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16 Nov 2010Los Castro llegaron para perpetuarse en el poder, de eso no le cabe dudas a ningún cubano. Más de medio siglo de gobierno, perdón desgobierno, no le ha bastado a este dúo ambicioso para demostrar sus ansias aniquiladoras de la Nación cubana. Sometieron el País al más cruel y macabro experimento social que recuerda la historia de Cuba, convirtiendo la Isla en una enorme cárcel y a sus habitantes en esclavos modernos, donde las personas apenas subsisten con un mínimo proporcionado por el Papa Estado, al cual todos deben rendir pleitesías y loas a expensas de ser catalogados de malagradecidos o traidores.
Las medidas Castristas son más de lo mismo y solo se harán en beneficio de la cúpula gobernante.
Noviembre 16 de 2010
Los Castro llegaron para perpetuarse en el poder, de eso no le cabe dudas a ningún cubano. Más de medio siglo de gobierno, perdón desgobierno, no le ha bastado a este dúo ambicioso para demostrar sus ansias aniquiladoras de la Nación cubana. Sometieron el País al más cruel y macabro experimento social que recuerda la historia de Cuba, convirtiendo la Isla en una enorme cárcel y a sus habitantes en esclavos modernos, donde las personas apenas subsisten con un mínimo proporcionado por el Papa Estado, al cual todos deben rendir pleitesías y loas a expensas de ser catalogados de malagradecidos o traidores.
Este régimen a lo largo de más de cincuenta años ha tenido a muchos cómplices que le han proporcionados los medios posibles para mantener su enorme aparato controlador, sin tener que aplicar una economía libre, productiva y eficiente; donde las libertades ciudadanas caracterizan a este tipo de sistema, debilitando su poder controlador sobre las personas. La crisis económica mundial actual y la corriente democratizadora en muchos países hacen al gobierno cubano adoptar medidas de ciertas flexibilizaciones comerciales. Estas reformas serán implementadas con el inconveniente de un control estatal absoluto, donde se introducen medidas de fuertes restricciones en las ganancias, asi como en el tamaño de los negocios y la cantidad de personal a emplear en ellas.
Como bien señalan muchos economistas y analistas políticos: Las medidas Castristas son más de lo mismo y solo se harán en beneficio de la cúpula gobernante. Asegurando su control del poder de una forma absoluta, sin ceder un palmo de libertades y derechos a los cubanos. Ante esta nueva situación se impone una realidad; el Papa Estado se debilita cada vez más, la oposición tiene que aprovechar esta coyuntura, debe organizar la sociedad y crear un Frente Común, se impone el reclamo de libertades y derechos fundamentales y eso solo será posible si se logra articular un Movimiento de la Oposición Unido, dejemos las ambiciones políticas para cuando en Cuba reine un Estado de Derecho. Lo importante hoy es lograr los cambios hacia una sociedad democrática. Luego será el pueblo quien decidirá lo que quiere y desea.
A continuación un magnifico comentario de Carlos Alberto Montaner y otro de la agencia EFE, que reflejan muy bien lo que acontece en la Isla de Cuba:
Cuba: otra reforma, otro fracaso
Por: Carlos Alberto Montaner
Noviembre 14 de 2010
Raúl Castro está empeñado en que el comunismo cubano sea eficiente y productivo. Sus reformas no están encaminadas a crear libertades políticas y económicas, como esperaban los más ilusos, sino a salvar y relanzar el modelo socialista de economía planificada, dirigido por los sabios y bien intencionados burócratas del Partido, donde predomine la propiedad estatal de los medios de producción, ahora acompañado de cooperativas y de un tenue tejido micro empresarial privado, también sujeto a los objetivos generales del Estado y bajo la estricta vigilancia del gobierno para que la acumulación de riquezas no sea excesiva. O sea, el mismo monstruo, pero ligeramente mutado.
Para lograr sus propósitos, Raúl ha puesto en circulación un documento de 32 páginas titulado «Lineamientos de la política económica y social», que será el foco de las discusiones hasta llegar al VI Congreso del Partido Comunista convocado para abril del 2011. Nada de exámenes políticos de fondo. Nada de cuestionamientos esenciales al sistema dictatorial que mantiene a los cubanos en una creciente miseria desde hace más de medio siglo. La discusión se limita al tema estrictamente económico.
Era previsible. Raúl no es un ideólogo. Ni siquiera se considera un político. Se ve como un gerente. Se considera un tipo pragmático, organizado, capaz de armar un equipo de trabajo, asignar responsabilidades, establecer calendarios y hacer cumplir las metas con mano dura. Siempre ha percibido a su hermano como un ser superior, genial, más inteligente que él, pero caótico, arbitrario, torpe en la elección de sus subalternos e incapaz de desarrollar planes a largo plazo. Piensa que sin Fidel no hubiera habido revolución, pero estima, como muchos cubanos, que por culpa de Fidel y de sus arrebatos anarco locos la revolución es un desastre.
Raúl cree que él puede arreglar ese desastre. Sería su gran victoria personal en la secreta competencia que mantiene con su hermano mayor. Durante toda su vida ha sido un segundón, un apéndice a veces humillado del Máximo Líder (a Raúl le llaman, en voz baja, el Mínimo Líder), pero ésta es su oportunidad histórica de ganarle esa batalla íntima y dolorosa y demostrar que él es capaz de triunfar donde el otro fracasó estrepitosamente.
