Muamar el Gadafi: el perro loco, acorralado

En: Internacional

22 Feb 2011

En vísperas de San Valentín, Muamar el Gadafi llamó a los palestinos a levantarse contra Israel: «Ha llegado la hora de las revoluciones populares», dijo. Y resulta que le escucharon más en su Libia sometida que en Hamastán y Cisjordania. ¿Le habrá llegado su San Martín? Miren que cuando a la Historia le da por cultivar la justicia poética…



Muamar el Gadafi: el perro loco, acorralado

Por Mario Noya

Muamar el Gadafi.
En vísperas de San Valentín, Muamar el Gadafi llamó a los palestinos a levantarse contra Israel: «Ha llegado la hora de las revoluciones populares», dijo. Y resulta que le escucharon más en su Libia sometida que en Hamastán y Cisjordania. ¿Le habrá llegado su San Martín? Miren que cuando a la Historia le da por cultivar la justicia poética…

Nuestro hombre (¡no lo quiera Dios, siquiera en modo Alá!) nació el 7 de junio de 1942 en la árida, desértica Sirte, en el seno de una familia árabe-bereber con muy pocos posibles. No tardó el chaval en mostrar sus querencias revolucionarias, y ya en 1956 le vemos enredando en algaradas naseristas a cuenta de la crisis de Suez. Andando –muy poco– el tiempo hará en Libia lo que su referente Gamal Abdel en Egipto: derrocar al rey (Idris I y Faruk I, respectivamente) para instaurar un régimen bastante más opresivo. Corría el año 1969, y nuestro hombre (¡que no, que no!) apenas contaba 27 primaveras (con perdón).

Iluminado, megalómano como tantos –el socialismo era esto–, Gadafi llegó al poder absolutamente decidido a emprender una vasta empresa de demoliciones –les sonará de Azaña– y poner en pie una Libia nueva, hostil tanto al capitalismo como –no tanto– al «comunismo ateo». La clave estaba en el socialismo islámico que tenía él en el caletre, y que puso negro sobre blanco en su celebérrimo Libro verde (como la bandera libia, como la bandera del islam), que no es un libro sino tres: «La autoridad del pueblo» (1976), donde desprecia la democracia parlamentaria y saluda el advenimiento de las «conferencias y comités populares», engendros destinados a cumplir el mismo papel del váter que los sóviets en la Patria de los Trabajadores; «La solución del problema económico: el socialismo» (1978), cuyo título nos exime de mayor comentario, y «La base social de la Tercera Teoría Universal» (1979), en que vuelca su sabiduría incomparable sobre qué sea la Nación, la Tribu… y sobre las diferencias que distinguen al varón de la hembra:

Las mujeres son hembras y los hombres, varones. De acuerdo con los ginecólogos, las mujeres menstrúan todos los meses o así, mientras que los hombres, como son varones, no menstrúan ni sufren durante el período mensual.

El Libro verde, influido por la Filosofía de la Revolución de Naser (1954) y el Libro rojo de Mao (1964-76), tiene en el gorilazo Hugo Chávez Frías uno de sus más entusiastas lectores.

Su tercera vía fracasó miserablemente, como su panarabismo –quiso cumplir el sueño de su mentor Naser y unir bajo una sola bandera el norte de África y todo el mundo árabe– y su panafricanismo –llegó a proponer, no hace tanto, la creación de unos Estados Unidos de África–. Crear, es claro, no es lo suyo. Destruir, asesinar, torturar, aterrorizar, en cambio, lo borda, el muy «perro loco» (Reagan dixit). Durante largos, espantosos años fue uno de los mayores promotores del terrorismo: estuvo en las mejores relaciones con el IRA y con la OLP; se le ha acusado de financiar la Matanza de Múnich, de planear el asesinato de gobernantes franceses, norteamericanos, británicos, alemanes y saudíes, de sembrar de minas el Mar Rojo y de estar detrás de los atentados de Lockerbie (1988, 270 muertos), Níger (1989, 170 muertos) y la discoteca berlinesa La Belle (1986, 3 muertos). Cuando le llamaban «terrorista», no es que lo negara: es que sacaba pecho. Así hablaba en 1985:

Sí, soy un terrorista cuando se trata de defender la dignidad de este país. Asumiré mis responsabilidades y emprenderé acciones terroristas contra los gobernantes árabes: los amenazaré, los aterrorizaré (…) Y, si puedo, los derrocaré uno a uno.

Fue entonces, mediados de los 80, que Reagan le llamó «perro loco del Medio Oriente»… y que le castigó a modo: en 1986 lanzó la operación El Dorado Canyon, que incluyó el bombardeo de objetivos en Trípoli y Bengasi y costó la vida a 45 personas, entre las que se contaba Jana, la hija adoptiva del dictador libio.

