Obama, los Castro y la libertad

Omar López Montenegro, directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana.

(Radio Martí, 20/10/10) – Varios grupos del exilio cubano en Estados Unidos calificaron el martes de «acertada» la decisión del presidente Barack Obama, de condicionar nuevos pasos de acercamiento a Cuba, a que el régimen castrista incremente las libertades.

Omar López Montenegro, directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana, dijo que el Gobierno de Cuba ha intentado crear una expectativa con la liberación de algunos prisioneros políticos, mientras que la economía es un privilegio solo para los extranjeros, y sigue anclada en el pasado.

Por su parte, Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, cree que la decisión de Obama es solidaria con las aspiraciones de libertad del pueblo cubano, a la vez que respetuosa de la soberanía de la nación.

Para Jaime Suchlicki, académico de la Universidad de Miami, es posible que el presidente Obama esté tomando una posición más dura, al no ver reacciones del Gobierno cubano, que no pone en libertad al contratista estadounidense Alan Gross, y ha desterrado a presos políticos cubanos.

Las reacciones ocurren después que el presidente Barack Obama declarara, ayer martes, que demasiados prisioneros políticos languidecen en las cárceles cubanas, y que Raúl Castro tiene que impulsar cambios si desea mejores relaciones con Estados Unidos.

Obama habló sobre el caso cubano en la Casa Blanca, donde firmó una ley de educación para la comunidad hispana.

El presidente aseveró que antes de aliviar el embargo comercial, Estados Unidos necesita una verificación total de que el gobierno cubano emprenderá profundos cambios políticos.

Obama resaltó que los disidentes son encarcelados en Cuba y que el gobierno de los Castro debe demostrar un mayor grado de seriedad si desea un acercamiento a Estados Unidos.

La inminente liberación de tres presos que no estaban en la lista de 52 pactados en julio con la Iglesia Católica sugiere que el presidente Raúl Castro seguirá vaciando celdas.

En los últimos días, las autoridades han ofrecido esta opción a otros siete disidentes que están en libertad condicional, entre ellos el economista Óscar Espinosa Chepe.

«Es evidente que lo que quieren es liberarse de nosotros», añadió.

Las autoridades comunistas de Cuba consideran que Espinosa Chepe y otros disidentes son «mercenarios» a sueldo de su enemigo Estados Unidos.

Al permitirles viajar al extranjero sin billete de vuelta, el Gobierno se está deshaciendo de parte de la oposición, según disidentes.

Los 39 presos que han aceptado hasta ahora emigrar a España lo hicieron con sus familiares, la mayoría activistas de grupos de oposición como las Damas de Blanco.

Los 13 que no quieren irse siguen entre rejas, aunque las autoridades han prometido liberarles a mediados de noviembre como tarde.

«En todo este proceso el gran ganador es el régimen porque se quita de encima a los opositores, reduce el número de presos políticos y también las críticas internacionales», dijo Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos.

Las autoridades también han ofrecido marcharse a Estados Unidos a Reina Luisa Tamayo, la madre del preso político Orlando Zapata, muerto en febrero tras una huelga de hambre para reclamar mejores condiciones de detención.

Tamayo ha dicho que no se irá hasta que le entreguen los restos de su hijo, cuya muerte desató críticas contra Cuba y llevó a Raúl Castro a pactar la primera tanda de liberaciones.

¿CUÁNTOS QUEDAN?

Las excarcelaciones han avivado el debate sobre la cantidad de presos políticos que hay en Cuba.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos calcula que aún quedan unos 100, pero su lista incluye a personas procesadas por delitos como terrorismo, piratería aérea e inmigración ilegal.

En cambio, la lista de presos de conciencia de Amnistía Internacional quedaría muy pronto a cero.

Además de la liberación de 52 disidentes pactada con la Iglesia Católica, Amnistía reclama la excarcelación del opositor Rolando Jiménez, que podría producirse esta misma semana.

«No lo tomamos muy bien ya que esto es una deportación. En el pasaporte pone salida definitiva», dijo Lamasiel Gutiérrez, la esposa de Jiménez, desde un hostal del Ministerio del Interior en La Habana donde se reúnen los familiares de los presos antes de viajar al extranjero.

«Al Gobierno no le conviene que ellos estén en la calle, porque los opositores nunca dejan su profesión», dijo Gutiérrez por teléfono.

OTRO MARIEL

Jiménez, un ex policía convertido en disidente y preso desde 2003, será liberado junto a otras dos personas procesadas por piratería y salida ilegal del país.

Algunos disidentes temen que el Gobierno deje salir a presos comunes para empañar la imagen de la oposición.

Nueve de 10 presos de la provincia occidental de Pinar del Río a quienes las autoridades ofrecieron recientemente la posibilidad de marcharse están en la cárcel por terrorismo, piratería o inmigración ilegal, dijo la opositora Martha Beatriz Roque.

«El Gobierno va a tratar de hacer lo mismo que hizo en Mariel», dijo en alusión al éxodo en 1980 a Estados Unidos a través del puerto de Mariel de unos 125.000 cubanos a quienes el entonces presidente Fidel Castro describió como «escoria».