En: Derechos Humanos
24 Jun 2010Remarcó que en estos momentos “el pueblo cubano necesita soluciones por su dramática situación” y que “bienvenidas sean, vengan por donde vengan”. Lo fundamental, indicó, es que “se respeten los derechos humanos de los cubanos y que haya reformas que traigan el alivio a la situación económica”. También pidió un cambio del sistema carcelario, por lo que “invitaría a la Iglesia a que negocie para que le permitan visitar las cárceles del país —superpobladas, donde se ejerce un trato cruel y degradante— y puedan ir a hacer servicios religiosos”.
Darsi Ferrer: “No acepto ninguna condena que venga de este tribunal porque yo no he cometido delito común”
publicado el martes, junio 22, 2010
* “Cuando oí gritos de libertad, yo estaba en el calabozo del tribunal esperando para que me llevaran al juicio y se me salieron las lágrimas por aquella solidaridad y fraternidad de mis hermanos de lucha”
* “Me gustaría creer que las excarcelaciones sean debido a su intervención [de la Iglesia] pero no tengo la certeza de que estas cosas se estén produciendo por dicha gestión”
* Las excarcelaciones “se deben en gran medida a la presión internacional, a la valentía de la oposición, a la necesidad imperiosa del pueblo cubano que no tiene posibilidad de tener una vida digna y todo este fracaso se hace insostenible”
El doctor Darsi Ferrer, en declaraciones al periodista Nelson Rubio, comentó hoy, una vez finalizado el juicio en La Habana, que la vista fue «lo que yo esperaba, un gran circo en el que finalmente se terminó todo este teatro iniciado hace ya once meses».
Para el opositor «quedó claro que no era por delitos comunes que se me quería sancionar, sino simplemente como castigo por mis ideas políticas, por tener una opinión política distinta a la que impone el gobierno».
Subrayó que el juicio no ha sido nada más que «una farsa» y resaltó la injusticia de la cual ha sido víctima desde un primer momento: «No acepto ninguna condena que venga de este tribunal porque yo no he cometido delito común alguno, y no estaría de acuerdo con ningún tipo de condena ante esa farsa organizada por la Seguridad del Estado».
Ante la sede del tribunal se congregaron varios opositores y representantes diplomáticos de otros países. «Fue increíblemente emocionante —señaló Ferrer—, no tengo ninguna pena en confesar que, cuando oí gritos de libertad, yo estaba en el calabozo del tribunal esperando para que me llevaran al juicio y se me salieron las lágrimas por aquella solidaridad y fraternidad de mis hermanos de lucha”.
Para el opositor ha sido “algo indescriptible, fueron muy valientes y todo eso, a pesar de que había gran cantidad de policías para amedrentar, fue durante mucho tiempo y se pudo oir por muchas cuadras; la gente lo hizo de forma valiente, a cara descubierta”. El doctor señaló que hoy “la oposición ha demostrado su gran valor, a pesar de las difíciles circunstancias en que se desempeña”.
Asimismo, citó el “apoyo de los cubanos en el exterior”, el cual “siempre es un aliento que nos brinda fuerza, una razón más para seguir en nuestra lucha y no sentirnos solos al soportar todas las calamidades que uno enfrenta encerrado en cárceles en condiciones infrahumanas”.
En este sentido, explicó la precariedad de las condiciones carcelarias de las prisiones castristas: “La alimentación es pésima, prácticamente incomible y no sostiene los requerimientos necesarios para mantener la salud; llevo once meses de trauma psicológico por el constante maltrato, por estar en una situación desfavorable para la salud mental; he hecho tres huelgas de hambre que entre otras cosas me han provocado una anemia”.
Ferrer señaló que todo esto son “cosas pasajeras” a las que no quiere dar “mucha significación” porque para él es más duro saber que está en la calle pero que deja «a muchos hermanos presos, que siguen bajo las botas de los militares y tras las rejas; eso es más doloroso que cualquier enfermedad que cualquiera carga en la prisión”.
Sobre el diálogo Iglesia Católica y gobierno, Ferrer dijo no tener mucha información por las dificultades de acceso en la cárcel, pero que conocía el papel de “mediadora” que la iglesia ha tomado en las últimas semanas, “ante la situación tan grave y dramática que presenta ahora mismo el régimen, con sus ya largos 50 años de abusos, injusticias y desastre como sistema”.
Aseguró que él no es “nadie para cuestionar la posición de la iglesia” y señaló que le “gustaría creer que las excarcelaciones sean debido a su intervención, pero no tengo la certeza de que estas cosas se estén produciendo por dicha gestión”.
Remarcó que en estos momentos “el pueblo cubano necesita soluciones por su dramática situación” y que “bienvenidas sean, vengan por donde vengan”. Lo fundamental, indicó, es que “se respeten los derechos humanos de los cubanos y que haya reformas que traigan el alivio a la situación económica”. También pidió un cambio del sistema carcelario, por lo que “invitaría a la Iglesia a que negocie para que le permitan visitar las cárceles del país —superpobladas, donde se ejerce un trato cruel y degradante— y puedan ir a hacer servicios religiosos”.
Finalmente, el doctor añadió que es “la necesidad y el fracaso del modelo castrista lo que está empujando al pueblo a defender sus derechos con más ahínco para que se busquen soluciones a nuestra realidad”. Las excarcelaciones, señaló, “se deben en gran medida a la presión internacional, a la valentía de la oposición, a la necesidad imperiosa del pueblo cubano que no tiene posibilidad de tener una vida digna y todo este fracaso se hace insostenible”. El doctor cree que cualquier reacción por parte del Gobierno se da por “las presiones de un pueblo cada vez más acorralado y por la valentía de la oposición para alcanzar la libertad de nuestro país”.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".