La represalia norteamericana y las sanciones que le impuso la ONU por su afición al terrorismo surtieron efecto, y el perro loco se fue, poco a poco, aplacando. Hasta el punto de que en 1998, cinco meses antes de que lo hiciera EEUU, Libia fue el primer país en cursar una orden de detención contra Osama ben Laden. Con todo, no dejaba de dar una de cal y otra de arena: en 1995 expulsó a 30.000 palestinos del país en respuesta a las negociaciones de paz que por aquel tiempo mantenían Israel y la OLP.

La ONU suspendió las sanciones que pesaban contra la Gran Jamahiriya (= «Estado de las masas») Árabe Libia Popular Socialista (les juro que es el nombre oficial) en 1999, y las levantó definitivamente en 2003, luego de que Gadafi condenara los atentados del 11-S (fue de los primeros líderes árabes en hacerlo), asumiera su responsabilidad por la matanza de Lockerbie (anunció que desembolsaría 2.700 millones de dólares en concepto de indemnizaciones) y renunciara a la carrera nuclear (tiempo atrás trató de comprar a la China comunista una bomba atómica). Estados Unidos sacó a Libia de su lista de patrocinadores del terrorismo en 2006, y en 2009 Trípoli y Washington intercambiaron embajadores por primera vez desde 1973. Aprovechándose de la gadafofilia general, en 2007 Francia llegó a un acuerdo con el espadón del desierto para proveerle armas por valor de 400 millones de dólares. En los buenos viejos tiempos del socialismo terrorista quien cebaba los arsenales libios era, quién iba a ser, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Guarden, guarden las perdices que no hay final feliz. Quizá sea casualidad, pero lo cierto es que el coronel volvió por sus fueros de perro rabioso sin vacunar a medida que George W. Bush, cuánta razón, se convertía en un pato cojo y sentaba sus reales en la Casa Blanca «nuestro hermano keniata de nacionalidad americana», Barack Obama, a quien ha acusado de ser «un negro con complejo de inferioridad». Lo que sigue son algunas de sus perlas de los últimos años:

–Es una respuesta a la avaricia de las naciones occidentales, que invaden las aguas somalíes y explotan sus recursos. [Lo que hacen los que secuestran barcos] no es piratería, sino defensa propia. Están defendiendo los alimentos de los niños somalíes. (5-II-2009).

–Hay signos de que Alá concederá al islam la victoria en Europa. Sin espadas, pistolas ni conquistas. Los 50 millones de musulmanes de Europa convertirán el continente en musulmán en unas pocas décadas. (10-IV-2006).

–El musulmán que, doquiera se encuentre, trabaja con Suiza es un apóstata. Trabaja contra Mahoma, contra Dios y contra el Corán. Los musulmanes deben ir en masa a los aeropuertos del mundo islámico e impedir el aterrizaje de cualquier avión suizo, a los puertos e impedir el atraque de cualquier barco suizo, a inspeccionar las tiendas y mercados e impedir que se venda un solo producto suizo. (26-II-2010, luego de que los suizos decidieran en referéndum prohibir la construcción de minaretes en sus cantones).

–Desencandenemos la guerra santa contra Suiza, el sionismo y la agresión extranjera. (26-II-2010).

–Suiza no es un Estado, sino una mafia mundial. (23-IX-2009, antes de que los suizos decidieran en referéndum prohibir la construcción de minaretes en sus cantones; ante la Asamblea General de la ONU).

–No debería llamarse Consejo de Seguridad. Debería llamarse Consejo del Terror. (23-IX-2009, ante la Asamblea General de la ONU).

Pues eso, que no hay tirano bueno. Y que, en cuanto pueden, estos machos cabríos tiran al monte.

De puertas para dentro, jamás dejó de ser un milico despiadado. El Líder Fraternal (así se hace llamar, el pájaro orwelliano) y Guía de la Revolución gobierna mediante el terror un país que malvive de sus descomunales reservas de gas y petróleo (la venta de ambos recursos representa el 95% de las exportaciones del país, y el 25% de su PIB), importa el 75% de los alimentos que consume, padece un paro del 30% y un analfabetismo del 18% y tiene a uno de cada tres habitantes atrapado en la pobreza más infecta. Con razón George Ayittey le incluyó en su lista «Lo peor de lo peor», en la que daba cuenta de los 23 tiranos más infames del planeta.

Ahora asoma su cabeza calva su hijo pijo Saif al Islam («Espada del Islam», para que se queden ustedes tranquilos), diciendo que han captado el mensaje y que quieren hacer reformas y hablar con los opositores que queden vivos y llamando, manda huevos, a la fraternidad. A buenas horas, mangas verdes laicas. Y a otro perro de los de cuatro patas con ese hueso, porque a ver quién cree a este sujeto, que a la vez predica que si tienen que ahogar en sangre los gritos de los humillados y ofendidos, desde luego que lo harán. Que Libia ni es Túnez ni es Egipto. Palabra de la Espada del Islam.

Tomado de Libertad Digital

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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