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21 Feb 2011Más de cinco meses después de que el gobierno anunció que una décima parte de la fuerza laboral de Cuba sería despedida para el 31 de marzo, es difícil hallar a un desempleado, o a una persona que conozca a alguien que haya perdido su empleo. El rezago demuestra el dilema en el que se halla el gobierno mientras busca desesperadamente la manera de reducir costos al Estado sin causar un conflicto social.
Crece la ansiedad por la espera de despidos
Por: Paul Haven. AP. Febrero 19 de 2011
Yordan Rodríguez no se ha presentado a trabajar en cuatro meses pero aún tiene su empleo. Al menos por ahora.
Al herrero de 25 años de edad le dijeron que no se molestara en ir al trabajo porque la constructora estatal para la que trabaja no tiene hierro para procesar. Desde entonces ha hecho trabajos desde casa, con lo que gana algo de dinero, y aguarda lleno de ansiedad.
Rodríguez sabe que el gobierno planea despedir a medio millón de trabajadores que no necesita, y sólo espera no ser uno de ellos. Y podría tener suerte: la iniciativa para reducir enormemente la nómina del gobierno se ha estancado en medio de la resistencia a implementar los despidos, lo que ha derivado en que muchos cubanos sigan esperando por la mala noticia.
«Me encanta mi trabajo», dijo Rodríguez. «Quiero trabajar. . .y necesito trabajar».
El caso de Rodríguez muestra todas las paradojas de la situación económica cubana. Pocos empleos son tan cruciales como los de la construcción calificada, en particular en un país donde sus hermosos edificios coloniales han estado desmoronándose por décadas. Pero pagarle a un hombre para que se quede en casa por cuatro meses es emblemático del derroche que ha invadido a la economía de la isla por años y que el presidente Raúl Castro ha prometido eliminar.
Más de cinco meses después de que el gobierno anunció que una décima parte de la fuerza laboral de Cuba sería despedida para el 31 de marzo, es difícil hallar a un desempleado, o a una persona que conozca a alguien que haya perdido su empleo. El rezago demuestra el dilema en el que se halla el gobierno mientras busca desesperadamente la manera de reducir costos al Estado sin causar un conflicto social.
Decenas de cubanos entrevistados en la capital y en otras partes dijeron que aún no pasa nada, y que la incertidumbre es insoportable.
Esta semana, el gobierno y líderes sindicales reconocieron por primera vez que el programa de despidos estaba lleno de problemas. Criticaron a los empleados del Ministerio del Trabajo por no comunicarse entre ellos y censuraron la incompetencia de las comisiones formadas para decidir quién sería despedido.
Dijeron que algunos puestos fueron eliminados en las industrias de la salud, turismo y azucarera, pero no dieron cifras.
Lo que no se dijo tampoco fue el hecho de que despedir a tanta gente es potencialmente incendiario en un país que se ha mantenido a sí mismo desde la revolución de Fidel Castro de 1959 en la búsqueda de construir una utopía igualitaria. A los cubanos nunca les prometieron riquezas, pero un empleo siempre se ha considerado un derecho de nacimiento.
El concepto de desempleo es ajeno para la mayoría de los cubanos, quienes se han presentado diligentemente durante décadas en fábricas en bancarrota, en oficinas con más empleados de los necesarios y en tiendas vacías, aun si no había mucho qué hacer ahí.
La mayoría de los trabajadores gana menos de $20 al mes, pero recibe generosos subsidios, como educación y servicios de salud gratuitos. Antes de que se anunciaran los despidos y otros cambios económicos, la tasa oficial de desempleo era de sólo 1.7 por ciento, y el Estado era patrón de 84 por ciento de la fuerza laboral.
Dado que los exiguos salarios no son suficientes para subsistir, muchos cubanos pasan gran parte de lo que debían ser sus horas de trabajo tratando de ganar dinero en empleos informales o llevándose objetos de sus lugares de trabajo para venderlos o hacer trueque. Sin un empleo, las cosas se ponen más difíciles.
Raúl Castro ha tratado de cambiar la actitud laboral de los cubanos desde que reemplazó a su hermano Fidel en el 2006. Ha sido franco en su evaluación de las finanzas del Estado, las cuales han sido maltrechas por la crisis financiera global, tres huracanes que azotaron la isla en el 2008 y por el embargo impuesto por Estados Unidos.
De acuerdo con el plan anunciado en septiembre, una comisión de expertos definiría el número óptimo de personal para cada dependencia estatal. Las comisiones de trabajadores especialmente entrenados decidirían cuáles puestos eliminar.
Una integrante de una comisión de trabajadores de la capital dijo que los despidos fueron «paralizados» debido a la resistencia de los gerentes. «Este es un proceso muy, muy sensible», dijo en condición de anonimato porque temía perder su empleo.
