En: Opinión
9 Oct 2010El micro-crédito es ante todo un instrumento financiero que ha sido empleado en la lucha contra la pobreza y el desempleo, con experiencia en todos los continentes, la más conocida y extendida de ellas en la natal Bangladesh del profesor y empresario Muhammad Yunus. Como su denominación lo indica, los micro-créditos son préstamos de sumas muy modestas, en ocasiones hasta de 100 dólares, sin ninguna garantía, que se otorgan a individuos o pequeñas empresas [familiares en la mayoría de los casos y sin una estructura de producción, distribución y/o ventas definida, en tanto que los lazos familiares priman sobre los principios empresariales] que no califican para un crédito convencional. En el caso de los países subdesarrollos sus receptores son segmentos pobres de aéreas rurales, semi-rurales y de la periferia de las grandes ciudades; en tanto que su empleo en los países desarrollados va dirigido a disminuir las tasas de desempleo.
La transición a una economía real en Cuba
Lázaro González, Toronto, Canadá
Karina Gálvez, (Pinar del Río, 1968), Licenciada en Economía, 1994, Profesora de Finanzas en el IPE Rafael Ferro (Cuba), ha publicado PAPEL DEL MICRO PRÉSTAMO EN LA ECONOMÍA CUBANA HOY Y EN EL FUTURO. La profesora fue responsable del Grupo de Economistas del Centro de Formación Cívica y Religiosa, y miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
El artículo de la profesora Gálvez fue publicado originalmente en Convivencia y posteriormente reproducido por Canadian Foundation for the Americas (FOCAL), en su último boletín.
Es muy agradable ver a economistas cubanos residentes en Cuba pensando en el futuro, cuando una economía racional pueda funcionar sin los lastres de una ideología totalitaria. El tema en cuestión es del máximo interés y ha incrementado su popularidad luego que el Sr. Muhammad Yunus y su Grameen Bank | Banking for the poor – Spanish recibieran el Premio Nobel de la Paz en el 2006 [Ver: Crear un mundo sin pobreza – por Muhammad Yunus – Resumen del …].
Sin embargo, a pesar de las loables intenciones de la profesora, es bueno repensar varios criterios que incluye en su interesante análisis, y que pudieran estar influidos por la asfixiante realidad cubana de nuestros días y el sedimento acumulado por un discurso que se ha repetido por cincuenta años.
¿Que es el micro-crédito y cuáles son sus alcances y limitaciones situado en el contexto socioeconómico cubano?
El micro-crédito es ante todo un instrumento financiero que ha sido empleado en la lucha contra la pobreza y el desempleo, con experiencia en todos los continentes, la más conocida y extendida de ellas en la natal Bangladesh del profesor y empresario Muhammad Yunus. Como su denominación lo indica, los micro-créditos son préstamos de sumas muy modestas, en ocasiones hasta de 100 dólares, sin ninguna garantía, que se otorgan a individuos o pequeñas empresas [familiares en la mayoría de los casos y sin una estructura de producción, distribución y/o ventas definida, en tanto que los lazos familiares priman sobre los principios empresariales] que no califican para un crédito convencional. En el caso de los países subdesarrollos sus receptores son segmentos pobres de aéreas rurales, semi-rurales y de la periferia de las grandes ciudades; en tanto que su empleo en los países desarrollados va dirigido a disminuir las tasas de desempleo.
La política del micro-crédito se inserta en los esquemas de ayuda al desarrollo, con la particularidad que el mismo se sustenta en la concepción que las donaciones incrementan la dependencia, en tanto el micro-crédito potencialmente posibilita a los receptores adquirir recursos que le permitan erigirse en actor económico con responsabilidad propia. Y esto es un elemento crucial.
En una sociedad como la cubana donde los individuos han dependido durante medio siglo del estado y sus subvenciones para sobrevivir, el simple cambio de enfoque de la dependencia estatal a la responsabilidad personal puede generar una catarsis que despierte las energías e iniciativas aplastadas de los cubanos; pero igualmente podría alimentar una frustración generalizada de individuos que no han experimentado la responsabilidad personal en el contexto de una economía ciertamente libre, pero donde la competencia por obtener una cuota de mercado es despiadada y traumática en muchas ocasiones. De ahí a la añoranza por la libreta de abastecimientos a pesar de las marchas del pueblo combatiente no hay más que un paso.
