El Gobierno cubano sabe que le queda poco tiempo

En: Derechos Humanos|Laborales

2 Abr 2011

Los “cuentapropistas” cubanos, como se conoce en la isla a los trabajadores privados, han acogido positivamente la decisión del gobierno de abrir créditos para impulsar el sector, pero consideran que el mayor problema sigue siendo la falta de un mercado mayorista donde abastecerse.



Anuncian nueva política bancaria de créditos


Anett Ríos.EFE, abril 1 de 2011

Los “cuentapropistas” cubanos, como se conoce en la isla a los trabajadores privados, han acogido positivamente la decisión del gobierno de abrir créditos para impulsar el sector, pero consideran que el mayor problema sigue siendo la falta de un mercado mayorista donde abastecerse.

El gobierno ha anunciado una nueva política bancaria de créditos y préstamos a particulares, previsiblemente para estimular el incipiente y aún limitado sector privado resultante de las reformas económicas que impulsa el gobernante Raúl Castro para hacer frente a la crisis que arrastra el país.

Varios “cuentapropistas” habaneros consultados hoy por EFE encontraron buena la medida, aunque algunos consideran que llega tarde. Pero en lo que coinciden todos es que la creación de un mercado mayorista es la iniciativa que “no puede esperar más”.

Norma, de 65 años y titular de una peluquería en un céntrico barrio de La Habana, dijo el jueves a EFE que la decisión de abrir créditos es “muy buena”, pero el gobierno demoró su salida, el “momento idóneo se perdió” y los bancos perdieron una buena oportunidad de cobrar intereses.

“Es una lástima que no haya salido en la fecha en que se abrieron las licencias (octubre del 2010), porque ya todo el mundo hizo su inversión”, opinó Norma, quien recurrió al préstamo de amigos en el 2010 para abrir su exitoso local, una deuda que ya casi ha pagado.

Jorge, de 68 años y dueño de una pizzería-restaurante, recibió ayuda de parientes en España y Estados Unidos para el negocio, y considera que la nueva política bancaria podría beneficiar a los cubanos de bajo nivel adquisitivo que quieran lanzarse al trabajo privado.

“De momento no me hacen falta más fondos. Aquí el problema es la distribución de los productos porque no hay un surtido mayorista y completo para nadie”, indicó.

“A veces tenemos que andar La Habana entera para conseguir cualquier cosa, ahora mismo no encuentro picante”, añadió.

La falta de ese mercado mayorista obligó al Gobierno a “liberar” la venta de productos como el azúcar, que antes sólo se ofertaba mediante la cartilla de racionamiento y a precios subsidiados.

La prensa oficial también se ha hecho eco de la problemática existente con la demanda de otros productos como el pan, ya que los clientes de a pie y los privados del sector gastronómico tienen que compartir la misma oferta y la misma cola.

Muchos “cuentapropistas” consideran que para que el emergente sector privado salga adelante el Gobierno debe “limar” contradicciones básicas entre las exigencias de los inspectores estatales, los impuestos a pagar, la poca difusión de las leyes, el “bajo” poder adquisitivo de los cubanos, y los precios, muchas veces en divisas, de los materiales que se necesitan para trabajar.

Para Yanira, de 28 años y a cargo de una cafetería que oferta dulces, jugos y comida, al gobierno las cosas le “han salido mal” y en el sector privado hay mucha gente “decepcionada”, explicó a EFE.

“No se debieron haber abierto las licencias sin condiciones. Yo vendo comida y no puedo conseguir en Cuba ni una nevera de conservación”, dijo.

Sobre la nueva política bancaria, opinó que es una “idea capitalista” y “tendrá consecuencias mayores” en un país donde nadie está acostumbrado a perder propiedades ni ser castigado por la ley por no cumplir con los pagos.

Con algunas de estas opiniones coincide el economista disidente Óscar Espinosa que valora positivamente la anunciada política de créditos y la ve como un síntoma “de que empieza a haber tendencias de sentido común” en el gobierno, pero es una medida que “por sí sola no resuelve los problemas”.

“Es necesaria una visión más integral”, dijo Espinosa, quien compartió el reclamo de los “cuentapropistas” de crear un sistema de abastecimiento mayorista porque para pedir créditos “primero tiene que haber cosas que comprar”, destacó. EFE


Observadores: Raúl Castro sabe que tiene ‘tiempo limitado’ para reformas

Juan O. Tamayo. (jtamayo@elnuevoherald.com), abril 1 de 2011

El gobernante cubano Raúl Castro está “seguro en su posición” pero sabe que tiene un “tiempo limitado” para llevar a cabo las ambiciosas reformas que hacen falta para mejorar la economía de la isla, dijo el jueves un alto asistente del ex presidente Jimmy Carter.

Castro también es “más afable y cordial” que lo que proyecta su imagen pública, agregó Robert Pastor, que acompañó a Carter en su viaje a La Habana esta semana. Pastor fungió como experto de la Casa Blanca sobre el tema cubano durante la presidencia de Carter.Pastor, que en la actualidad se desempeña como profesor de American University en Washington, enfatizó a El Nuevo Herald que estaba hablando por sí mismo y no por el ex presidente .

Carter, su esposa Rosalynn y su comitiva pasaron casi seis horas —incluyendo la cena— con Castro, de 79 años, que sustituyó a su hermano Fidel Castro, primero de forma temporal y luego de forma oficial, después que Fidel sufrió una crisis de salud que casi le cuesta la vida en el 2006.

“Raúl Castro está seguro de su posición y sabe que por su edad tiene un tiempo limitado para realizar reformas que en la actualidad está convencido hacen falta para mejorar la economía’’, señaló Pastor.

