Ningún sacrificio es comparable con la perdida de la Patria.

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24 Jun 2010

Hoy más que nunca se hace necesaria la unidad entre todos los cubanos, no importa cuáles sean sus ideas, a todos debe animarnos un solo pensamiento; una Cuba democrática, libre y pluralista. Para lograr esto tenemos que ser tolerantes y aprehender a convivir todos en armonía, respetando los criterios diferentes. Nuestro fin supremo es lograr un Estado de Derecho, donde todos los cubanos por igual podamos contribuir al bien del País. En todas partes donde se han efectuado transiciones pacificas, las victimas han tenido que hacer los mayores sacrificios. El perdón no implica que uno tenga que olvidar, es bueno recordar el pasado para que no se vuelvan a repetir los errores y horrores vividos. Pongamos por encima de los intereses propios los de la Patria, forjemos una nueva Nación, donde nuestros hijos no tengan que sufrir jamás el destierro y las carencias de sus derechos más fundamentales, para eso la concordia y el amor deben retornar a los corazones de todos los cubanos. Ningún sacrificio es comparable con la perdida de la Patria.



Ningún sacrificio es comparable con la perdida de la Patria.

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El panorama social y político en el País ha cambiado en los últimos tiempos. La juventud cada día reclama más sus espacios de libertad, blogueros, estudiantes universitarios, grupos de rock y de teatro, escritores y artistas muestran su descontento con la actual situación de inmovilidad del gobierno. En el mundo intelectual algunos oficialistas, así  como otros que son independientes, manifiestan sus ideas pidiendo cambios y transformaciones al sistema. La situación económica ha provocado una reestructuración laboral,  donde los trabajadores ven reducido aun más su nivel de vida, los pocos beneficios van desapareciendo y las exigencias de sacrificio se acrecientan cada vez más. Esto  hace que cada día sea más necesaria la conformación de un genuino sindicalismo independiente que promueva y defienda los derechos de los trabajadores. En medio de este caos la comunidad internacional ha condenado al régimen cubano por sus flagrantes violaciones a los derechos humanos. El movimiento opositor pacifico dentro de la Isla se ha reactivado y fortalecido, recibiendo muchas muestras de apoyo desde  diferentes posiciones ideológicas. Sin dudas todas estas circunstancias y un crecimiento muy notable de las actividades opositoras dentro de la Isla han motivado a los dirigentes oficialistas a  iniciar un dialogo con la Iglesia católica con vista a la liberación de los presos políticos de la Primavera Negra de 2003.

Hoy más que nunca se hace necesaria la unidad entre todos los cubanos, no importa cuáles sean sus ideas, a todos debe animarnos un solo pensamiento; una Cuba democrática, libre y pluralista. Para lograr esto tenemos que ser tolerantes y aprehender a convivir todos en armonía, respetando los criterios diferentes. Nuestro fin supremo es lograr un Estado de Derecho, donde todos los cubanos por igual podamos contribuir al bien del País. En todas partes donde se han efectuado transiciones pacificas, las victimas han tenido que hacer los mayores sacrificios. El perdón no implica que uno tenga que olvidar, es bueno recordar el pasado para que no se vuelvan a repetir los errores y horrores vividos. Pongamos por encima de los intereses propios los de la Patria, forjemos una nueva Nación, donde nuestros hijos no tengan que sufrir jamás el destierro y las carencias de sus derechos más fundamentales, para  eso  la concordia y el amor deben retornar a los corazones de todos los cubanos.  Ningún sacrificio es comparable con la perdida de la Patria.

A continuación algunos comentarios de la actualidad nacional cubana:

TERMINE YA LA CORTINA DE ESPINAS

Por el derecho de los cubanos a salir libremente de Cuba y a entrar libremente a su propia Patria
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Recientemente un grupos de cubanos que viven dentro de Cuba, con el apoyo de otros cubanos que viven en el exilio, enviaron una carta al Congreso de los Estados Unidos de América pidiendo el cese de las restricciones de viajes de los ciudadanos de ese país a Cuba y la apertura de otras facilidades de comercio. Uno de los argumentos mas explicados en esta petición es que  la entrada masiva de esos turistas a Cuba, supuestamente será un factor impulsor o casi decisivo para los cambios hacia la democracia. Otros cubanos dentro y fuera de Cuba han respondido a argumentando lo contrario, es decir que el cese de estas restricciones apoyaría al régimen totalitario actual. Unos y otros tienen nuestro respeto y nuestra consideración como hermanos y como cubanos con todo derecho a expresar en conciencia, lo que crean mejor para nuestro pueblo. Compártanse o no sus opiniones, merecen todo el respeto. No nos vamos a pronunciar en este documento sobre una u otra poción porque consideramos que  el desenfoque está en un erróneo planteamiento del asunto y por eso divide y no une.