La profesora Gálvez al analizar el papel que los micro-créditos desempeñarían en Cuba, prioriza cuatro elementos:
• Mantener a los cubanos promedio en el mercado
Y cito los argumentos de la profesora: «Es de esperar que tengamos los cubanos que enfrentar el embate de las grandes transnacionales sin que podamos ni queramos evitarlo. Necesitamos mecanismos que nos mantengan en el mercado en medio de la competencia. Si empezamos con negocios muy grandes, habrá más posibilidades de no llegar a consolidarse en los primeros momentos. Entonces, nadie vendrá a cogerse el país, sino que se lo entregaremos poco a poco, vendiendo nuestros negocios cuando no sean rentables. Los pequeños negocios son los que pueden crecer en la medida en que crezcamos en experiencia y posibilidades. Los micros préstamos ayudarían a que muchos cubanos comiencen pequeños negocios. Mejor muchos pequeños que pocos grandes… No puedo concebir que después del cambio esencial en Cuba, aceptemos otro u otros pocos dueños, empleadores o beneficiarios. Pensar en mecanismos económicos que impidan repetir la realidad actual de Cuba, solo con un cambio de actores, es algo concreto que podemos hacer».
La profesora Gálvez abandona las posiciones de la racionalidad socioeconómica para insertarse en una corriente de nacionalismo aislacionista y de espaldas a las realidades del mundo contemporáneo, donde la globalización genera una interdependencia a escala planetaria que acelera los procesos de concentración de la producción, los servicios y el capital, nos guste o no.
Aunque sin dudas las llamadas transnacionales generan efectos negativos, son las portadoras de una modernidad pues con ellas arriban tecnologías de punta, innovaciones, know how, métodos de gestión, recursos financieros, mercados; además de generar empleo para todos los segmentos de la estructural laboral del país. Si lo que se quiere es que Cuba se inserte a la mayor brevedad posible en la dinámica mundial, las transnacionales son a pesar de todo un mal necesario e imprescindible y la experiencia cubana así lo confirma. Los dos sectores principales de la economía cubana por generación de ingresos brutos en moneda libremente convertible y eficiencia: el níquel con la Sherrit y el turismo con consorcios internacionales del sector, constituyen la validación práctica de tal afirmación.
En lo que leo, no se delimitan los contornos entre los conceptos de micro-créditos y small business loan (préstamos a pequeños negocios). El micro-crédito se otorga sin garantía de retorno, en montos muy pequeños para proporcionar recursos mínimos a poblaciones que viven en economías de supervivencia, con mercados inmaduros y poco estructurados que conviven con otras estructuras socioeconómicas; por su parte, los small business loan, modestos por su valor, exigen garantías de reembolso a sus receptores mediante la presentación de un plan de negocios, y son propios de países y/o regiones donde el mercado está estructurado o en proceso y la pequeña y mediana propiedad captan un segmento no despreciable de la demanda global.
Con un micro-crédito un campesino cubano puede comprarse una guataca, un tridente y dos gallinas con su gallo; mientras en las ciudades veríamos florecer los puestos de fritas (ilustración de Pong) con sus «friteros» [Ver: CubaHumor: EL PUESTO DE FRITA DE MI BARRIO]. Y aunque no estoy en contra ni del huerto familiar ni de las fritas, estos individuos no sobrepasarían los límites de la economía de supervivencia.
Si los planificadores de la transición en materia económica encuentran razonable que Cuba tiene que reincorporarse al mundo a una velocidad exponencial a los efectos de acortar las diferencias que provocan 50 años de aislamiento y gestiones incongruentes, a la vez que maximizan el aprovechamiento de oportunidades y minimizan las amenazas y debilidades -como le gusta explicar a un reconocido experto cubano-, entonces el camino no son los micro-créditos como forma principal de incentivar y activar la pequeña y mediana empresa, sino pequeños y medianos prestamos fundamentados en un proyecto viable. De buenos deseos esta asfaltado el camino al desastre.
Un segundo elemento que destaca la profesora Gálvez es la Igualdad de oportunidades, y argumenta su tesis de la siguiente forma:
«Es más justo además de conveniente. No sería justo que los que han tenido mayores y mejores oportunidades durante medio siglo, se presenten en competencia con los que no lo han tenido, independientemente de las causas de uno y otro. No se trata de capacidades o de esfuerzos distintos sino de oportunidades desiguales. Los micro-préstamos contribuirían a establecer cierto equilibrio entre los cubanos. Claro que harían falta leyes que amparen la igualdad de oportunidades, pero no basta con establecer por ley, la prioridad de los cubanos por un tiempo o ventajas impositivas, de salarios. Es más sano ampliar las posibilidades de los menos favorecidos durante estos años, que frenar las de los otros. Para igualar oportunidades, mejor micro-préstamos a los más débiles, que aranceles o impuestos a los más fuertes».