Los trabajadores a despedir son nombrados «disponibles» y a muchos se les ofrecerá un empleo alternativo en sectores esenciales como agricultura, construcción o la policía.
Las autoridades necesitan recortar la nómina mucho más si desean generar ahorros considerables, por lo que el gobierno ha permitido que decenas de miles obtengan licencias para trabajar en el sector privado, o puedan rentar habitaciones, o abrir restaurantes e incluso contratar personal.
Castro ha advertido que el país se encamina a un «abismo» económico, y que no hay mucho tiempo para corregir las cosas, pero ha prometido que nadie va a ser abandonado, subrayando la cuerda floja que debe caminar el gobierno mientras trata de avanzar.
Economistas dicen que no es sorpresivo que el proceso se haya trabado, dada la enormidad de los cambios propuestos, y lo espinoso de cualquier plan para recortar empleos.
«Tiene sentido que no hayan hecho nada», dijo Rafael Roméu, presidente de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, una organización si fines de lucro con sede en Washington. «Despedir a medio millón de personas –es un ajuste difícil para tan poco tiempo. Ellos están cambiando el acuerdo social en una forma en que no lo han hecho en 52 años».
Otros observadores –la mayoría de los exiliados anticastristas en Miami– han mencionado el espectro de las sublevaciones populares en Egipto, Túnez y otros países del Oriente Medio, que han sido desatadas en parte por alto desempleo, un incremento de precios y la ausencia de oportunidades económicas para la población.
«El principal problema es que el cambio que Cuba trata de hacer es un cambio total del sistema», dijo Arturo López-Levy, un economista que dejó Cuba en el 2001 y que ahora ofrece conferencias en la Universidad de Denver. «Siempre va a haber resistencia y temor en casos así».
Pese a la demora, los despidos propuestos han tenido un efecto escalofriante en trabajadores y sus familias.
Una contadora de 48 años en una tienda de productos electrónicos en la capital dijo que la ansiedad ha sido alta desde que ella y sus compañeros de trabajo se enteraron que la compañía iba a eliminar de siete a 12 posiciones.
«Eso fue hace casi cinco meses, y desde entonces no han dicho nada», dijo Ana, que pidió que no se mencionase su apellido, por temor a perder su trabajo. «Aún estamos esperando».
Rodríguez, el herrero, disfruta su trabajo, y dice que estaría contento de probar su suerte en el mercado libre si se le permite, pero la herrería no está entre las 178 profesiones aprobadas para una licencia privada.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
3 Comentarios para Crece la ansiedad por la espera de despidos
JOSE VILASUSO RIVERO
febrero 21st, 2011 at 5:39 pm
CONFIRMADO. EXISTE ENORME CONFUSIóN EN EL GOBIERNO DADO QUE HAY TEMORES DE UNA PROTESTA GENERAL POR LOS DESPIDOS. ADMINISTRADORES DE NIVEL MEDIO RESISTEN JUNTO A CIERTOS LíDERES SINDICALES A EJECUTAR LAS MEDIDAS TAN IMPOPULARES EN CUALQUIER SISTEMA.
ES HORA DE INFORMAR AL MUNDO QUE EN CUBA LOS SINDICATOS SON SERVIDORES DEL GOBIERNO Y NO DE SUS MIEMBROS. AUNQUE EMPIEZAN A DESPERTAR A LA REALIDAD ANTE EL CAOS A LA VISTA.
JOSE VILASUSO RIVERO
febrero 21st, 2011 at 5:45 pm
NUNCA COMO AHORA ES TAN IMPORTANTE INFORMAR A LOS CUBANOS DEL PATIO Y AL MUNDO SOBRE SUS DERECHOS COMO TRABAJADORES Y A LA VEZ LA OBLIGACION DEL GOBIERNO A ABRIRSE A LAS LIBERTADES A FIN DE QUE CADA CIUDADANO PUEDA GANARSE SU SUSTENTO COMO PUEDA. ES HORA DE AYUDAR A LAS PUBLICACIONES OPOSICIONISTAS CUBANAS QUE CIRCULAN DENTRO DE LA ISLA.
JOSE VILASUSO RIVERO
febrero 21st, 2011 at 5:49 pm
DISIDENTE UNIVERSAL DE PR NECESITA AYUDA PARA AUMENTAR SU CIRCULACIóN INTERNA EN LA ISLA. DISIDENTE ES LA REVISTA MEJOR DIVULGADA ENTRE LOS SECTORES OPOSICIONISTAS, Y EL CUBANO DE A PIE ANSíA INFORMACIóN VERíDICA DENTRO DEL PAIS.