentos y ciudades destinados a preveer situaciones como la que ahora ha desencadenado la epidemia de cólera.
Se trataba de un riesgo inminente, casi garantizado y, una vez más, la administración de aquel organismo mundial ha manifestado todas sus incapacidades.
La burocracia de la ONU es pesada y cara, muy cara. Está formada por gente que vive en un estatus privilegiado sin que ello tenga contrapartida alguna con los resultados que obtienen en la tarea encomendada; son capaces de llenar toneladas de papel, declaraciones, proyectos, estudios, pero ante la realidad se ven continuamente desbordados. No necesitamos reyes del papeleo, sino personas honestas y eficaces sobre el terreno. La ONU, su administración, no necesita tanto una reforma, de la que hace decenios que se habla, como una poda radical que liquide toda la profusión de ramas muertas, podridas, bordes y que dejen sujeto su perfil a lo estrictamente necesario: la preservación de la paz en el mundo, la construcción de un marco lo más eficaz posible de dialogo y, a partir de ahí, que se construyan nuevos mecanismos competentes para intervenir en las catástrofes de carácter internacional. La ONU, icono de progres travestidos, es quien entrega sus comisiones de derechos humanos a países totalitarios, malgasta el dinero que recibe carente de todo control, fracasa en sus misiones. Eso si no acrecienta el daño como ha sucedido con algunos de sus contingentes militares en África.
La gota que rebasa el vaso es lo de Haití, incapaz de preveer y actuar con un mínimo de eficacia. Las muertes que allí ahora ocurren son de su responsabilidad y deben ser denunciadas y sus actividades juzgadas, al menos en el ámbito de lo político.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".