Informaciones de la prensa Chilena, sobre extraña muerte en Cuba de, Roberto Baudrand

La sorpresiva muerte del empresario chileno Roberto Baudrand en La Habana muerto en su departamento el pasado martes 13 de Abril, luego de haber sido interrogado por la Fiscalía Nacional de la República en tres ocasiones, ha levantado el velo de una trama, que al parecer puede llegar a implicar a altos cargo del gobierno cubano con su extraña muerte, ocurrida en circunstancias no esclarecidas aun.

A continuación informaciones aparecidas en la prensa Chilena, acerca de este lamentable hecho:

Los «interrogatorios-secuestro» a los cuales fue sometido el ejecutivo chileno muerto en Cuba

Miércoles 14 de Abril de 2010

Fuente :La Segunda

Tres fueron los «interrogatorios» de parte de la Fiscalía Nacional de la República, a los cuales había sido sometido Roberto Baudrand en La Habana en las últimas semanas y que lo tenían tremendamente tenso.

«Interrogatorios» entre comillas, puesto que quienes conocieron de su boca la historia establecieron que más bien se trató de «interrogatorios-secuestro». De ahí la solicitud planteada por la Cancillería chilena el jueves pasado al gobierno cubano: se le pedía que precisara qué acusaciones concretas había en contra de este ejecutivo, gerente de las empresas Río Zaza, propiedad de otro chileno, Max Marambio. Y por qué estaba siendo sometido a este tipo de interrogatorio.

La gestión la pidió a su vez a la Cancillería, Marambio. Por seguridad, todo se mantuvo en reserva. Se prefirió enfocar los trascendidos a una demanda de información por las prácticas de «corralito» que ha impuesto el régimen cubano a las empresas extranjeras impidiéndoles sacar dinero de la isla para pagar sus compromisos con los proveedores en otros países.

Hasta hoy nunca hubo una respuesta del gobierno cubano al chileno.

Fecha clave: el 14 de diciembre

La historia que tuvo ayer tan trágico desenlace con la muerte de Baudrand -no se sabe si por suicidio, infarto u otra causa- tiene un punto de partida, en todo caso, anterior: el 14 de diciembre pasado cuando la Fiscalía Nacional de la República -organismo creado bajo el régimen de Raúl Castro- inició una investigación de los negocios de Max Marambio: el holding ING, su empresa de alimentos ( 50% suya y 50% del gobierno cubano) Río Zaza y la de turismo de Marcel Marambio, su hermano, Sol y Son. Al correr de los meses, en Río Zaza -que dejó de producir a fines de febrero producto del «corralito»- ha habido incautación de computadores, registros múltiples. Y lo más complicado y dramático: la desaparición de dos ejecutivos: la contadora Lucy Leal y el gerente comercial, ambos cubanos. En los dos casos, estas personas han podido comunicarse con sus familias y todos los antecedentes apuntan a que estarían detenidas en algún lugar; ellas han dicho «estar bien, trabajando».

Una luz de lo que estaba pasando la dio Marco Enríquez-Ominami, cuando da una entrevista a «La Tercera», a comienzos de este mes, precisamente para hablar de Cuba. Lo hace con dureza. Critica el autoritarismo del régimen y el tratamiento de las huelgas de hambre. Y desliza un dato: que «hay un proceso de acoso y derribo contra las empresas de Max» Marambio.

No pudo reconocer dónde lo habían llevado

Los interrogatorios-secuestro de Baudrand partieron una buena mañana en que una delegación de la Fiscalía irrumpe en sus oficinas, ubicadas en el sector de Siboney, y le dicen que debe acompañarlos, subiéndolo a un auto. Cuando se le pidió al ejecutivo chileno que tratara de reconocer adónde había sido conducido, no fue capaz de hacerlo. Lo habían llevado y traído por diversas calles, pero sí, al final, había llegado a una casa elegante, posiblemente el barrio de El Laguito, una casa con piscina.