Aunque la reforma es económica, el objetivo de medio y largo plazo es de carácter político. Raúl sabe que el fracaso material del gobierno es de tal magnitud que difícilmente el régimen sobreviva cuando él y Fidel no estén al frente de los cuarteles. Ya casi nadie cree en el sistema porque, como se le escapó a Fidel, «no funciona». Para poder transmitir ordenadamente la autoridad dentro de las instituciones del Partido y evitar el derrumbe post mortem, hay que legitimar a la clase dominante aportando comida, vivienda, agua potable, comunicaciones, electricidad, transporte, ropa, salud, educación y un mínimo de diversión.
Hasta ahora han podido sobrevivir gracias a la caridad soviética, primero, y luego a la venezolana, pero Hugo Chávez es un tipo impredecible que puede desaparecer mañana, como ocurrió con la URSS. El sistema comunista cubano tiene que ser autosuficiente, especialmente si se mantiene el propósito de entronizar la dinastía dejando en el poder a Alejandro Castro Espín, coronel de los servicios de inteligencia e hijo y mano derecha de Raúl.
Pero todo eso es una fantasía. Su reforma del aparato productivo fracasará, como ocurrió con las otras seis anteriores que ha implementado el gobierno a lo largo de más de cincuenta años. Raúl cree que el sistema se salva si las empresas en poder del Estado se vuelven eficientes y rinden beneficios. Las va a operar con métodos comunistas, pero va a juzgar sus resultados con categorías del capitalismo. Eso es un disparate. Quiere que las empresas produzcan cada vez más con cada vez menos, que es la esencia de la productividad capitalista, y por eso en el plazo de dos años va a lanzar al desempleo a un millón trescientas mil personas, una cuarta parte de la fuerza laboral, incapaz de advertir que el pecado original del modelo comunista está, precisamente, en la propiedad estatal de los medios de producción y en la existencia de un poder central planificador manejado por burócratas que determinan los precios artificialmente y aplastan la creatividad y el espíritu emprendedor de la sociedad.
Raúl supone que el modelo comunista se basa en ideas correctas hasta ahora mal ejecutadas. Morirá sin entender que las enormes deficiencias del comunismo real son la consecuencia natural de las ideas disparatadas de Marx, Lenin y el resto de los corifeos. Ya está muy viejo para aprender nada.
www.firmaspress.com
(C) Firmas Press
Cuba tendrá que modificar varias leyes para aplicar sus reformas económicas
Noviembre 15 de 2010
EFE, Diario las Américas.
El Gobierno de Cuba admite que hay cosas que bajo fórmulas estatales “no funcionan” y que será necesario modificar varias leyes para aplicar el plan de “actualización” del modelo económico socialista, informó hoy el diario oficial Granma.
Este periódico, portavoz del gobernante Partido Comunista, recoge hoy un resumen sobre el seminario que ha reunido durante cuatro días en La Habana a 532 dirigentes del país que se encargarán de conducir el debate nacional sobre el proyecto marco del VI Congreso del PCC.
El documento contiene el plan de Gobierno del general Raúl Castro para reordenar el modelo económico a fin de superar la grave situación económica que Cuba arrastra desde hace décadas.
Una de las inquietudes del seminario, dice el periódico, fueron las medidas para crear cooperativas en diversos sectores más allá del agrícola.
Según Marino Murillo, ministro de Economía y Planificación, las cooperativas tendrán cabida en la pequeña industria o en el sector de los servicios “pues hay cosas que bajo fórmulas estatales no funcionan. Pero esto debe hacerse con orden”.
También explicó que las leyes cubanas no reconocen estas posibilidades por lo que actualizar el modelo económico implica también modificar varias normas legales.
Granma también publica que durante ese seminario el presidente Raúl Castro manifestó que no queda más alternativa que aplicar este plan de ajustes económicos y que “las ideas de Fidel Castro están presentes en cada uno de los lineamientos propuestos”.
Raúl Castro incidió en la importancia de la discusión de ese documento “con todo el pueblo” y apuntó que la vida se enriquece cuando hay discrepancias, lo que a su juicio tiene que ser una máxima dentro del partido.
Otro de los temas más debatidos fue el camino hacia la unificación monetaria en Cuba, donde circulan dos monedas: el peso cubano convertible (CUC), equivalente a 1,08 dólares, y el peso nacional, con 24 veces menos valor que el primero y en el que reciben el salario casi todos los cubanos.
Según el ministro de Economía, la reestructuración del modelo económico debe aplicarse pensando en un futuro sin doble moneda, aunque la eliminación de esa dualidad dependerá de la eficiencia productiva.
“Eliminar la dualidad monetaria por sí sola no resuelve los problemas actuales, sólo se solucionan haciendo producir con eficiencia a la economía real”, dijo Murillo.
También se preocuparon los dirigentes cubanos por la liquidación de empresas estatales que tengan pérdidas reiteradas, a lo que el responsable de Economía respondió que “no es posible tener diez años una empresa con pérdidas y que el Estado tenga que asumir sus gastos”.
Marino Murillo dice que ‘no hay reforma, sino actualización’. El gobierno modificará varias leyes para aplicar el plan.
En su intervención en el seminario, el ministro de Economía insistió en que en Cuba no habrá reforma económica “como algunos medios de la prensa extranjera quieren hacer ver”, dice Granma.
“No hay reforma, es una actualización del modelo económico. Nadie piense que vamos a ceder la propiedad, la vamos a administrar de otra forma”, enfatizó el ministro de Economía.
Con la celebración de este seminario, Cuba ha abierto el debate sobre el plan de ajustes económicos diseñado por el Gobierno de Raúl Castro que será sometido a la aprobación del Partido Comunista de Cuba (único) en su VI Congreso, en la segunda quincena de abril y que será el primero que se celebra desde 1997.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".