En: Opinión
1 Abr 2011El título de este comentario lo tomo prestado. Era la frase favorita de Armando Lima, un metereológo cubano ya fallecido del Noticiero Nacional de Televisión cada vez que terminaba sus predicciones del tiempo. Así, arrastrando la e en la primera frase. Tenía un físico de boxeador, fornido, pero afable y un gran especialista en la materia. Tenía una Maestría realizada en Alemania. Andaba toda la Habana en una vieja bicicleta rusa de 28 pulgadas con un timón alto. Eso que los cubanos llamamos un chivo.
Tieeemmmpo al tiempo.
Ex preso de conciencia causa de los 75
Periodista Independiente
Abri 1 de 2011
El título de este comentario lo tomo prestado. Era la frase favorita de Armando Lima, un metereológo cubano ya fallecido del Noticiero Nacional de Televisión cada vez que terminaba sus predicciones del tiempo. Así, arrastrando la e en la primera frase. Tenía un físico de boxeador, fornido, pero afable y un gran especialista en la materia. Tenía una Maestría realizada en Alemania. Andaba toda la Habana en una vieja bicicleta rusa de 28 pulgadas con un timón alto. Eso que los cubanos llamamos un chivo.
La traigo a colasion tras la visita del expresidente estadounidense James Carter a Cuba. Comentarios, críticas y noticias se han producido producto de la misma.Muchos a favor, otros en contra, pero lo cierto es que la ingenuidad, la ignorancia o un pretendido disimulo en todo lo publicado y puesto en boca de Carter y sus acompañantes, es lo único que puedo apreciar del resultado de su visita. En mi opinión no logró el resultado que esperaba de llevarse consigo al empresario estadounidense Alan Gross. El gobierno cubano lo tiene como moneda de cambio. Todavía pretende que los Estados Unidos le envíe a los cinco espías presos allá.
Su entrevista con los blogueros, exprisoneros de conciencia del Grupo de los 75 y Las Damas de Blanco fue algo que el régimen le sirvió en bandeja de plata para tratar de conquistarlo y le sirve de intermediario ante el gobierno de Obama. Si el gobierno hubiera querido nadie podría haberse movido de su casa un mes antes de la llegada de Carter a La Habana. Además, ¿ para qué tanto secreto de lo hablado entre ellos ? Que nadie se llame a engaño, el espionaje electrónico dentro de Cuba es algo tan común y corriente que los agentes de la policía política del régimen conocen hasta cuando uno hace el amor con su pareja. Aunque usted lo dude al leer estas líneas, es la pura verdad. De seguro el Hotel Santa Isable, donde Carter y su esposa se alojaron — y que fue su lugar de residencia cuando vivienron en Cuba — estaba lleno de microfónos por todas partes. Hasta en los servicios sanitarios. No lo dude.
Los elogios de Carter acerca de los pretendidos cambios de Raúl Castro en su política económica es desconocer por completo la realidad cubana y una forma de congraciarse con quien reprime, encarcela y desgobierna la Mayor de las Antillas en estos momentos.
Cierto es que al Gobernante Raúl Castro le queda poco tiempo para implementar todo lo que prometió. Poco tiempo, porque la avanzada edad conspira contra el mismo. Ese es el primer obstáculo al que tiene que enfrentarse el eterno segundo hombre fuerte de la Cuba socialista. Y digo el segundo, porque es lo que siempre ha sido a la sombra de su hermano Fidel. Ahora, al frente del mando, la sombra de quien escribe y publica en la prensa, sin contar con nadie, Las Reflexiones del Compañero Fidel, lo sigue acosando dentro y fuera de la isla. En segundo lugar, no tiene tiempo, porque los graves problemas económicos, sociales, organizativos y de toda índole que tiene el régimen no le permiten soluciones a corto plazo y mucho menos cuando no existe ni tan siquiera la más mínima de la intenciones de rectificar verdaderamente los males que los proporciona. Y en tercer lugar, el sistema político no le permite acometer los más que mencionados cambios, pues de hacerlo sería la vía de escape por donde se le escaparía el poder de sus manos, al cual los Castros están tan aferrados como la hiedra a la pared.
La visita de Carter hay que verla dentro del contexto muy particular y en su visión muy particular del mundo en el cual vive, por cierto muy alejado de la triste realidad que vive el pueblo cubano. Los cambios a los que alude y felicita son más desempleo oficial, menos abastecimiento de alimentos, mayor envío de médicos y especialistas cubanos al extranjero en detrimento de la asistencia en salud pública para lo cubanos, y sin discusión alguna, una mayor represión para quienes se oponen al régimen y que les permitió entrevistarse con el durante su estancia en La Habana. No obstante no podemos ser absolutos. Hay que dar un voto de confianza para comprobar quien es el equivocado.. Esperemos a ver que sucede en las próximas semanas y demos tieeemmmpo al tiempo.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".