Las «Victorias de Castro», Reflexiones en torno al comunismo y Un poema Por: Reinaldo Soto Hernandez

En: Opinión

15 May 2010

¿Cuáles son entonces las “conquistas” del experimento comunista en Cuba, con las que se pretende hoy justificar la permanencia de una gerontocracia en el poder, supuesta depositaria de las aspiraciones de su “máximo líder” y encargada de seguir tratando de llevarlas a un éxito que no han podido alcanzar en medio siglo? ¿Es que no es este suficiente tiempo para comprender que quienes se alinearon junto al perdedor también perdieron, y es hora de que se vayan ya, junto con él del juego? ¿A dónde se pretende que podrá llegar aquel país, así arrastrándose como una pobre sierpe, uncido al carro de un montón de cadáveres políticos?



LAS “VICTORIAS” DE CASTRO

Por: Reinaldo Soto Hernandez

reinaldo-soto-hernandez1A Fidel Castro, mirándolo desde el punto de vista práctico de su desempeño, jamás podrá contársele entre los líderes más importantes del pasado siglo, ni siquiera en el marco del llamado movimiento comunista mundial. Su única relevancia, entre esos últimos, realmente estriba en haber sido el que más tiempo estuvo en el poder, y un tanto acaso, en ser el que en su época fue mejor tratado por la prensa del orbe, independientemente de su filiación, pues de ahí en fuera, todo cuanto emprendió, fue navegando inexorablemente, conducido por él, hacia el fracaso, incluyendo la propia revolución cubana, su obra cumbre, que como un viejo barco hoy hace agua, presa de la mayor parte de los mismos males que en su momento dijo venir a resolver; la corrupción, el atraso social, la falta de esperanza y la pobreza.
Durante largo tiempo había podido la maquinaria de su propaganda transformar en victorias los reveses, engañando a muchos, conquistando para su causa a otros, aplastando a quien le fue posible, alimentando una leyenda viva de liderazgo y éxito que jamás fue tal. Hoy, cuasi retirado del poder y tratando de vender la imagen de un ancianito bonachón y sabio que imparte lecciones a sus seguidores acerca de cómo hacer mejor las cosas que él no hizo, ya no puede. Medio siglo de dominio absoluto sobre una sociedad, que en su momento le adoró como a un dios apoyándolo en todo cuanto quiso exigirle, sin haber llevado a feliz término nada del cúmulo de cosas que emprendió, y que hoy quiere dejar como legado histórico para que se realicen algún día, pesan sobre su espalda.
Las campañas militares en África para apoyar regímenes de izquierda que a la larga fueron inviables, la lucha por el no pago de la deuda externa que al final quedó sin seguidores, la renovación del Movimiento de los No Alineados, que siguió siendo un organismo escaso de importancia mundial, y la instigación de revoluciones socialistas a lo largo de América, que inundaron de sangre el continente sin llegar a cumplir sus objetivos; fueron sus más importantes descalabros en el plano exterior, a pesar de los miles de millones gastados, de las vidas perdidas, y de todos los otros sacrificios impuestos a su pueblo tan sólo para alimentar su propia vanidad.
En lo interior, casi todo acabó igualmente en fiasco; la juventud escapa del país por falta de futuro, la economía se hunde, las cárceles se llenan con el hombre nuevo, cunde la corrupción, la salud pública se desmorona, la educación crea autómatas, preparados sólo para hacer aquello en lo que fueron entrenados, sin creatividad de ningún tipo, y el discurso político tiene que ser impuesto por la fuerza, entre aquellos mismos a quienes se les dijo que iban a instaurar la democracia, debido a que la gente cada día cree menos en él.
¿Cuáles son entonces las “conquistas” del experimento comunista en Cuba, con las que se pretende hoy justificar la permanencia de una gerontocracia en el poder, supuesta depositaria de las aspiraciones de su “máximo líder” y encargada de seguir tratando de llevarlas a un éxito que no han podido alcanzar en medio siglo? ¿Es que no es este suficiente tiempo para comprender que quienes se alinearon junto al perdedor también perdieron, y es hora de que se vayan ya, junto con él del juego? ¿A dónde se pretende que podrá llegar aquel país, así arrastrándose como una pobre sierpe, uncido al carro de un montón de cadáveres políticos?
¡Cuán doloroso es que en su fracaso personal, un hombre, pueda arrastrar consigo a una nación! Y no lo digo sólo porque si se nos muere con las pantuflas puestas y en su cama, sin que hayamos podido hacer justicia, la vergüenza nos va a estigmatizar por años, retrasando la llegada del día en que hemos de resurgir como nación, sino porque presiento a sus epígonos, preparándose cuidadosamente en aras de seguir la sucesión, tratando de crear allí, hoy, las condiciones para conseguir que prosigamos siendo, por mucho tiempo más, lo que ahora somos; un país de futuro emborronado, con el presente anclado en un pasado de supuestas glorias que vivió con él.
Pasó en China, en Vietnam, en Corea; está ocurriendo en Rusia, donde los herederos del antiguo régimen han vuelto sólidamente a acomodarse en las altas esferas del gobierno. Si es que acaso una vez lo abandonaron, porque no sé qué tiene de mágico el poder que a aquel que pasa, aunque sea no más que cerca de él, lo hechiza. Y no sé qué tiene el comunismo, que tan fácilmente incuba a los tiranos.
fidel-castro-y-raulTambién está empezando a suceder en cuba, donde el trono del déspota, ya por decreto lo heredó un hermano, tan presto a repetirse en sus errores y a conservar intacta la ortodoxia, como a alentar en la gente falsas ilusiones de una supuesta voluntad de cambio que nunca va a tener, porque lo mismo que a su antecesor lo único que le interesa es el poder total, y así como han sabido conseguirlo y guardarlo por medio del chantaje y el terror, durante medio siglo, han estudiado demasiado bien la forma de perderlo, que es cediéndole un ápice a la libertad. Algo que ni en sueños por supuesto harán.
¿Quién vendrá después, del seno de esa familia numerosa, soberbia y con una tendencia dolorosa y obscena a la longevidad, me pregunto, cuando veo que asoma, aquí o allá, de pronto, el rostro de una hija, o el de un nieto, solapados aún, pero en los puntos claves y como alistándose a saltar, para empuñar los mandos de la nave? Nadie lo sabe, tal vez ni aún ellos mismos. Los designios de las tiranías, caminan por senderos oscuros y tortuosos porque al fin y al cabo no le deben rendir cuentas a nadie.
Espero que tengamos la sabiduría y el valor, como pueblo, para impedirles que una vez más arrastren, nuestra patria con ellos en el fracaso propio.