La primera vez lo tuvieron todo el día ahí y, según dijo a quienes comentó el tenso episodio, no se le hicieron acusaciones. Le pedían información sobre las empresas de Marambio y lo sometían al clásico juego del interrogador-bueno que «advierte» que es mejor colaborar y el interrogador-malo, que «amenaza». Dos situaciones del mismo tipo hubo en las siguientes dos semanas, de horas, no de día completo: llegaron a buscarlo, lo llevaron a una casa y lo sometieron a interrogatorios sin formalizarlo, desde luego, y sin acusaciones. Los episodios cesaron desde el momento en que la Cancillería pidió las explicaciones que no tuvieron respuesta.

En todo caso, el ánimo de Roberto Baudrand fue alterándose, y eso lo advertían sus amigos, más aun desde el momento en que solicita permiso para viajar a Chile y se le advierte que no podría salir del país. Estaba bajo arraigo.

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Bloguera Yoani Sánchez entra a indagar caso del chileno muerto en Cuba: Pidió informe de autopsia

Jueves 15 de Abril de 2010

Fuente :Por Antonia Krebs, La Segunda

»Creo que estamos asistiendo a la apertura de una pequeña puerta y lo que hay detrás de esto tiene que ser muy, muy sucio», dijo.
La sorpresiva muerte del empresario chileno Roberto Baudrand en La Habana puso en alerta a la disidencia cubana.

Baudrand, que era gerente de la empresa Río Zaza, de propiedad de Max Marambio en sociedad mixta con el gobierno de la isla, apareció muerto el martes 13 en su departamento, luego de haber sido interrogado por la Fiscalía Nacional de la República en tres ocasiones.

El jueves pasado, la Cancillería había pedido al gobierno cubano que explicara qué acusaciones concretas pesaban sobre ese ejecutivo chileno y por qué estaba siendo sometido a fuertes interrogatorios. Cinco días después, el hombre apareció muerto.

Algunos hablan de suicidio, otros de infarto e incluso hay quienes han aventurado con una presunta participación de terceros en su deceso.

Ante la gran incertidumbre y dado que los medios de comunicación cubanos no informan sobre este hecho, la popular bloguera Yoani Sánchez partió por su propia cuenta a la morgue municipal en La Habana, para averiguar sobre el informe de autopsia y lo contó esta mañana a «La Segunda».

-Preguntamos y bueno, con mucho sigilo de parte de los que respondían, dijeron «no, no esta aquí, manténganse llamando o manténganse viniendo». Pero tampoco hay que confiar mucho en la información oficial de esta naturaleza, porque esto está siendo manejado por la Seguridad del Estado que normalmente no da información.Respecto de las circunstancias que rodean la muerte de Baudrand, la bloguera expresó que «lamentablemente, los ciudadanos cubanos somos los últimos en enterarnos de lo que pasa en nuestro propio país» dado el hermetismo de las autoridades. Pero acotó: «Yo creo que la muerte de este hombre ha venido a sumarse al clima de fragilidad nacional en que estamos inmersos y se especula mucho. La mayoría de las personas atribuye su muerte a la presión y el estrés que dan los largos interrogatorios, las intimidaciones y el sentirse envuelto en un proceso de investigación con pocas garantías. Esto puede haber hecho que finalmente su salud no aguantara».

Pasados más de cuatro meses desde que comenzó a hablarse en la isla sobre la investigación que pesa sobre la empresa Río Zaza, Sánchez revela que en Cuba hay muchas especulaciones al respecto, lo que hace pensar a los isleños que detrás de las investigaciones se esconde un gran escándalo de corrupción. «Creo que estamos asistiendo a la apertura de una pequeña puerta y lo que hay detrás de esto tiene que ser muy, muy sucio».

«Creo que lo más interesante que está ocurriendo ahora mismo es el clima de misterio alrededor de todo. No hay información, no hay nada claro, ni siquiera se dice si Río Zaza está en investigación, cerrada o en auditoría. (La muerte de Roberto Baudrand) es un elemento más en una larga cadena de omisiones de la prensa oficialista», puntualizó Sánchez.

