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14 Dic 2010Los trabajadores de la pesca son relativamente pocos en la actualidad. Los años de oro de la Flota Cubana de Pesca, de plataforma y mercantes quedaron atrás, a pesar de ser una isla rodeada de agua y que la pesca de plataforma se realiza en diversos puntos de la isla, pero casi el ciento por ciento destinada a los mercados en divisa; a la población se le vende –en pescaderías a precios fuera del alcance de los trabajadores, lo que no puede ser destinado al peso convertible CUC.
CONSEJO UNITARIO DE TRABAJADORES CUBANOS (CUTC)
De lo que era a lo que es la pesca
Los trabajadores de la pesca son relativamente pocos en la actualidad. Los años de oro de la Flota Cubana de Pesca, de plataforma y mercantes quedaron atrás, a pesar de ser una isla rodeada de agua y que la pesca de plataforma se realiza en diversos puntos de la isla, pero casi el ciento por ciento destinada a los mercados en divisa; a la población se le vende –en pescaderías a precios fuera del alcance de los trabajadores, lo que no puede ser destinado al peso convertible CUC.
En estos establecimientos el camarón y peces como el pargo se venden a tan alto costo que permanecen en los mismos sin ser adquiridos. Tal parece que los exhiben a la venta para que no se diga que solo el camarón se expende en divisa. Los males de esta mal llamada industria no se fueron con los pesqueros ni con los trasbordadores, se mantienen dificultades como:
En el primer trimestre del año el volumen de carga de importación disminuyó en un 10 %, debido al impacto de la crisis mundial que dejó sus huellas en los proyectos de modernización del transporte marítimo. Solo hay 41 buques (incluyendo dos banqueros para trasladar crudo venezolano a la refinería de Cienfuegos).
En épocas florecientes la flota tenía 119 barcos de carga y una pesquera con miles de trabajadores de mar y de tierra, fuente de ingresos que desapareció. Muchos de estos hombres y mujeres dependen de la agencia empleadora SELECMAR, la que tarda años en ubicarlos en un barco, fletado por un armador foráneo donde trabajan como esclavos, derecho a sindicalizarse, trayendo por consecuencia deserciones y muchos opten por quedarse ilegales en otros países, en el mejor de los casos.
Una vez enrolado por SELECMAR (empresa y bolsa empleadora de quienes se desempeñan en el mar) en un barco español, griego o de cualquier nación, casi siempre europea, comienza la lucha por sobrevivir en el puesto laboral. Décadas anteriores Cuba poseía barcos de la Marina Mercante y la Flota de Pesca, sus tripulantes canalizaban sus inquietudes a través de sus dirigentes sindicales o administrativos, y las condiciones de trabajo eran estables.
Ahora deben pagar su pasaje y sus gastos, sin recibir dieta. En caso de ser contratados y no tener el dinero necesario tienen que pedirlo prestado, situación difícil para quienes permanecen casi siempre desvinculados de su actividad laboral.
Muchos marineros son egresados de Academias Navales y son portadores de todos los certificados internacionales que acreditan su profesionalidad. No obstante tienen que ocupar plazas por debajo del trabajo para el que están preparados, cobrar menos y trabajar más.
En los últimos años, estos trabajadores sufren todo tipo de discriminaciones, no se les paga lo acordado y trabajan casi como esclavos en estos buques. A pesar de ello prefieren arriesgarse que permanecer en tierra, u optar por plazas laborales a las que no tendrán acceso a la moneda convertible, fuente para encarar la crisis económica que afecta a la población cubana.
El Secretario General del CUTC presentó ante la OIT la denuncia de los trabajadores cubanos reclutados por el gobierno, so amenaza de castigo, para trabajar en Curaçao, donde se obligaron los miembros de la tripulación a reparar barcos y plataformas petroleras, violando la Convención de Trabajos Forzados de 1930 No. 29 y la Convención de Abolición de Trabajos Forzados de 1957 No. 105. La Compañía que los explotaba se benefició por 15 años de este maltrato, obteniendo lucros por esta vía. Tres de los sometidos escaparon y se refugiaron en un tercer país, donde dieron a conocer su historia.
De esa forma, cientos de trabajadores del mar se someten a contratos de trabajo cuyas condiciones aceptan por salir del país y tener la posibilidad de obtener alguna divisa y aliviar sus condiciones de vida. En Cuba no comemos pescado a menos que llegue a las carnicerías, provenientes de otros mares.
La pesca de plataforma, los mariscos – los buenos peces- se destinan a las tiendas en divisa, dependiendo los trabajadores de lo que llega por la canasta básica o comprarlos a precios exorbitantes en las pescaderías del mercado paralelo, donde un kilogramo puede costar entre 40 y 60 pesos moneda nacional.
Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos
CUTC
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".