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REFLEXIONES EN TORNO AL COMUNISMO

Por: Reinaldo Soto Hernandez

masacre-de-katynSi el nazismo fue ilegalizado en su momento, tomando como base sus numerosos crímenes contra la humanidad, cometidos en un breve período de tiempo, entre los años 38 y 45 del pasado siglo, fundamentalmente en África y Europa, entonces hay que ilegalizar también al comunismo, cuya larga historia de ignominia y crimen ya ronda casi un siglo, con un número de víctimas muchísimo mayor en el ámbito de cuatro continentes, incluyendo América, donde tras más de medio siglo atropellando; -desde el poder en Cuba o desde el clandestinaje, a través de guerrillas subversivas, en diversos países- ahora empieza a volver, disfrazado como “socialismo del siglo XXI”, a la palestra pública, valiéndose de los fundamentos de la democracia, con el objetivo de acceder al poder para una vez en él, desarraigarla, y luego entronizar su dictadura.

Porque hay que ser o un ciego o un imbécil, para no ver la zarpa que hoy se hunde sobre la sociedad venezolana desgarrándole hondo sus entrañas; destruyendo sus cimientos civiles y reprimiendo a todo el que se oponga, para colocar en el poder a un bárbaro, que es además un títere, cuya idiosincrasia guerrerista y despótica según él basada en el marxismo, pero más que todo tal vez en el castrismo; si bien no se ha convertido aún en un peligro serio para todos nosotros en el área, sí lo puede llegar a ser muy pronto tomando en cuenta que el dinero le sobra, el buen juicio le falta y casi ha conseguido entontecer en masa a todo un pueblo para que lo secunde en la aventura. Como mismo hay que ser o un bribón o un cobarde, para siendo un hijo de esta región del mundo, no salirle al paso, con la verdad en alto, a la implantación en nuestras tierras, algo que ahora además intentan otros energúmenos, de un sistema que ha devastado ya tantas naciones.

Pienso que basta, para no querer a esa filosofía, el que ella se haya tenido que imponer con sangre y con mentiras donde quiera que estuvo, desde 1917 hasta estos días; hambreando, reprimiendo, torturando y matando en primer punto a aquellos a quienes prometió venir a redimir y en cuyo nombre ha pregonado siempre gobernar; los obreros y los campesinos, transformados, por obra y gracia del nefasto ideal manipulado por sus opresores, en una masa amorfa; sin futuro, sin sueños, sin personalidad para autodirigirse y prácticamente sin potestad civil, no sólo ya incapaces de reconocerse a sí mismos, dentro del colectivo, como individuos únicos y libres, o con el derecho y el potencial de serlos, sino hasta de arrancarse sus cadenas, una vez establecidas. Como creo que alcanza, para desautorizar al orden económico ligado a tal doctrina, el que no haya podido hacer nunca a un pueblo próspero en los lugares donde se instauró porque se dedicó a hacer añicos la riqueza, destruyendo los medios de lograrla; en primer lugar la propiedad privada, para convertir al ciudadano en un hijo adoptivo del estado, con todo lo que ello trae consigo al deshacerle de su autonomía.