Castro inició una serie de ambiciosas reformas —entre otras una notable ampliación de los negocios privados y profundos recortes en subsidios del gobierno— que se espera se acepten en el congreso del Partido Comunista fijado para comenzar el próximo 16 de abril.

Pastor agregó que la reunión fue una buena oportunidad tanto para Castro como para Carter para conocerse —no se reunieron durante la primera visita de Carter a Cuba en el 2002— y observó que Castro no se ha reunido con muchos visitantes norteamericanos desde que fue elegido presidente del gobierno cubano a principios del 2008.

“De modo que se puede decir que esta reunión fue particularmente fructífera para ambas partes y nos da una idea de Cuba en un momento muy crítico’’, añadió Pastor.

Pastor destacó que recientemente Castro liberó unos 100 prisioneros políticos, sostuvo conversaciones históricas con el cardenal Jaime Ortega, lanzó las reformas económicas y llamo el congreso del Partido Comunista, el primero desde 1997.

Se espera que en el congreso se debatan acaloradamente las reformas, y Pastor dijo que ha habido un debate muy duro entre aquellos que argumentan que las reformas se alejarian demasiado del modelo socialista de Cuba, y los que quieran un cambio más decisiv oa hacia una economía de mercado.

Las reformas de Castro, entre las que se incluyen el despido de 500,000 empleados del gobierno y cerca de un millón más en los próximos dos años, van a ser implementadas “más gradualmente que lo que se pensaba en un inicio’’.

Cárter en Punto Cero

Por:Miguel Cossío. El Nuevo Herald, abril 1 de 2011

Poco antes de aterrizar en La Habana, el ex presidente James Carter conversó con la secretaria de Estado Hillary Clinton y el consejero de Seguridad Nacional acerca de los motivos de su viaje.

Aunque nada ha trascendido del contenido de esas charlas y aunque tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado esquivan dar las explicaciones precisas sobre la visita, amparados en el argumento de que era un viaje privado, flota en el ambiente cierta suspicacia en cuanto al papel y grado de interés del gobierno de Barack Obama en el asunto.

Ningún ex presidente norteamericano viaja a un país conflictivo, como Cuba o Corea del Norte, sin el consentimiento o acuerdo previo con la administración de turno, sea ésta demócrata o republicana. Ningún ex presidente realiza un viaje relámpago por el gusto de informarse sobre las “medidas” o “reformas” que el régimen dictatorial en ejercicio esté poniendo en marcha para su propia salvación.

Bill Clinton voló a Pyongyang en agosto del 2009 para sacar a dos periodistas estadounidenses, acusadas de espionaje y condenadas por el régimen de Kim Jong Il a doce años de trabajos forzados por cruzar la frontera con China. Un año después Jimmy Carter reeditó la fórmula y logró la excarcelación de su compatriota el maestro de inglés Aijalon Gomes, condenado por razones desconocidas a ocho años de trabajos forzados, tras pisar territorio norcoreano.

El resultado de ambas gestiones se tradujo en que Corea del Norte fue excluida en el 2010 de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una de las peticiones que el ex presidente hace a su gobierno respecto a Cuba.

Tengo la impresión de que, si bien hubo algún tipo de interés en el viaje de Carter a La Habana, la Casa Blanca y el Departamento de Estado han quedado defraudados, debido a la nula voluntad de los Castro de liberar al norteamericano Alan Gross. Y a causa también del tono y lo irreal de las propuestas de Carter.

Ni siquiera él, si estuviera en la Casa Blanca hoy, podría cumplir sus deseos de levantar el embargo, liberar a los cinco espías convictos de la Red Avispa, retirar a Cuba de lista de países patrocinadores de terrorismo y abolir las restricciones de viaje de los ciudadanos norteamericanos a la isla. Dicho en su lenguaje o el de Castro, “mejorar las relaciones”.

Pregunté a la Casa Blanca y al Departamento de Estado sobre las declaraciones de Carter. Ambas instituciones contestaron que el ex presidente fue a Cuba como ciudadano privado. Una “visita no oficial”, dijeron, y él está en todo su derecho de expresar sus opiniones.

El portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Robert R. Jensen, me aseguró en un correo electrónico que la política norteamericana actual mantiene su objetivo de ayudar al pueblo de Cuba en la libre determinación de su propio futuro, lo que está en correspondencia con los intereses de Estados Unidos.

Charles Luomo-Overstreet, vocero del Departamento de Estado, me escribió que las sanciones a Cuba están diseñadas para permitir que ayuda humanitaria llegue a los cubanos, al tiempo que EEUU niega recursos al gobierno de Castro, que, de tenerlos, podrían ser usados para reprimir a sus ciudadanos.

Sobre los espías de la Red Avispa, Luomo-Overstreet recalcó que los cinco agentes de Castro fueron encontrados culpables de violar las leyes norteamericanas y que sus condenas fueron ratificadas en todos los procesos de apelaciones que hubo.

En otras palabras, la administración Obama no moverá un dedo, a menos que Raúl Castro mueva fichas de verdad, empezando por la liberación de Gross.

El tiempo dirá quién salió mas favorecido con la visita de Carter. A primera vista, la oposición interna recibió un fuerte espaldarazo ante los ojos del régimen. Carter fue consecuente con sus principios en materia de derechos humanos y se reunió con periodistas y blogueros independientes y opositores, Damas de Blanco y ex presos políticos. El gobierno se agenció a un emisario, cuya efectividad en este tenor está por medirse. Y Fidel Castro obtuvo un rato de remembranzas.

Un “buen amigo” de una tarde en Punto Cero. Un “buen amigo” al que le endilgó 125 mil marielitos, para fortuna de éstos.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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