En Cuba:»!A nadie le importa nada!»

Foto: Aimee Cabrera
El deterioro de la calidad de vida del pueblo cubano, cada día es mas alarmante. Los bajos índices económicos en gran parte se deben al desanimo de una fuerza laboral desentivada y cada vez mas escéptica antes las medidas tomadas para paliar la crisis económica que aqueja el país.

En este breve noticiario de la Agencia de Prensa Sindical Independiente de Cuba, adscripta al Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC),la periodista independiente y directora del mismo, Aimee Cabrera, nos brinda una panorámica de la real situación que viven los trabajadores ante las medidas anticrisis implementadas por el gobierno,la falta de higiene y los peligros de contagios que viven en las prisiones los presos. Así como los cambios introducidos en el nuevo suministro de algunos productos que son esenciales para la alimentación de las personas, fundamentalmente la de los niños.

A continuación este interesante trabajo periodístico:

Sin eficiencia ni competitividad.

Por Aimée Cabrera.

La prensa estatal no se cansa de alabar y sugerir tendencias a seguir como si viviéramos en un país donde los trabajadores  sintieran un incentivo ante la labor que realizan. En Cuba, considerada por sus gobernantes y líderes obreros como “ejemplo a seguir”, la gran mayoría de la fuerza laboral ha perdido los estímulos que recibían  hasta hace unos meses.

Sectores pertenecientes al transporte, el turismo, las tiendas recaudadoras de divisas, entre otros han  perdido las estimulaciones en la moneda convertible CUC, que si bien no representaba  lo  máximo, eran una ayuda  para  balancear  el absurdo  creado a  partir de los míseros salarios, que no alcanzan a casi nadie para mal vivir con las  dos monedas,  que ponen en jaque lo mismo a un obrero fabril que a un eminente profesional.

Una trabajadora que prefiere no se publique su nombre ni centro laboral admite que recibía cada mes 13 dólares ( cifra que no llega a trescientos pesos, y con la cual apenas podía comprar algunos productos necesarios) “y de pronto, sin una explicación, como si uno fuera un esclavo, no los quitaron, y se acabó”- puntualizó.

Por eso puede resultar hasta risible leer frases relacionadas con la importancia de la  competitividad y la eficiencia en la producción. “Yo no hago competencia con nadie, pongo a vender lo mío sin robar, y con eso es que vivo y come mi mujer y mi hija, por que con el sueldo solo,  nos morimos de hambre”-explica un dependiente de una cafetería en divisas.

En la actualidad han cerrado  muchas firmas extranjeras las cuales constituían alta  fuente de empleo, como las que vendían  artículos de perfumería, y otras ofertas útiles que se podían comprar en los distintos departamentos de “Todo por Uno” ($1.00 CUC) que fueron tan visitados por el público en fechas  aún recientes.

Es asombroso constatar la cantidad notable de trabajadores que han quedado desempleados por reducciones de plantillas, o por cerrar las entidades a las cuales pertenecieron durante años y hasta décadas. De nada les valió el coger parte de sus salarios para cotizar el sindicato o las milicias, sin olvidar a los que pertenecen a organizaciones políticas. “¡A nadie le importa nada!”-exclama con pesar un obrero que está en su casa hace casi un año,  y no acaba de ser reubicado.

La situación laboral actual, a grandes rasgos es bien desesperanzadora. Los espectros de la corrupción, la inescrupulosidad, y el desamor provocan  una verdadera debacle en  el país, cuya economía ha colapsado, mientras un grupo de ineptos se  empecinan  en mantener un modelo económico que nunca fue, ni será, una garantía para el bienestar del pueblo.

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Enfermos en condiciones antihigiénicas
Por Aimée Cabrera.

Julio César Gálvez  refiere que en el Edificio 2, Tercero Sur, en la prisión capitalina  Combinado del Este  se ha detectado un brote infeccioso, observándose una especie de Dermatitis en distintas partes del cuerpo, de varios presos.

Gálvez asegura que el mismo está relacionado con la falta de higiene evidente que  existe en el patio, de cuyas dimensiones de 40 x 40 metros, tiene más de 15 cubiertos  por las aguas albañales, de las que sobresalen excrementos, debido al desbordamiento de la fosa.

“Esta agua anega parte del área donde se encuentran los teléfonos, razón por la cual los reclusos que acuden allí para comunicarse tienen que estar parados sobre la inmundicia.”- dice para concluir el Miembro de los 75, y Preso de Conciencia.

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Padres preocupados.

Por Aimée Cabrera.

En los últimos meses ha comenzado una nueva cuota cárnica normada a través de la libreta de abastecimiento. La  misma  ha tenido variantes, con el comienzo del nuevo año, y ha traído la lógica preocupación de quienes son padres de los  menores de 13 años.

El picadillo de res – de no muy buena calidad – se distribuye para los niños hasta los 13, asignándose para los adultos otras variantes como las salchichas y el pollo. Todo vendido en cantidades pequeñas, y  sin una sistematicidad.

Un padre de dos niños de 8 y 9 años  se cuestiona por qué a los menores no les corresponde las cuotas de salchicha y pollo, como a los adultos, adicionadas a la del citado picadillo, y argumenta que es inadmisible que aún no se haya solucionado la entrega de leche que merecen, “por estar en el crecimiento”.

La leche y otros productos lácteos de calidad solo aparecen en los anaqueles de las tiendas recaudadoras de divisas, y parece no importarle a ningún dirigente a cargo de la alimentación del pueblo, que los niños que están en el proceso de dentición puedan tomarse un vaso de leche, comerse una tajada de queso, o una rebanada de pan untada en una mantequilla óptima.

Cuando más, y con mucho esfuerzo, los padres compran leche en polvo en el Mercado Negro, y la mantequilla o el queso crema casero,  con un alto contenido de colesterol, y   dudosa calidad. De ellos, sobran los ejemplos.

Melvyn y Andrés son un matrimonio que opina que se pasan “arañando la tierra”, frase que emplean para describir sus vidas humildes en las que se desempeñan en cuanta labor les aparezca, con tal de alimentar lo mejor posible a sus hijos, todos pequeños. Melvyn narra como ha subido el precio de todo, “y comer es una necesidad, con tanta enfermedad, hay que alimentarse”- resume.

El desabastecimiento casi  total, y la poca distribución de alimentos por La Canasta Básica, inquietan al pueblo que ha escuchado en reiteradas ocasiones la alternativa de suprimir estos alimentos normados, preguntándose entonces que opciones quedarán en la moneda nacional, y qué comerán sus hijos.

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