Sinceramente. Ponen mucha energía, coordinación y publicidad para proponer al Gobierno y Congreso de los Estados Unidos de América lo que debe o no prohibir o continuar prohibiendo o lo que debe permitir a sus ciudadanos, generándose así tanta polémica, discusión y nuevas divisiones. Pero quizás muchos no conocen que durante años y ahora mismo, estamos reclamando dentro de Cuba y desde el exilo, de manera muy concreta e inequívoca, que se respete el derecho de los cubanos que viven dentro y fuera del país, a entrar libremente a Cuba y salir libremente, sin castigos, confiscaciones, condicionamientos, permisos, ni destierros. Nosotros ¿Con quien estamos? Con el pueblo cubano, por los derechos de todos los seres humanos y de los cubanos, porque los cubanos, somos seres humanos y también  tenemos derecho a los derechos.

Creemos que si en algo estarán de acuerdo,  los que han firmado los documentos antagónicos antes mencionados, es en que en la ley  y en la práctica, en Cuba, debe respetarse el derecho de los cubanos a viajar libremente. Así lo trata de establecer el Proyecto Heredia, que presentamos en las oficinas de la Asamblea Nacional del Poder Popular el 18 de Diciembre de 2007, recibiendo el correspondiente acto de repudio a la salida. Si en algo están de acuerdo todos los cubanos, menos los que gobiernan, es en que debe respetarse ese derecho para todos. Exijamos al gobierno cubano que permita que el pueblo conozca el Proyecto Heredia y más que eso, que permita a los cubanos viajar libremente. Hagan todo lo que esté a su alcance para que el pueblo de Cuba conozca esta propuesta, porque ahora hemos comenzado  la Campaña por el Fin de la Cortina de Espinas.

Mucho sufren los cubanos dentro y fuera de Cuba por la negación del derecho a viajar libremente y mucho se ha desgarrado nuestro pueblo por esta cruel cortina de espinas. Nuestro llamado a todos los cubanos, también a los que firmaron las mencionadas cartas, es a unirnos en la solidaridad por el derecho de los cubanos a viajar libremente, por el fin del destierro y de la discriminación contra los cubanos en su propio país, que se concreta en el Proyecto Heredia (Ley de Reencuentro Nacional.  ( www.oswaldopaya.org)

POR EL FIN EN CUBA DE LA CORTINA DE ESPINAS.

ESO ES UNIDAD, PARA LA LIBERTAD

Oswaldo José Payá Sardiñas

La Habana, Cuba, 21 de Junio de 2009

A nombre del Consejo Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación

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Lamento muchisimo reconocer la veracidad y aciertos en los juicios de mi amigo Nicolas Perez. Ojala que algun dia la iracundia y la intolerancia de los cubanos de ambas orillas, legado de estos 50 años de revolucion,  se trastoque en el respeto a los que piensan diferente y en el sentido de convivencia nacional.

Pedro Ramon Lopez

EL HEROISMO TAMBIEN DEBE ADMINISTRARSE

Todo lo que ha hecho Fidel Castro no es reprobable, creó Miami.  Un grupo de extraordinarios empresarios cubanos instauraron aquí un emporio financiero que sirve de puente entre los Estados Unidos y América Latina.  Pero nuestra habilidad comercial ha sido inversamente proporcional a nuestro talento político.  Hemos convertido a esta ciudad en un lugar intolerante y extremista.  Aunque a veces comprendo a este grupo, la elección de Cuba a la vice presidencia de la Comisión de Derechosa Humanos de la ONU, es natural que provoque reacciones rabiosas y desmedidas.

