En: Derechos Humanos
19 Abr 2010Esta bueno ya de que el régimen cubano, se esté haciendo la victima ante el mundo de Plaza sitiada y agredida constantemente por el imperialismo Norteamericano. Sus mentiras cada vez se hacen más difíciles de sustentar. Las imágenes de turbas agrediendo a indefensas mujeres, que solo cuentan con gladiolos para defenderse. Que caminan pacíficamente por las aceras de la Habana, lanzando mensajes de Paz, Amor y reconciliación entre todos los cubanos, pidiendo, exigiendo que liberen a sus seres querido de la injusta prisión. Son una prueba inequívoca que demuestra la verdadera naturaleza de un régimen que siempre ha empleado la represión y el terror para imponer su sistema.
Esta bueno ya de que el régimen cubano, se esté haciendo la victima ante el mundo de Plaza sitiada y agredida constantemente por el imperialismo Norteamericano. Sus mentiras cada vez se hacen más difíciles de sustentar. Las imágenes de turbas agrediendo a indefensas mujeres, que solo cuentan con gladiolos para defenderse. Que caminan pacíficamente por las aceras de la Habana, lanzando mensajes de Paz, Amor y reconciliación entre todos los cubanos, pidiendo, exigiendo que liberen a sus seres querido de la injusta prisión. Son una prueba inequívoca que demuestra la verdadera naturaleza de un régimen que siempre ha empleado la represión y el terror para imponer su sistema.
«A quienes van a engañar». Los mercenarios no se inmolan y menos en una huelga de hambre. Hombres como Zapata dispuestos a morir por la libertad de su Patria no son comprables, menos aun doblegables. Ese fue su gran error, pensaron que lo vencerían, que lo humillarían, pero no, Orlando Zapata Tamayo triunfo. Su ejemplo conmociono a todos. Su figura se convirtió en gigante y hoy podemos decir con orgullo, que él está entre los grandes mártires de la lucha por los Derechos Humanos del mundo.
A continuación dos trabajos publicados en el Nuevo Herald que nos hablan de las campañas de tergiversación que utiliza la maquinaria propagandística castrista para tratar de desvirtuar la realidad de lo que acontece hoy en Cuba y en el resto del mundo:
RAUL RIVERO: Una mentira y unos ladrones
By RAUL RIVERO
Madrid — El sistema de propaganda de la dictadura cubana y sus atribulados amigos y cómplices en el exterior se esfuerzan por anular o disminuir la presencia, el protagonismo, el papel decisivo de la oposición pacífica interna en el proceso complejísimo y tenso que se vive hoy en la isla.
Se trata de ningunear, de quitarle importancia, a los hombres y las mujeres que están –con la cara descubierta– en las calles de Cuba, en las zonas más intrincadas de sus pueblos y aldeas desvencijadas, en las plazas públicas, los zaguanes y los calabozos, con la exigencia abierta de un cambio radical en la sociedad.
Es un mezquino y premeditado desvío de la atención (interna y externa) para que los grupos que llevan más de veinte años de frente a la opresión, los presos políticos, las Damas de Blanco, el periodismo independiente y otros sectores de la disidencia, se queden en una zona muerta y paralizada de la actualidad.
Para sacarlos a empujones de la vida política, los desconcertados propagandistas del régimen ponen en los titulares una supuesta campaña internacional desestabilizadora. Quieren adormecer a sus lectores y televidentes cautivos con el cuento de que, a una orden del gobierno norteamericano, se mueven como un atajo de asalariados los grandes medios de prensa de Europa y de América como si sus líneas editoriales se pudieran manejar con solo un gesto autoritario a semejanza de los panfletos criollos y las emisoras de radio y televisión.
El montaje pretende convencer a no se sabe quién de que los ejecutivos de los periódicos influyentes de España y de Europa y, desde luego los de los Estados Unidos y América Latina, están pendientes de una llamada de Washington para ordenar el diseño y el tono del tema cubano en sus ediciones de papel y sus espacios digitales.
Por otra parte, siempre con el afán de poner fuera del juego a la oposición pacífica, comienzan a salir, por aquí y por allá (aunque con más frecuencia por allá), unas piezas especiales para llamar la atención acerca de que los problemas que confronta hoy el gobierno –lo realmente peligroso– proviene de la corrupción de algunos funcionarios que le han querido dar el escobazo adelantado a la piñata final.
Es cierto que la ambición por apoderarse de las ruinas del país es un elemento a tener en cuenta. Pero ese es otro carril, una vía natural que viene en la programación genética de los sistemas que arrasan con la prensa libre y las instituciones democráticas. La codicia de unos ladrones no tiene capacidad para impresionar y poner alerta a la comunidad internacional sobre la realidad cubana.
