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26 Abr 2012(Por Aimée Cabrera) Las empresas que agrupan a fábricas que se dedican a la producción de zapatos ortopédicos y colegiales para niños y adultos tienden a desaparecer en un país donde conseguir un par de zapatos es casi imposible. Personas mayores de pocos ingresos tienen que reunir durante varios meses para comprar los zapatos de […]
(Por Aimée Cabrera) Las empresas que agrupan a fábricas que se dedican a la producción de zapatos ortopédicos y colegiales para niños y adultos tienden a desaparecer en un país donde conseguir un par de zapatos es casi imposible.
Personas mayores de pocos ingresos tienen que reunir durante varios meses para comprar los zapatos de suela de goma conocidos como tennis, únicos que les pueden quedar ajustados al pie.
Lo mismo sucede con los niños para que puedan usar un calzado apropiado para asistir a clases. “Pero con el tennis la suela se le gasta por un lado. Él tiene problemas ortopédicos pero no hay nada, a veces venden unos feísimos, una vez que se los conseguí él lloró y me dio pena ponérselos para ir a la escuela”-comenta la madre de un niño de 10 años.
Las tiendas recaudadoras de divisas solo tienen surtidos de sandalias y algunos zapatos cerrados, casi siempre con tacones altos y finos, impropios para el trabajo, la escuela o para quienes padecen de anomalías ortopédicas en sus extremidades inferiores.
Las ferias artesanales no siempre satisfacen la demanda sobre todo en el caso de las mujeres, ya que los hombres en estos locales a veces pueden comprar el zapato que les brinde comodidad o al que se le pueda poner algún aditamento que mitigue sus dolencias, aunque sus precios son altos para quienes viven de pensiones o jubilaciones, ya que sus precios pueden equipararse, al salario medio establecido.
Solo algunas entidades entregan uniformes a sus trabajadores, los cuales llevan calzados acordonados o no, pero que ofrecen cierta comodidad a quienes deben usarlos, como es el caso de uniformes militares o los de las enfermeras, entre otros que si fueran relacionados darían un por ciento muy bajo de quienes pueden calzar zapatos en Cuba.
“Cuando llego a mi casa tengo que meter los pies en agua caliente un rato, me duelen mucho, es todo el día en chancletas (sandalias muy descalzadas)”-expresa una estudiante universitaria, quien admite que todas sus colegas de aula están en su misma situación.”Hasta los varones van con sandalias o tennis que ya no dan más de gastados”-añade la joven.
En Cuba existen tiendas que venden tennis de marcas famosas como Adidas, pero sus precios menores oscilan en unos 70 CUC y recuérdese que en Cuba para comprar 1CUC hay que pagar 25 pesos en la Casa de Cambio, CADECA.
No todo lo que brilla es oro, y menos la calidad de esos tennis de marcas famosas cuyos precios son tan difíciles de pagar, sin contar con la estafa de los dependientes que, en ocasiones con mercancías de este tipo que están rebajadas, las venden con su precio inicial para “ganarles algo”.
“A veces lo que pasa es que el clima aquí es muy húmedo y traerlos de otro país, y tenerlos guardados en almacenes que no tienen buena climatización hace que el cliente venga con ellos despegados, al poco tiempo de haberlos comprado”-explica un dependiente de una tienda especializada en una de estas marcas.
En fecha reciente, un reportaje en la prensa oficial elogiaba los cambios ocurridos en La Empresa de Calzado Manuel del Toro, ubicada en la provincia de Matanzas, por su organización laboral, la garantía de las materias primas y mayor disciplina laboral en la actualidad.
Esta entidad estuvo dentro de las peores de su tipo durante años por sus incumplimientos, mala organización, falta de control, exigencia, organización y planificación que la llevaron casi a la quiebra.
“Esta entidad matancera logró un excelente aprovechamiento en el último trimestre del pasado año que le permitió cerrar el 2011 con una ganancia de 12mil pesos, cifra exigua, pero ganancia al fin y al cabo”-expone el periodista.
La Manuel del Toro está formada además por dos fábricas más que se encuentran en el municipio Los Arabos y en el poblado de Madruga, ambas dedicadas a la producción de zapatos colegiales y ortopédicos tanto para niños como para adultos, incluyendo la de botas.
En lo que va del 2012 han obtenido buenos resultados debido a que existe la materia prima para garantizar la producción, lo que permitió que no parara el proceso productivo, el cual estuvo interrupto en años anteriores hasta por períodos de 6 meses.
La ingeniera Odalis Torres, directora de esta empresa está contenta con los resultados y explica cómo los mismos influyen de manera positiva en la fuerza laboral.
Otros dirigentes empresariales son de la misma opinión que Torres y se trazan planes para no caer en el bache anterior. La eficiencia y la gestión empresarial son aspectos que ayudan a los buenos resultados que permiten que los trabajadores puedan optar por las estimulaciones establecidas.
Aquí no termina la Odisea con el calzado ortopédico, los zapatos de corte bajo acordonados conocidos como “colegiales”, los zapatos ortopédicos en sí, y las botas, calzado más bien masculino; El problema es que estas producciones como la de la Manuel del Toro no satisfacen la demanda nacional.
Otro problema es el relacionado con los talleres de calzado ortopédico. Existen provincias donde no los hay, en otras como en Santiago de Cuba, el que había fue desvastado por un incendio y en la capital fueron desapareciendo por falta de materiales para trabajar, por lo que en la actualidad los necesitados tienen que ir a CUBA-RDA en el municipio Playa.
Hasta allí van personas de todas las provincias de la Isla.
“Mi papá está ya jubilado, es muy buen zapatero y se dedicó también al arreglo de zapatos ortopédicos. Él nos enseñó cómo hacerlos y repararlos. Estamos buscando todo lo necesario para dedicarnos a vender este tipo de zapato como cuentapropistas. Será más caro que los que se les vende a la gente, pero por lo menos tienen la seguridad de encontrarlos cuando tengan el dinero. También queremos mejorar los diseños, que queden bien al pie pero que no sean un esperpento”-resume un joven con deseos de garantizar este producto tan demandado.
Fuente:
«Calzar a la medida» por Ventura de Jesús (Granma, 6 de abril de 2012)
«Dos años sin taller de calzado ortopédico en Santiago de Cuba» por B. Pompa Batista (cartas enviadas al periódico Granma, 6 de abril de 2012; página 11)
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".