Pero esto no justifica que en este pueblo los dueños del status quo se crean oráculos inobjetables.  No justifica que rechacen que nadie los contradiga, y que antes que nazca un águila de un huevo, rompan el huevo, hagan una tortilla con la yema y merengue con la clara.  Tampoco que utilicen el miedo como arma de lucha.  Como El Padrino Vito Corleone, cuando amenazó a un enemigo a través de su consiglieri  Tom Hogen que dijo a su víctima: “Tengo una oferta que usted no podrá rechazar”.  Otro tipo de coacción la desarrollan los regímenes totalitarios como el de Fidel Castro al advertirte: Si cruzas la raya te acuso de mercenario del yanqui, te condeno a un montón de años y a cumplir al “Embere”.  En Miami, también los dueños de esta finca aterrorizan a sus adversarios con mentiras infames.  Y destruyen reputaciones en emisoras de radio, programas de televisión, periodiquitos, blogs por Internet o simples correos electrónicos anónimos.  Las acusaciones son siempre las mismas: comunista, traidor, cobarde, dialoguero y lo que cuelga.

Hace casi medio siglo, a mis 19 años, en la Universidad de La Habana, era el director de la revista clandestina Trinchera, órgano oficial del Directorio Revolucionario Estudiantil.  El gobierno me acusó de agente de la CIA y me partió el alma.  Pero en cuanto llegue a Isla de Pinos fundé José Antonio, la primera revista independiente del presidio político cubano, la escribíamos con letras de molde y a mano y se tiraban 6 por circular, una por piso.  En esa revistica seguí atacando con violencia al comunismo, mis gritos cambiaron de lugar pero ni por equivocación paré de gritar.

El miércoles pasado comenté sobre la carta de los 74 disidentes al Congreso Norteamericano.  El primer bombazo llegó de Francia, la escritora Zoe Valdés escribió en su Blog no con un bolígrafo ni en una computadora, sino con una chancleta, un artículo atacándome.  Desde emisoras de radio recibí granos de oro, y ramos de flores por Internet, a saber: “pusilánime sin convicciones”, dialoguero frustrado y perdedor”, ¨comunista arrepentido“, “tú propuesta roza la infamia”, “usted es un gran atrevido e ignorante”, etc.  Pero estos fusilamientos de carácter parece que no surtieron efecto, aquí estoy de nuevo.

Aunque pudieron haber tenido razón Ramiro Gómez y Johnny Valdés de Armas cuando me dijeron que la carta de los 74 se escribió en un mal momento porque teníamos al castrismo contra las cuerdas y morimos en la orilla de una polémica sin una gota de substancia.  Tampoco nadie hubiera podido adivinar que algunos reaccionarían con tanta ferocidad frente al derecho de un grupo de anticastristas a opinar.  Todos somos dueños incluso de nuestras equivocaciones.  También cartas y contracartas son los primeros retoños y balbuceos políticos de una sociedad civil en Cuba que sube como la espuma, y no la va a detener ni la gerontocracia de allá ni la de aquí. Pero fueron penosos los insultos, las acusaciones infundadas y las  descalificaciones personales.

También un hermano se deprimió porque alguien me defendió en su programa de radio.  Le respondo a “El Divino”: ¿y a mí que rayos me importa que me defienda Max Lesnick o Ramiro Valdés?, el asunto no es lo que ellos digan sino lo que yo escriba.  De paso un recadito a Max, no me defiendas compadre, que cuando me rozas tangencialmente, me perjudicas.

Pero las cosas deben hablarse con claridad, sin retórica, sin cantinfleos.  Hay algo que no termino de entender.  Respeto a los partidarios del inmovilismo, ¿por qué ellos no respetan que yo crea en aperturas?  ¿Por qué si admito como válidas las razones para apoyar sanciones económicas contra Cuba me hacen picadillo cuando digo que El Embargo es ineficaz, inexistente e hipócrita, y que lo levantaría mañana, pero sin darle un centavo en créditos a una Habana limosnera y maruga?  En cuanto a exiliados que evidentemente quieren dirigir la lucha dentro de Cuba, díganme, ¿por qué me objetan cuando pienso que nuestra solución será a través de los cubanos de la isla, sus contactos con el exterior y una reconciliación nacional desprovista de un odio que nos envenena el alma?  ¿Es un crimen de lesa humanidad que yo tenga más fe en el Blog de Yoani Sánchez que en La Rosa Blanca de Lincoln Díaz Balart?