Esa llamada es patrimonio del sacrificio, la generosidad y la agonía de hombres como Orlando Zapata Tamayo. Lo que ha conmocionado a la opinión pública y convoca a los medios de prensa es la disposición a entregar la vida que no es perderla. Es el desafío a la muerte a favor de la libertad. Y son las Damas de Blanco en Banes y en La Habana, semana tras semana, día tras día, bajo el acoso de las brigadas para policiales.
La tecnología arruinó la estructura de la mentira. Se acabaron los periódicos murales. Llegó Internet. Unos estafadores seducidos por el dinero no cambian nada.
La oposición interna, los presos políticos y las Damas de Blanco son los que han asaltado la sensibilidad de los hombres libres. Y están en primera plana.
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CARLOS ALBERTO MONTANER: Granma contra Silvio Rodríguez
By CARLOS ALBERTO MONTANER
Granma ha atacado dos veces a Silvio Rodríguez. Esta gente no tiene límites. La primera fue con una caricatura ambigua (podía ser, además, Pablito Milanés) en la que aludía a la traición a los intereses de los pobres, ahora que el cantautor era rico y poderoso. Pero el ataque más crítico y humillante, el más serio y peligroso, apareció el viernes y, aparentemente, iba dirigido contra mí. Se titulaba: Al agente Montaner, «ni un tantico así». La expresión «ni un tantico así» proviene de una frase del Che Guevara sobre Estados Unidos. A los enemigos, nada. Ni una concesión. Nada.
Era un tiro por elevación. Yo aparecía como diana, pero realmente le estaban disparando a Silvio por haber tenido la iniciativa de polemizar conmigo en un tono firme, aunque educado, intentando razonar sus posiciones. Silvio había concedido «un tantico así» y lo estaban llamando al orden. No pidió permiso para empezar y continuar nuestro intercambio de cartas y a la Seguridad del Estado no le gusta esa independencia de criterio. Por eso ordenaron el fin abrupto de la discusión.
Según los esquemas del aparato, los artistas en Cuba, a cambio del sustento del Estado, que a veces acarrea gloria, fama y ciertos privilegios, deben limitarse a repetir consignas y seguir fielmente las pautas de la dirección ideológica. No se les paga para pensar por cuenta propia y mucho menos para expresar sus dudas. Los buenos revolucionarios no dudan. Aplauden y sonríen.
El artículo, escrito por la policía y firmado por cualquiera (esta vez le tocó a un patético franco-canadiense), repite las obscenas falsedades de siempre: supuestamente soy un terrorista, un siniestro agente de la CIA, y mi malvada intención es procurar la anexión de Cuba a Estados Unidos. Ultimamente me acusan de asesinar curas y no sé de qué otra absurda barbaridad. Pronto demostrarán la incuestionable presencia de mi mano peluda en el secuestro del hijo de Lindbergh.
Da igual. Ellos saben que nadie cree esas mentiras, pero el propósito de repetirlas no es exactamente tratar de desacreditarme, sino construir artificialmente una descalificación que me deshumanice para hacer imposible cualquier trato. El mensaje al interior de Cuba a los intelectuales y a los políticos es muy claro: los adversarios de la dictadura cubana no son personas. Son monstruos y con los monstruos no se habla, se les denigra y aplasta.
Cada día que pasa a la dictadura cubana le resulta más difícil mantener el control sobre sus intelectuales. Hace unos meses varios de ellos se atrevieron a criticar abiertamente la represión de los años setenta en el mundo cultural. Centraron sus críticas (un largo y áspero intercambio de mensajes por Internet) en dos ex funcionarios que habían perdido el favor popular, Luis Pavón y Jorge «Papito» Serguera, pero todo el mundo sabía que los verdaderos culpables eran los Castro y la férrea satrapía que han instaurado.
Tengo la certeza de que el 80% de la intelectualidad cubana quiere cambios profundos que abran los cauces de participación para que los cubanos expresen lo que realmente desean sin tener que hablar o escribir al dictado de la policía. Algunos, cuando han salido al exterior, me lo han dicho con toda claridad: están cansados de ser peones al servicio de una tiranía torpe y cruel. Se siente mal con el país, con ellos mismos y con sus familias. No quieren seguir siendo cómplices de un régimen que detestan.
Un viejo amigo, profesor universitario en La Habana, me lo acaba de reiterar a propósito del debate con Silvio: «Sabes que tú y yo discrepamos en muchas cosas, pero me parece estupendo que discutas con Silvio. Hay que demoler este cuarto oscuro en que nos tienen encerrados. Esto ya no hay quien lo soporte».
Sí, hay que demolerlo, pero para ello tienen que sobreponerse al miedo, como acaba de hacer Silvio por unos días, y abandonar esa penosa docilidad en la que han vivido hace ya medio siglo. Si no se atreven a ignorar a la policía política jamás podrán vivir como personas libres y responsables. Aunque Granma ladre ustedes pueden quitarse la mordaza. Este es el momento. Tienen que arriesgarse «un tantico así».
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Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".