En: Opinión
10 Oct 2010No rechazo el capitalismo. Al contrario, me parece que es el sistema sociopolítico más acertado que conocemos si no pierde la conciencia social. Rechazo la caótica situación de los países latinoamericanos y la simbiosis actual que existe en Cuba entre el stalinismo y lo peor del capitalismo salvaje. Los que hemos tenido el triste privilegio de haber crecido dentro del socialismo salvaje de Cuba (comunismo totalitario) y hemos conocido después fuera de Cuba el socialismo democrático de España, Suecia, Dinamarca, Francia, India, Suiza, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Chile y otros países, pensamos que tienen los sistemas que deseamos para nuestro país. Son sistemas libres, dignos y serios, pero sin descuidar y dejar de lado valores como la seguridad social, la solidaridad, la caridad, la responsabilidad, la conciencia social y la preocupación por el prójimo incapacitado o con serias necesidades.
OSCAR PEÑA: Ni comunismo, ni capitalismo salvaje
By OSCAR PEÑA
Octubre de 2010
Como expresé en mi anterior artículo, deseo que en Cuba no se conviva con el socialismo o el capitalismo salvaje. Sin embargo –casi inexplicablemente porque se considera que nadie desee algo malo a los suyos–, he leído en foros varias incomprensiones al respecto. No me refiero a las opiniones siempre torcidas y de mala fe de algunos a los que no se debe tener en cuenta. Se trata de personas de buena voluntad pero que sacan conclusiones superficiales como el que juzga un libro por su portada. Ser ligero en los análisis, en las determinaciones y evaluaciones es muy peligroso y está muy relacionado con el extremismo.
No rechazo el capitalismo. Al contrario, me parece que es el sistema sociopolítico más acertado que conocemos si no pierde la conciencia social. Rechazo la caótica situación de los países latinoamericanos y la simbiosis actual que existe en Cuba entre el stalinismo y lo peor del capitalismo salvaje. Los que hemos tenido el triste privilegio de haber crecido dentro del socialismo salvaje de Cuba (comunismo totalitario) y hemos conocido después fuera de Cuba el socialismo democrático de España, Suecia, Dinamarca, Francia, India, Suiza, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Chile y otros países, pensamos que tienen los sistemas que deseamos para nuestro país. Son sistemas libres, dignos y serios, pero sin descuidar y dejar de lado valores como la seguridad social, la solidaridad, la caridad, la responsabilidad, la conciencia social y la preocupación por el prójimo incapacitado o con serias necesidades.
¿De qué vale salir en Cuba del socialismo salvaje y que se convierta en otro país más de los que abundan en América Latina denominados falsamente democráticos y de libre mercado (capitalismo salvaje) pero donde existe corrupción, miseria, violencia, drogas y abismales desigualdades que no admiten ningún tipo de defensa. Un ejemplo de lo que debemos alcanzar es: no abogar de manera absoluta por la anterior Venezuela de antes de Chávez, que era un país rico pero lleno de corrupción y problemas sociales, y mucho menos por la actual, donde cada día se legaliza más el salvajismo del Estado, el culto a la personalidad y la obediencia al gobernante. Lo correcto es estar ajeno tanto al capitalismo salvaje como a la ideología marxista-leninista, a fin de garantizar el respeto, la dignidad y la libertad del ser humano.
¿Qué es el capitalismo salvaje? Es donde se destruyen las pequeñas empresas en beneficio de las empresas más poderosas, de las que tienen más entrada de dinero y bienes para corromper a los corrompidos. En el capitalismo salvaje sólo las grandes empresas puedan continuar adelante. El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, es adalid de la regulación financiera y detractor de los excesos del capitalismo. Sarkozy también apoyó el plan del presidente Barack Obama de evitar el exceso de riesgos en la banca. Y ello no es una cuestión de liberalismo, ni de socialismo, ni de derechas, ni de izquierdas, es una forma inteligente y práctica de enfrentar la realidad para no llevar a los países al abismo social.
Otro buen ejemplo actual de lucha contra el capitalismo salvaje es la actuación del empresario multimillonario de derecha y actual presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, quien al referirse a medidas anunciadas por su gobierno para bajar la tarifa de la energía eléctrica expresó: «Personalmente estaré atento a este tema. Y en mi gobierno primero están los intereses del pueblo. Para ello es necesario que el país tenga energía abundante y a un precio justo». El mandatario también comentó: «en Panamá queremos empresarios, no empresaurios que practican el capitalismo salvaje, donde nadie se preocupa por la seguridad jurídica del pueblo. Sí queremos empresarios serios que vengan a invertir, a desarrollar, generar empleos y que ganen para que continúen creciendo con el país, pero que se preocupen por la seguridad del pueblo».
Mi opinión: ya el comunismo (socialismo salvaje) desapareció y sólo quedan sus cenizas, algunos viejos símbolos y Chávez recogiendo esos escombros en Venezuela. Ahora le toca desaparecer al capitalismo salvaje de nuestros países latinoamericanos. Debemos aspirar a un capitalismo creciente, eficaz, compasivo, humanitario, esperanzador y pleno de justicia. A una América Latina donde no desaparezca el derecho a estudiar y haya atención de la salud gratuita para todos, con opciones privadas para los que lo deseen. Una América Latina donde una persona no tenga que ir casa por casa recogiendo centavos para enterrar a un familiar por los altos costos de esos servicios, donde los niños y jóvenes estén en las escuelas preparándose para el futuro y no pidiendo limosnas. Países en que algunas mujeres se prostituyan porque no tienen forma de sostener a sus familias.
Convertir a nuestros países en sociedades sostenidas política y económicamente y con opciones para todos. Países cuyos hijos no se vayan. Sólo un triste ejemplo: antes de 1959, la emigración de los cubanos era casi nula y hoy tenemos alrededor de tres millones que le han dicho adiós a la isla. ¿Cuándo vamos a sentir orgullo por nuestros países?
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
1 Comentario para Oscar Peña: Ni comunismo, ni capitalismo salvaje
Jose Vilasuso Rivero
octubre 11th, 2010 at 10:28 pm
Bien por don Oscar. Da en el blanco con un mensaje de equlibrio y compaginación de extremos opuestos. La libertad económica no significa el exceso lucrativo cual especie de ábrete Sésamo para el enriquecimiento de una parte de la población, mientras el resto mayoritario, igual o menor navega en la incertidumbre, la pobreza disfrazada, o la pura mendicidad a costa de ocultarse al turista. Un sistema de justicia social en nada desmerece ni perjudica al justo ganador con su empresa libre. Pero no es para acostarse tranquilo si otros compatriotas carecen de techo, medicinas o acceso a una educación decente para sus hijos. Ahí está Barack Obama con su reforma del Medicare. Yo acabo de sufrir un accidente que pudo ser fatal, la emergencia me salvó la vida al costo de sólo las gracias al hospital San Pablo uno de los más lujosos de Puerto Rico. Eso es democracia y el resto un cuento.