Por último, recibí un e-mail de alguien que quiero y respeto mucho y me dice: “Nicolás, no me pidas que guarde silencio”.  No me entendió, lo que quiero es que todo el mundo hable.  Y de paso advierto, hasta el heroísmo hay que saber administrarlo con prudencia y modestia.  Es cierto que la carta de mis 256 hermanos, ex presos políticos, fue moderada, pero si cada vez que alguien dice algo que no nos gusta le soplamos por el lomo 3,551 años de presidio político, aquí más nunca nadie abre la boca.

Nicop32000@yahoo.com

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Talibanes en el exterior

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En Cuba se califican de talibanes a quienes desde posiciones gubernamentales  encarnizadamente se esfuerzan por obstaculizar los cambios urgentemente requeridos por la sociedad.  Son los que organizan  hordas de energúmenos para perseguir las personas que pacíficamente se pronuncian por la liberación de los presos de conciencia y políticos pacíficos, así como cambios democráticos en la isla.
El horrible miedo de estos fundamentalistas, por lo regular personas mediocres, a las transformaciones hacia una sociedad abierta y competitiva, radica en que  temen  perder sus posiciones y los privilegios resultantes que durante decenios han mantenido gracias a la existencia de un sistema disfuncional  que ha conducido al desastre actual.
Cuando el gobierno cubano ha aceptado sostener conversaciones con la Iglesia Católica nacional sobre la liberación de los presos de conciencia y políticos pacíficos,  que podrían trascender a otros temas medulares y promover los cambios, procuran obstaculizar y hacer fracasar las negociaciones.  No por casualidad últimamente florecen las “reflexiones” para tratar de crear un ambiente poco propicio para los contactos Iglesia -Estado.
A los talibanes del patio, además les preocupa tremendamente las reiteradas visitas de  artistas cubanos a Estados Unidos y sus declaraciones a favor del entendimiento entre ambos países.  Están asustados ante las manifestaciones de destacados intelectuales y políticos, que por muchos años mantuvieron estrechos nexos con el oficialismo, y que hoy se pronuncian sensatamente a favor de los cambios con declaraciones que no tienen porque ser idénticas a las expresadas  por la disidencia.
Los fundamentalistas  isleños se aterran por la creciente pérdida de sus coartadas preferidas, como la confrontación con Estados Unidos y su errada política de aislamiento.  Saben que al desaparecer esas escusas, será muy difícil justificar el desastre nacional y la tradicional represión contra el pueblo.
Lamentablemente los talibanes tienen sus pares en el exterior, que les han brindado siempre todo tipo de justificaciones para machacar a la sociedad civil.  Se trata de grupos cada vez más minoritarios, que guiados por el odio, y posiblemente otros factores menos justificables, durante años le han hecho el juego al totalitarismo. Ciertamente, en esos grupos, en un porciento elevado, se encuentran compatriotas, que habiendo sufrido mucho, y  recibido en el pasado considerables daños y humillaciones personales y familiares, están obnubilados por las ofensas  y responden  con métodos equivocados, sin darse cuenta que contribuyen a la permanencia de esta pesadilla que por más de 51 años ha asolado nuestra sufrida patria.
En estos grupos no incluimos a aquellos compatriotas, que tienen todo el derecho a discrepar de nuestros puntos de vistas, y de hecho lo hacen de forma racional y civilizada, sin caer en difamaciones ni  las calumnias habituales de ciertos  autotitulados  demócratas en el exterior.
Con la carta que hemos firmado 74 activistas sociales a título personal, una lluvia de asquerosos ataques han caído sobre nuestras cabezas, calificándonos hasta de vendepatrias, por opinar. Infamias, por demás, idénticas a las que por decenios hemos recibido del régimen.   Esta carta, cuyo borrador confeccionó una persona tan pacífica y prestigiosa como el laico Dagoberto Valdés, y luego consensuada entre los participantes, ha sido el pretexto  para descargar el odio contra quienes durante años hemos luchado sin descanso por la democracia y la reconciliación nacional  dentro del territorio nacional.  No se ha tenido en cuenta al formular las calumnias que si se sumaran los años de cárcel de las condenas de quienes apoyamos esa carta, el resultado sumaría siglos -incluidas las penas de los firmantes actualmente en prisión o en peligro de regresar a ella- y no obstante eso, hemos continuado defendiendo desde Cuba los intereses de nuestro pueblo sin doblegarnos.