Consultada por la posible respuesta del gobierno cubano a la carta enviada por la Cancillería chilena, la bloguera manifestó: «No pienso que se puedan quedar en silencio, algo tendrán que explicarle a la familia», y agregó: «El gobierno chileno tiene que insistir en aclarar el asunto».

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Qué investiga el gobierno cubano en la empresa de Max Marambio: “Sobreprecios y sobresueldos”

Martes 20 de Abril de 2010

Fuente :Lilian Olivares

“Para nosotros era legal, pero los cubanos lo tienen prohibido como un sentido ético-político”, cuenta el gerente general del empresario chileno, Enrique Bruce. “Tenemos constancia de que estaban todas las comunicaciones intervenidas”.
—¿En qué calidad está aquí?

Así le preguntaron las auditoras del régimen cubano al gerente general de las empresas de Max Marambio, Enrique Bruce, cuando en enero pasado llegó voluntariamente a La Habana. Y luego volvió en marzo y se vino un día antes de lo presupuestado. Si no lo hubiera hecho, tal vez habría corrido similar suerte que la que tuvo el fallecido ejecutivo Roberto Baudrand.

Ayer publicamos la primera parte de su entrevista. Hoy, Bruce se explaya en el tema de los precios y los sueldos, materia en que aparentemente está enfocada la Contraloría del régimen de Raúl Castro, que en su única nota oficial señaló el viernes pasado: “En Río Zaza está en curso una verificación fiscal, una auditoría y otras investigaciones de los órganos competentes para establecer la presunta comisión de irregularidades y violaciones de las leyes vigentes”.

—Lo primero que me preguntaron las auditoras era en qué calidad estaba allí. Tuve que explicarles quién era yo y que estaba ayudando a aclarar la fusión que se hizo de dos asociaciones económicas que dieron nacimiento a la empresa Alimentos Río Zaza. Una se llama Héroes de Girón-Ingelco SA y la otra Río Zaza-Ingelco S.A. Cuando se fusionaron, se formó una empresa mixta en enero de 2001.

—¿Por qué decidieron, en el 2001, fusionar ambas empresas?
—Porque las asociaciones económicas allá eran una suerte de sociedad, pero no tenían personalidad jurídica. Al fusionarse las dos, se formó una empresa mixta que sí tenía personalidad jurídica.

—Durante la conversación con las auditoras, ¿logró darse cuenta de qué buscaban, específicamente?
—La verdad es que nunca supe qué pretendían, qué buscaban. Me imaginé que lo que querían era buscar algún tipo de ilícito, pero nunca preguntaron derechamente.
Recuerda que lo que le decían al fallecido gerente chileno en la isla, Roberto Baudrand, es que de alguna manera la empresa se habría aprovechado para “poco menos que estafar al pueblo cubano”, en el sentido de poner sobreprecios a la mercaderías que se importaba bajo algunas de las empresas que le hacían llegar insumos a Alimentos Río Zaza.

—De hecho, nosotros teníamos una empresa que desde Chile enviaba materias primas, envases, haciendo todo un servicio comercial. Se cobraba un 3 por ciento de margen por todo el servicio que se hacia. Después la empresa optó a participar en las licitaciones y le ponían un margen como cualquier otra. Lo que ellos objetaban, aparentemente, es que hubieran querido que todo eso hubiera sido sin utilidades. En el fondo, lo que llaman ellos “sobreprecio” es la diferencia entre el precio que te costó y en que tú lo vendes. Pero nadie monta una organización para ubicar productos en el mundo gratis. Porque hay que tener personal, comunicaciones, contactos, darles garantía a los proveedores. El crédito cubano ha sido malo históricamente. Además que con el bloqueo (norteamericano) muchas empresas no se atrevían a venderle directamente a Cuba por el temor de que Estados Unidos les bloqueara sus ventas a ese país.