El comunismo no es una buena idea desde que se fundamenta en tratar de devolver al hombre al estado primario de la vida en comuna donde todo es de todos y todo se reparte por igual, en sincronía con un presupuesto absurdo que plantea: “de cada quien según su trabajo y a cada quien según sus necesidades”, porque es que en la compleja sociedad moderna, con sus altos niveles de especialización, donde ya no se trata solamente de repartir los frutos de la recolección o de la caza, han de existir, por fuerza, otros mecanismos de control, distintos de la simple voluntad, para garantizar que cada uno, no tan sólo reciba en conformidad con lo que aporta, sino que definitivamente aporte lo mejor. Pero el comunismo es mucho más que una filosofía profundamente errada en su apreciación de la naturaleza humana, una enfermedad enajenante que convierte a los que se contagian, ya en ovejas que van detrás del líder dejándose mansamente llevar al matadero, ya en maquinarias frías de matar, si es que se les pide en aras de “la lucha”

No se trata, entiéndalo bien los abanderados de la ultra democracia, de suprimirles el derecho a hablar o a organizarse a un grupo de personas por el sólo hecho de pensar de un modo, o de pretender participar en el entramado de la sociedad respetando sus leyes y principios, sino de proscribir una ortodoxia que ha estado demostrando todo el tiempo, tener que asesinar, mentir y reprimir para que la comprendan y la acaten hasta sus propios correligionarios y que una vez en el poder cuando lo alcanza; -antes siempre por medio de las armas y ahora a través del voto, comprado con verborrea populista-, conduce hacia un orden social en el que nada importan las personas, sino sólo el aparato del estado y el supuesto ideal superior que lo guía casi siempre encarnado en la figura de un tirano “infalible” con un partido único, que se considera con derecho a destruir a todos los demás.

Si la mayor parte de la humanidad no tiene hoy nada en contra de que estén ilegalizados el fascismo, el apartheid, el nazismo, el ku klux clan y otras organizaciones racistas o xenófobas, que también reprimieron y mataron en el nombre de “algo superior” ¿por qué entonces no ilegalizar también al comunismo que ha hecho mucho más que todos ellos contra sus propios pueblos, en aras de imponer su ideología? ¿Por qué no proscribir a esos que abogan por la supremacía de la clase obrera y la segregación, o la eliminación, de todas las demás? ¿Será que hay que esperar a que desencadenen una guerra mundial como hizo Hitler, para que el mundo libre y la gente decente empiece a actuar?
No nos dejemos silenciar hermanos, el comunismo acecha y no le interesa el juego democrático, sino como una forma de alcanzar el poder contra los ricos y en nombre de los pobres, para después atar a unos y otros.

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EL NIÑO DE PAPEL

Por: Reinaldo Soto Hernandez

Recuerdo que puntual y cotidiana, mi madrechristmas_tree_fireplace_graphic1
recortaba mi figura en papel de regalos,
poníame una sonrisa de cartón transmutable;
dos botones por ojos, unas orejas plásticas,
unas piernas de yeso, las manos de aplaudir,
un cascabel y un cuello del tamaño del yugo.
Y en la máscara limpia, nueva, de cada día,
me estampaba un gran beso y -Anda mi tranquilino-,
me echaba a la mañana camino del colegio.
Recuerdo que las calles de aquel mi pueblo viejo
eran ríos de entrañables muñequitos aullantes
con los brazos en alto. Aun no sé qué gritábamos,
no lo he sabido nunca. ¿Quién acaso lo supo?.
Las manadas no saben. Gritábamos. Gritábamos.
Tal vez pedíamos algo al viento, a los carteles
o al mago de la barba que repetía el prodigio
de asomarse a los muros abrumadoramente
con sus rostros iguales, a vigilar los pasos,
a vigilar los ojos… y los panes. Recuerdo
que jugábamos casi siempre a caer en combate,
a ser estatuas, posters, caciques verdeolivo,
viejos barcos hundiéndonos. Y era oscura la escuela
y había unos gordos maestros de algodón y mantones,
con las narices rojas, empujando unas puertas
como unas catedrales que abrieran derrumbándose.
Y unos himnos de guerra. ¿O unas marchas triunfales?.
¿Qué cantábamos?. No sé, nadie lo supo nunca.
Nunca el coro lo sabe. El coro canta y canta.
El coro es un escándalo que enmudece a sus ostras.

Yo era un niño de papel. Niños de papel éramos
los que nacimos ciegos, los que nacimos mudos,
los que nacimos sordos. Los que apenas nacimos.
Los hijos de la hipócrita panza nacional.

¿Cuánto difícil entonces será para el poeta
que hubo aprendido antes a aplaudir que a escribir versos
perdonar a su madre?. Mejor no preguntarnos,
peligra la cordura, el último equilibrismo
del dolor. Y puede que quiseran los puñales
caer sobre la rosa, y no podemos. No hay derecho.
No es justo no perdonar a alguien. Ni aun a la madre.

——————————————— FIN ———————————————

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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