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3 Ago 2010Por: Óscar Espinosa Chepe Con la paulatina llegada de los capítulos del Anuario Estadístico 2010 de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) con los datos de 2009, se va conociendo con algún detalle lo acontecido económicamente el pasado año. Respecto a la industria manufacturera, la información resulta impactante; en lugar de una mejoría en su […]
Por: Óscar Espinosa Chepe
Con la paulatina llegada de los capítulos del Anuario Estadístico 2010 de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) con los datos de 2009, se va conociendo con algún detalle lo acontecido económicamente el pasado año. Respecto a la industria manufacturera, la información resulta impactante; en lugar de una mejoría en su desastrosa situación, se aprecia un empeoramiento radical de este decisivo sector.
El Índice de Volumen Físico de la industria por el origen de los productos, muestra que tomando al año 1989 como referencia, sólo se alcanzó en 2009 un 44,9%, incluida la industria azucarera –inferior incluso al pobre 46,1% de 2008. Si se excluyera la industria azucarera, el indicador es del 50,6% referente a lo logrado en 1989 -también una disminución frente al 52,0% de 2008. Prácticamente todas las producciones, con la excepción de las farmacéuticas y botánicas, muebles, y bebidas, las demás están muy distantes de los niveles de 1989. Llama la atención que la fabricación de textiles y prendas de vestir sólo representan el 7,8% y el 23,2%, respectivamente, de lo obtenido entonces.
En la elaboración de productos alimenticios únicamente se llega al 67,1%; muy inferior sería si se tuviera en cuenta el volumen de alimentos producidos por habitante, por el incremento poblacional habido desde 1989. Se destaca que la fabricación de los productos para la construcción representa el 26,8% del volumen de 1989; el cemento producido ese año alcanzo la cifra de 3,8 millones de toneladas, mientras en 2009 sólo se llegó a 1,6 millones/tons. Similar panorama se repite en insumos determinantes para la construcción como ladrillos de barro, bloques de hormigón, baldosas de terrazo, cabillas corrugadas y otros elementos decisivos, lo cual está en correspondencia con la caída radical en la edificación de viviendas, que someramente sobrepasó las 35 000 unidades el pasado año. Una cantidad insignificante para empezar a resolver el enorme déficit habitacional existente, agravado por la destrucción ocasionada por los tres huracanes que azotaron la Isla en 2008.
La zafra azucarera 2008/2009 fue de 1,38 millón de toneladas -base 96 grados de polarización- mientras la de 1989/1990 alcanzó 8.04 millones, de igual calidad. El rendimiento industrial, o sea, la cantidad de azúcar obtenida por cantidad de caña procesada, fue de 10,0%. Un indicador inferior en un 22,0% al promedio de los 10 años anteriores a 1959, lo cual muestra la colosal caída de la eficiencia en la industria azucarera cubana.
Aunque todavía no se han publicado las estadísticas del comportamiento de los primeros meses de 2010, puede afirmarse que el declive en la industria manufacturera continúa. La producción azucarera con muchas dificultades podría haber, si acaso, sobrepasado el millón de toneladas en la recién concluida zafra. En los demás renglones de la Industria manufacturera deben existir reducciones importantes en relación con el primer semestre del pasado año, bajo la incidencia de la falta de divisas en la importación de insumos esenciales; una dinámica negativa que posiblemente continuará acrecentándose en los próximos meses.
A más de 20 años del inicio del Período Especial, puede avizorarse que los problemas de la economía cubana tenderán a complicarse, con el agravamiento adicional del nivel de vida de la ciudadanía, aún si la colaboración venezolana se mantuviera a los actuales niveles. Un supuesto sin muchas garantías, por el aumento de las dificultades económicas y políticas en el país sudamericano. El panorama y las perspectivas de la industria manufacturera cubana son un reflejo de lo que acontece en toda la economía nacional.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".