—¿Habrá algo más que podrían pretender objetar?
—El otro elemento que pueden plantear es que nosotros en algún momento hicimos una especie de análisis de la remuneración de la gente y se empezó a dar un beneficio que era una participación sobre las utilidades, que estaba establecido en las leyes. Esa participación sobre las utilidades inicialmente era un gasto en la compañía. De la noche a la mañana nos dijeron que eso ya no era un gasto, sino por las utilidades libres de los accionistas. Fue una lucha de casi tres años. El tema es que cuando salió la Ley 77 estableció que todas las empresas regidas por la Ley 50 (la anterior) se seguían rigiendo por ellas.

Explica Bruce que de las utilidades hay un porcentaje que se reparte a la gente y otra parte va a objetivos sociales.

—De las utilidades, el socio extranjero solamente sacaba una cantidad de dinero y se distribuía en ciertos cargos (puestos) que más influían en la productividad y en la producción de la empresa, y en la acción de ventas sobre todo.

—¿Pero eso era ilegal?
—Para nosotros era legal, pero los cubanos lo tienen prohibido como un sentido ético-político.

Incentivo para los funcionarios de ventas
Entra en el tema de las remuneraciones:
—El más caro de los ejecutivos nuestros tenía un sueldo pagado por el Estado de 450 pesos cubanos. Eso equivale a aproximadamente 18 o 19 dólares. Con eso esta persona tenía que vivir. Adicionalmente a eso, tenía el estímulo que se pagaba todos los meses, que inicialmente fue un porcentaje más alto y al correr del tiempo las autoridades lo fijaron en casi 10 dólares por persona.

Aparte de eso, a los funcionarios claves en las ventas le pagaban una plata extra, pero eso se hablaba con cada trabajador directamente.

—¿Es efectivo que a Baudrand lo habrían grabado haciéndolo declarar cosas bajo presión?
—-No tengo una versión de parte de Roberto. Suponíamos que lo estaban grabando. Lo que sí tenemos constancia es que estaban todas las conversaciones intervenidas.
¿Intentó pedirle ayuda a Fidel Castro?

—¿En algún momento intentó llamar a Fidel Castro de parte de su jefe, Max Marambio, para pedirle ayuda?
—En primer lugar, el poder ya no lo está detentando Fidel en Cuba. De la gente allegada a él, o que ejerció el poder mientras estuvo a cargo, ya no queda nadie. Por lo tanto no hay con quien conversar ni cómo hacerle llegar una información.

—¿Cuántas veces vio a Fidel en los años que estuvo viviendo en Cuba?
—Directamente, unas cuatro veces, dos recibiendo premios por productividad de la empresa, en que nos entregaban premios por excelencia en el Palacio de las Convenciones, y a mí personalmente me lo entregó Fidel en un caso y otro me lo dio Carlos Lage. En otra oportunidad, estando en la oficina llegó en forma inesperada para tratar de juntarse con Max. Y en una última oportunidad en que, al revés de uno pedir hablar con él, era Fidel quien citaba. Me acuerdo que en una ocasión citó a Max a las tres de la mañana.

—¿Pero se puede hablar con Fidel?
—Que yo sepa, no. El secretario que tenía, que era un muchacho joven, también desapareció de la arena política.

—¿Cree usted que Max Marambio ya hizo mentalmente la pérdida de su inversión en la isla y no volverá más, o peleará por recuperar algo?
—Yo creo que el esfuerzo de Max está más bien en defender su prestigio y su honra. Lo material no es el objetivo que está persiguiendo en este momento. Es que han pasado a llevar honra, hombres y actividades. Se dice de un bono para el personal, pero no se dice que nosotros le hicimos ahorrar al Estado cientos de millones de dólares por las innovaciones tecnológicas que hicimos para alimentos destinados a la población infantil. Es su honra y la de su gente la que está en juego.

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