En: Opinión
7 Feb 2011Con Ben Alí o Mubarak el mundo occidental, España incluida, hacía la vista gorda porque servían de parapeto a los islamistas. Pero ¿qué se gana dando oxígeno a un régimen decrépito como el de los Castro? Mejor sería apoyar a los demócratas cubanos. Y si al Gobierno de Zapatero le quedara algo de dignidad en este asunto respaldaría la nominación al Nobel de la Paz para Oswaldo Payá, hecha por siete diputados noruegos, uno de ellos el mismo que propició la candidatura del chino Liu Xiaobo.
España, entre Castro y Mubarak
Por: Luis Ayllon. Febrero 7 de 2011. ABC.opinion.
Aunque quede muy lejos de Cuba, los Castro pueden verse reflejados en la situación del mundo árabe.
El régimen castrista sigue con sumo interés lo que está pasando en el mundo árabe. Aunque quede muy lejos de Cuba, los Castro pueden verse reflejados en la situación. Los pueblos tunecino y egipcio, lo mismo que los de otros países árabes, están hartos de los autócratas que durante decenas de años les han dominado. Y lo han expresado saliendo en masa a la calle. En Cuba, sólo unos pocos se atreven aún a manifestarse públicamente contra la dictadura, que se aplica en mandar a prisión o cercenar sus derechos a quienes lo hacen. El régimen se permite el juego macabro de soltar cuando le conviene a quienes ha privado, injustamente, de libertad. Y espera ser premiado por ello. En ese juego cuenta desde hace siete años con el respaldo del Gobierno español, convertido en su valedor ante la UE. No le está resultando fácil a España convencer a sus socios de que han de dar un margen de confianza a los cubanos para que hagan las reformas anunciadas. La misión enviada por Ashton a La Habana lleva retraso en su pronunciamiento sobre si Cuba se merece negociar un acuerdo bilateral con la UE y puede que los sucesos en el mundo árabe cierren aún más las puertas a ese entendimiento.
Con Ben Alí o Mubarak el mundo occidental, España incluida, hacía la vista gorda porque servían de parapeto a los islamistas. Pero ¿qué se gana dando oxígeno a un régimen decrépito como el de los Castro? Mejor sería apoyar a los demócratas cubanos. Y si al Gobierno de Zapatero le quedara algo de dignidad en este asunto respaldaría la nominación al Nobel de la Paz para Oswaldo Payá, hecha por siete diputados noruegos, uno de ellos el mismo que propició la candidatura del chino Liu Xiaobo.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".