Los buenos deseos de la profesora le obnubilan la visión de que en condiciones de una economía de mercado eficiente -si ese el propósito-, los individuos son reconocidos por el mercado en lo que son: sujetos económicos que concurren, participan y son parte integrante de un sistema que no reconoce más que la eficiencia y retribuye de acuerdo con ella. Imponerle al mercado consideraciones morales cuestionables como que «yo he estado aquí y tú has estado allá», es otra forma de paternalismo colindante con el patronato castrista.
• Reducirían la cuota de proteccionismo estatal
«Es muy difícil reconocer los límites del proteccionismo en cuanto mal económico en intensidad y en tiempo necesario.
Los micro-préstamos podrían ayudar también a que la cuota de proteccionismo estatal sea mínima. Si los cubanos tenemos posibilidades de competir en el mercado, podremos hacerlo de la mejor manera. Ya lo hemos demostrado en condiciones bien adversas. Y sí tenemos alguna ventaja sobre los demás competidores: la ventaja de haber estado aquí durante todo este tiempo de centralización general y absurda. Conocemos mejor a nuestro pueblo, conocemos de sus necesidades y de cómo piensan, de sus gustos y sus preferencias. Con estas condiciones y unos recursos suficientes, el proteccionismo quedaría entonces sustituido por protección (que debe ser mínima y por poco tiempo… si tiene que ser)»
El proteccionismo a la empresa nacional constituye uno de los más polémicos aspectos de la teoría y la practica económica y fuente frecuente de desagravios y negociaciones entre los países. Asimismo, los programas proteccionistas que ejecutaron algunos países periféricos para vertebrar una sólida y auto-sostenible industria nacional fracasaron, entre otras cosas porque si usted aspira a que su industria en sentido genérico sea competitiva en los mercados nacionales e internacionales, tiene que exponer a la misma a los retos y desafíos imponderables de la realidad [Ver Teoría de las Ventajas Competitivas, de Michael Porter, editados algunos de sus libros en Cuba por el entonces Ministro de Industria Básica Marcos Portal].
Enterrar la cabeza en la tierra o encerrarse en una urna de cristal lo que seguro acarreará es muerte por asfixia. Pero en el caso de la argumentación de la profesora Gálvez, el sistema arancelario -que es de lo que se trata- se transforma en un proteccionismo nacionalista que reclama patente de legitimidad vía certificación que el individuo nunca recibió una «tarjeta blanca» o desertó en una misión, o sencillamente se montó en el primer medio insumergible para alcanzar cualquier orilla fuera del territorio nacional. Quizás el planteamiento debiera encaminarse a nutrir a los aspirantes de empresarios «no exiliados» de las experiencias adquiridas en condiciones de funcionamiento real por los «inaceptables» para la profesora. No hay forma humana ni divina de encausar todo el tiempo a todo el mundo por la «talanquera», la vida terca y perseverante siempre encuentra o labra su propio cause.
• Estimularán la creatividad de los cubanos
«Tal como la actividad creativa necesita recursos, la posibilidad de recursos impulsa la actividad creativa.
En el futuro, los micro préstamos complementarían la posibilidad legal de invertir con la posibilidad real, al facilitar el acceso a recursos financieros. Es muy difícil enfrentarse a la posibilidad legal sin posibilidad financiera, que es lo que sucede ahora con la legislación sobre los hoteles, los celulares o los DVD. La oportunidad de participar, después de mucho tiempo, legalmente, en el mercado, potenciará toda la iniciativa personal de los cubanos, si tienen recursos financieros. El llamado «invento», en condiciones económicas normales, se transformará en negocio próspero».
Los «inventos» a los que hace referencia son de facto prósperos negocios o en el curso de serlos. Individuos que responden ágil y adecuadamente ante una demanda no cubierta que interpretan como una oportunidad y cuentan con la suficiente audacia, habilidad y recursos para convertirla en un negocio; lo mismo da una fábrica de jabón u otra de mosaicos semiartesanal; que un alambique de alcohol que luego añejan con carbón. El hecho que los mismos se vean obligados a interaccionar en el mercado negro, no les resta un ápice de negocios estructurados. Conozco personalmente a muchos de estos y priorizo sus experiencias. Ya el astuto Henry Kissinger, considerado por el real power como uno de los grandes genios políticos del Siglo XX, al evaluar los retos del apoyo a la transición en Europa del Este explico que la principal dificultad estribaría en la creación del sector empresarial, no entendido como la burocracia, sino como esos capitanes que contra viento y marea construyen sus naves virtualmente de la nave y la guían con temerario pero juicioso pulso por todas las adversidades de la realidad. Los empresarios son actitud más que preparación aunque esta última no debe subestimarse nunca. Empresarios de gran éxito han expresado en círculos estrechos que su éxito se sustenta en saber emplear al mejor hombre para cada puesto y no en conocer en detalles todos los aspectos de la empresa. Uno de los clásicos de la gerencia moderna propuso la fórmula del éxito en los negocios: ÉXITO = AMP + DOG [AMP: Actitud Mental Positiva/ DOG: Dinero de Otra Gente]. Formulación que yo extiendo a otras esferas, pero a la fórmula propuesta por el clásico modestamente la elevo a la potencia «C»; donde todos en Cuba saben que sin «C» no hay obra posible.
