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16 Ene 2010El Gobierno de Haití prepara planes de desplazamiento masivo de los damnificados por el terremoto del pasado martes, que se calculan en unas 600.000 personas, para evitar epidemias. «En muchos casos vamos a tener que proceder al desplazamiento de la población, y planeamos construir campamentos provisionales para recibir a las víctimas» ha dicho el ministro del Interior, Antoine Bien-Aimé.
ELPAIS.com – AGENCIAS | Puerto Príncipe 16/01/2010
El Gobierno de Haití prepara planes de desplazamiento masivo de los damnificados por el terremoto del pasado martes, que se calculan en unas 600.000 personas, para evitar epidemias. «En muchos casos vamos a tener que proceder al desplazamiento de la población, y planeamos construir campamentos provisionales para recibir a las víctimas» ha dicho el ministro del Interior, Antoine Bien-Aimé.
A falta de un cálculo preciso sobre el número de fallecidos -ayer el propio Bien-Aimé señaló que la cifra final estaría entre los 100.000 y los 200.000 muertos-, una de las principales preocupaciones para el Ejecutivo haitiano a estas horas es cómo distribuir la ayuda internacional que está llegando y cómo evitar las epidemias. El titular de Interior ha explicado que la Organización Internacional de Migraciones ha entregado una gran cantidad de carpas para los damnificados, pero que el Gobierno aún no ha comenzado a distribuirlas porque está estudiando «si es mejor darles las tiendas [a los damnificados] o desplazarlos masivamente».
Pero mientras el Gobierno traza un plan, un éxodo de miles de personas ha comenzado ya su marcha desde la capital. «He estado esperando dos días, pero nada ha llegado, ni siquiera una botella de agua», dice Yves Manes en unas declaraciones recogidas por la agencia Reuters. Manes, su mujer y sus hijos son ya parte de la larga columna de personas que abandona Puerto Príncipe para irse hacia otras partes de la isla, donde esperan contar con la ayuda de familiares para conseguir refugio y el sustento más básico.
Los que se quedan tendrán que convivir con los gritos de heridos pidiendo ayuda, el polvo de los escombros y el olor de los miles de cadáveres que quedan en las calles de Puerto Príncipe. Alrededor de 50.000 según ha señalado el ministro de Sanidad, Alex Larsen, quien ha explicado que los cuerpos están siendo depositados en fosas comunes y que son tratados con cal viva antes de ser cubiertos con tierra. En el futuro no se descartan incineraciones masivas.
También con cierta inseguridad, ya que han comenzado algunos saqueos a supermercados y otros lugares de almacenamiento de comida. Cientos de personas han saqueado una amplia zona de almacenes comerciales del centro de la capital. Algunas personas se han dirigido posteriormente a la Policía, que patrullaba la zona pero no ha intervenido, para denunciar que asaltantes armados con palos les habían robado sus pertenencias aprovechando la confusión del momento. También el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha informado que al menos uno de sus almacenes ha sido saqueado en Puerto Príncipe. Se trata del almacén más importante del PMA en la capital haitiana, según ha comunicado la portavoz Emilia Casella, quien ha añadido que «en una situación de emergencia y tan desesperada como ésta, los saqueos no resultan inusuales».
La desesperación, tanto de quienes abandonan la ciudad como de quienes se quedan, refleja la situación de caos que todavía se vive en Haití, cuyas autoridades se han visto incapaces de gestionar las labores de rescate y han tenido que ceder el testigo a Naciones Unidas, al ejército estadounidense y a gobiernos extranjeros, además de a las numerosas organizaciones de ayuda llegadas de todas partes para colaborar con las labores de emergencia.
De momento, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, ya está volando hacia el país caribeño y mañana está prevista la llegada del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Clinton tiene previsto encontrarse con el presidente haitiano, René Préval, nada más llegar al aeropuerto, cuyo control ha asumido EE UU tras el colapso de los últimos días y cuya nueva gestión ya ha provocado algunas suspicacias en Francia, país que ha presentado una queja formal ante Washington después de que uno de sus aviones militares, que cargaba un hospital de campaña, fuera desviado a Santo Domingo.
Con todo, EE UU se ha hecho presente en Haití ante la tragedia como ningún otro país. El presidente estadounidense Barack Obama prometió ayer Préval, el «pleno apoyo del pueblo americano» a la recuperación del país. También ayer, fuentes del Pentágono informaron de que el próximo lunes estarán en Haití hasta 10.000 soldados para ayudar a la organización, rescate y reconstrucción de Puerto Príncipe. Su estancia allí tiene visos de alargarse, como ya ha expresado el Jefe de las Operaciones Navales estadounidenses, el almirante Gary Roughead. «Estamos preparados para quedarnos el tiempo que sea necesario», ha dicho Roughead mientras un barco hospital partía desde Baltimore con rumbo a Haití.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".