Los extremistas, cada vez más aislados, como demuestran las encuestas realizadas en los últimos tiempos en Estados Unidos entre norteamericanos y la comunidad cubana, o como indican los resultados de las pasadas elecciones presidenciales en la Florida,  se han caracterizado por boicotear todas las iniciativas en favor de la amistad con nuestro vecino y la reconciliación entre los cubanos.  Recuérdese el boicot al Proyecto Varela, apoyado por la abrumadora mayoría de la disidencia cubana.   En esto se aliaron a quienes después resultaron 12 agentes de la Seguridad del Estado destapados durante los juicios a los 75 en marzo de 2003.  Igual actitud habían asumido en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II en 1998, con obstáculos de todo tipo para impedir la estancia en la Isla de su Santidad.
Ahora injurian a la Iglesia Católica Cubana, obviando los esfuerzos realizados por ella durante años para procurar una solución a la crisis nacional.  Con estos ataques, incluido el propósito de dividir a la disidencia,  reproducen los perversos esfuerzos para evitar  que los presos del grupo de los 75 nos manifestáramos mayoritariamente en apoyo al concierto del canta autor Juanes y sus amigos en septiembre pasado.  En esa ocasión familiares de presos recibieron llamadas desde Miami,  conminándolos a presionar a los hermanos encarcelados a retractarse; felonía que resultó abrumadoramente rechazada. El mensaje enviado en aquella ocasión por los  75 neutralizó  a nivel internacional la terrible imagen que dejaron allí los grupos extremistas, que de una forma reprobable destruyeron discos e insultaron a los artistas que viajaron a La Habana, comportándose al mismo nivel  de las hordas que  nos insultan y persiguen en las calles de Cuba.
Ahora por la Carta de los 74 lanzan una lluvia de improperios y descalificaciones a persona que hemos perdido nuestros trabajos, ahorros y hasta derecho a retiros -teniendo todas las condiciones para recibirlos- por preferir la miseria antes que doblegarnos  al totalitarismo.  Se ha llegado hasta a la bajeza de acusar a periodistas independientes de recibir considerables pagos por sus trabajos en el exterior, cuando se sabe que por problemas diversos la mayoría de los órganos de prensa no pagan nuestras colaboraciones, y debemos mantenernos con los 15 pesos convertibles (CUC) que paga Cubanet por artículo, en un país donde una bolsa de leche en polvo vale 5.25 CUC,  un litro de aceite comestible 3.25 CUC  y una hora de internet, con dificultades incluidas, cuesta en un hotel de turismo de 6,00 a 10,00 CUC la hora (0.80 CUC = 1.00 US$)y  todo por el estilo.
Mientras tanto, algunos, dedicados a insultarnos soezmente,  viven cómodos bajo la sombra de la Torre Eiffel sin nunca haber hecho nada por su patria, a no ser servir por muchos años obedientemente a altos funcionarios del totalitarismo.  Otros tratan de meter cuña entre la disidencia para hacer el juego a intereses hoteleros, a los que  no interesan los sufrimientos del pueblo cubano, sino evitar que Cuba pueda convertirse en un importante competidor en el Caribe.  No por gusto, según  periodistas norteamericanos –Lesley Clark, Nuevo Herald, Noviembre 16 del 2009 – se han repartido más de 11 millones de dólares entre congresistas para evitar que se levanten las prohibiciones a los viajes de los norteamericanos a Cuba, una violación de sus derechos humanos,  que también sirve de justificación para hacer lo mismo por parte del totalitarismo insular.
Nosotros, de nuevo, instamos a esas personas a que paren su colaboración con el totalitarismo y se sumen  junto a todo el pueblo cubano -residente en la Isla y en el exterior- a la construcción de una nueva Cuba, y  para dejar atrás este negro pasado  empezado el 10 de marzo de 1952 con la tiranía de Fulgencio Bastita y  prolongado con el relevo de Fidel Castro, quien con sus ansias enormes de poder absoluto frustró los sueños surgidos en 1959.
De todas formas, no habrá talibanes ni aquí ni en ninguna parte que puedan parar las ansias de libertad y democracia del pueblo cubano.  Hoy paulatinamente los compatriotas de aquí y de allá, por encima de diferencias ideológicas, forjaremos un frente común que nos llevará a todos, sin exclusiones, al triunfo. A una Cuba democrática y reconciliada, donde nos respetemos e impere la justicia social y la solidaridad.

La Habana, 21 de junio de 2010

Oscar Espinosa Chepe

Economista y Periodista Independiente

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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