A manera de conclusión, la profesora Gálvez expone lo que considera la principal fortaleza y debilidad del escenario cubano.
• Principal ventaja y principal dificultad
«Creo que, en la actualidad y en el primer momento del cambio, lo más preocupante para el establecimiento de un mecanismo de micro préstamos es la falta de entrenamiento en disciplina financiera. No hay cultura de obligaciones financieras,…»
«Por otra parte (y esto es una ventaja), una suma de dinero, que resulta pequeña como inversión en cualquier otro país, puede ser importante en Cuba en la actualidad, lo que facilitaría el establecimiento del mecanismo financiero de micro préstamos».
Y efectivamente no hay cultura financiera en Cuba en un segmento significativo de los empresarios actuales ni en sus burocracias ejecutivas, como tampoco en los potenciales empresarios a los que se invoca. Sin embargo, hay personas que por razones de sus vínculos laborales con el mercado internacional o sencillamente por una auto preparación consciente, si cuentan con la preparación y en ocasiones con la experiencia para actuar en los nuevos escenarios que se vislumbran.
En los programas de estudios de las principales facultades de economía que he tenido la oportunidad de revisar, se incluyeron desde fecha tan «temprana» como mediados de los años 90 estas disciplinas. Profesores e investigadores y algún que otro especialista han obtenidos maestrías y doctorados en prestigiosas universidades extranjeras y ya acumulan sino una experiencia práctica por razones obvias, si cuentan con una solida preparación a nivel técnico-conceptual. Me permito una disgrecion personal para ilustrar lo anterior. Cuando Fidel Castro en tono apocalíptico anuncio en aquel acto por el 26 de Julio a finales de la década del 80 que un día podríamos levantarnos con la noticia de la desaparición de la Unión Soviética, muchos entendimos que era hora de estudiar con seriedad y rigor lo que por tanto tiempo nos había ocultado.
Profesores y especialistas extranjeros invitados, profesores y ejecutivos cubanos que por haber tenido experiencia laboral previa a la revolución e incluso algunos «adelantados», sirvieron de transmisores de esos conocimientos no solo financieros sino también de mercadeo, gerenciales y organizacionales. Entre 1993 y 1994 un grupo de compañeros concluíamos los estudios básicos del Análisis Técnico y Fundamental de las Bolsas de Valores por mencionar uno de los temas más áridos y quizás más alejado de la práctica cubana.
Sin lugar a dudas que la cantidad de dinero necesaria en Cuba en estos momentos para que tenga la posibilidad de ser capital es considerablemente menor que en muchos países. No obstante, su masa crítica; es decir, el monto de dinero mínimo para realizar una inversión -el cual es concreto y no general dependiendo del sector en que se pretenda invertir-, crecerá proporcionalmente a la apertura que tenga la economía cubana. Factores tales como la estructuración de una demanda no limitada a productos de primera necesidad, entendida siempre como una necesidad estructurada en un interés de satisfacerla con liquidez suficiente para ello, pues sin esa condición no es demanda; el poder adquisitivo que sustenta esa demanda; la cantidad de dinero en circulación, ahorrado e incluso atesorado con potencial liquido en el corto y mediano plazo; los niveles de ocupación formal e informal; la maduración del mercado nacional y su coexistencia con un mercado subterráneo; los mecanismos de mercadeo; los intereses económicos y sociales de los ciudadanos; los vectores de la política fiscal y arancelaria; la credibilidad de las instituciones reguladoras y su transparencia; son entre otros muchos, aspectos que decidirán mas practica que teóricamente esa misteriosa suma de dinero que tiene la capacidad de crear más dinero.
Por último deseo agradecer a la profesora Gálvez y a los medios donde ha sido publicado su trabajo, la oportunidad de expresar modestamente algunas breves consideraciones sobre un tema tan complejo como imprescindible, convencido de que solamente entre todos podremos construir con transparencia la Cuba que nos ha sido escamoteada y nos merecemos.
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Nota: Muchos autores han estudiado el tema con detenimiento y merece la pena repasar sus puntos de vista: para los interesados en profundizar en esta temática que considero de importancia en la planificación de la transición es bueno, entre otros, ver: King y Levine, Garson, Shaw, McKinnon, Carrasco, Mezzera y por supuesto al propio Yunus.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".