En: Opinión
16 Nov 2010El documento partidista de 1997 no ofrecía un programa; el de hoy sí esboza una serie de medidas, pero como simple ciudadano no especializado en los temas económicos, pienso que sus 32 páginas pueden resumirse en una frase corta: “Más de lo mismo”. El Proyecto de Lineamientos enumera aspiraciones plausibles, pero como se proponen herramientas que jamás fueron eficientes, y que para colmo están melladas por un uso de medio siglo, no queda mucho espacio para la esperanza.
Noticias del Castrismo
Por: René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente
El lunes se difundió la información: el VI Congreso del partido único se celebrará finalmente en abril de 2011. Se advirtió que el evento tratará un solo tema: “Análisis de la actualización del modelo económico y social del país”. Como se supone que se trata del órgano supremo de esa entidad política, habrá que ver si los delegados acatan esa limitación de sus atribuciones.
El martes fue publicado el Proyecto de lineamientos de la política económica y social, elaborado por un cuerpo que, curiosamente, ha asumido el nombre de “Comisión de Política Económica del VI Congreso del Partido”; o sea, de un órgano que, como ya dije, solo se inaugurará dentro de cinco meses.
Como las cosas en nuestra Cubita bella continúan básicamente igual, no esperaré nada útil de los comentarios que puedan hacer sobre ese documento los voceros oficialistas. Sí aguardaré con impaciencia los trabajos que elaboren los economistas independientes Oscar Espinosa Chepe, Arnaldo Ramos Lauzurique y otros.
Sobre el proyecto en sí vale la pena destacar que se centra en la situación actual y las medidas a adoptar. Esto es un avance si lo comparamos con la convocatoria al V Congreso, que, aunque ahora parezca increíble, estaba dedicada en sus cuatro quintas partes a exponer y tergiversar la historia, según señalamos en La Patria es de todos.
El documento partidista de 1997 no ofrecía un programa; el de hoy sí esboza una serie de medidas, pero como simple ciudadano no especializado en los temas económicos, pienso que sus 32 páginas pueden resumirse en una frase corta: “Más de lo mismo”. El Proyecto de Lineamientos enumera aspiraciones plausibles, pero como se proponen herramientas que jamás fueron eficientes, y que para colmo están melladas por un uso de medio siglo, no queda mucho espacio para la esperanza.
Uno no alcanza a entender cómo los métodos que han transformado a la “azucarera del mundo” en una importadora ocasional del dulce, que han diezmado la masa ganadera o que, como se reconoció hace poco, han destruido virtualmente la producción cafetalera, lograrán el milagro de sacar a Cuba del hoyo en que está sumida como resultado de esas mismas políticas que ahora se quiere presentar como salvadoras.
En el ínterin, los demócratas del mundo expresan indignación por la inobservancia del plazo fijado por el mismo presidente Raúl Castro para terminar de liberar a los presos de conciencia. El pasado día 7, los propios cautivos, las dignas Damas de Blanco y los demás luchadores pro democracia nos mantuvimos expectantes, pero nuestros anhelos se vieron defraudados.
Pese a este incumplimiento, pienso que en definitiva todos los miembros del Grupo de los 75 serán puestos en libertad; lo contrario no tendría sentido para el régimen. Pero parece probable que, como este prefiere que no permanezcan en Cuba, estén presionándolos psicológicamente, igual que hicieron con Nelson Molinet. La idea es que, ante la prolongación indefinida del injusto encierro, al menos algunos acepten exiliarse.
Sé por experiencia propia que no es fácil resistir ese cruel apremio. Recuerdo mi ansiedad cuando dos de mis hermanos de causa fueron liberados en mayo de 2000, mientras yo seguía preso. Quien está fuera puede pensar serenamente que el que esperó durante más de siete años puede soportar algunos días más de encierro, pero esto no resulta tan fácil para quien está adentro. No obstante, la decisión solo puede tomarla esa docena de valientes hermanos nuestros y a nosotros sólo nos corresponde respetarla, cualquiera que ella sea.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".