La súper nova teoría del timbiriche

En: Laborales

16 Sep 2010

El timbirichero tiene que tener tres cosas importantes: cierta experiencia, recursos financieros e insumos. En el país del Dr. Castro, nada de eso existe. Clientes si hay, que tienen más de 25 mil millones de pesos sin respaldo material, inflacionarios, en sus manos y, un 15% que reciben remesas de los “gusanos agentes de la CIA”.



Foto: Pedro Pablo Alvarez(izq), Asdrubal Caner(der) en Otawa, Canada

La súper nova teoría del timbiriche


Voy a tratar aquí acerca de la Súper Nova Teoría del Timbiri che, que nos quiere vender la empecinada, anciana y decrépita Nomenklatura de la isla.


Ante todo… ¿cómo funciona un timbiriche?


El timbirichero tiene que tener tres cosas importantes: cierta experiencia, recursos financieros e insumos. En el país del Dr. Castro, nada de eso existe. Clientes si hay, que tienen más de 25 mil millones de pesos sin respaldo material, inflacionarios, en sus manos y, un 15% que reciben remesas de los “gusanos agentes de la CIA”.

Luego… ¿cómo podría funcionar ese adefesio “empresarial”?

Aunque algunos ilusos han visto en las medidas de Raúl Castro, una “apertura al mercado”, una “raulización” del modelo y “modernos” enfoques para salir de la crisis y la bancarrota del “comunismo”, en realidad no hay nada de eso.

Para la izquierda soñadora y los progresistas del mundo, que creyeron en Fidel Castro, la situación actual de Cuba lo único que demuestra es que, ese hombre y la pequeña cúpula de sus seguidores, han sido los administradores más chapuceros, ineptos, torpes e ineficientes, que Cuba y América han conocido, desde que Colón puso los pies en la isla. Y que es a ellos, a los que hay que despedir de sus trabajos, y no a los obreros cubanos, que han trabajado como esclavos durante medio siglo, para ser cada día más miserables.

En plena crisis de los EE.UU. y de Europa, América Latina ha sabido crecer y disminuir la miseria en el continente.

En el plano político, se avanza en el afianzamiento de la democracia, a pesar de los retos que aún se presentan.

Nuestro país enseña todo lo contrario: la represión de los opositores ha crecido extraordinariamente. La miseria se ensaña contra la mayoría de la población. Los números en rojo de la economía, demuestran el fracaso de un sistema, que ya ha caído en toda la Europa del Este y en Asia.

Mientras tanto, el Gobierno cubano va contra toda lógica en su afán de salir de la más grande bancarrota de su sistema. Fidel Castro diseñó con todo detalle la catástrofe más espantosa de nuestra nación.

Y si tengo que elogiar a Fidel Castro, es porque nadie lo hubiera logrado tan perfectamente como él.

Ahora quieren salir de un desastre construido durante medio siglo, tan solo en unos años, contra toda lógica y el más elemental sentido de la realidad y el raciocinio.

¿Cómo?

A través de la súper nova Teoría del Timbiriche.

Van a despedir a 1,3 millones de trabajadores – algo más del 20% de la fuerza de trabajo total de 5 millones – que sobran de las infladas plantillas del gobierno y, los van a convertir en timbiricheros, que es una forma de no morirse de hambre, que no es lo mismo, pero es igual.

Desde luego, aquí no se incluyen a cientos de miles de trabajadores de la industria azucarera, que los reportan como “estudiantes” y que fueron despedidos al cierre de más de 70 centrales azucareros, otrora el orgullo de Cuba.

Y quieren realizar ese desempleo en un plazo de 3 años, comenzando por medio millón en seis meses, algo que producirá una alta tensión en el país.

Están anunciando medidas sin ninguna contrapartida financiera y bancaria –hasta ahora -, estructural o supraestructural o de respaldo material para los actores del ajuste: trabajadores estatales excedentes, sin la más mínima preparación de oficios o experiencia empresarial, para acometer semejantes ajustes.

Pero además, lo hacen imponiendo un sistema de impuestos, que no tiene en cuenta, la realidad de un comienzo imprevisible en una economía privada. Según el periódico La Vanguardia, de España, “los trabajadores que se acojan al plan gubernamental para la creación de pequeñas empresas y cooperativas privadas deberán pagar a la seguridad social el 25% de sus ingresos, además de impuestos de entre el 10% y el 40%”. O sea, algunos tendrán que pagar el 65% de sus ingresos en impuestos. Y vivir en un nivel de vida como el de Haití.

A eso deben agregarse los intereses por créditos, si al fin lo dan, más los costos de producción. Menuda trampa.

Bueno, este es un capitalismo a lo Castro. Qué otra cosa se podía esperar. Buenos negocios para la Mafia Verdeolivo. ¡Y que viva Galicia, jodé!

En vez de dar uno o dos años para todo el proceso de ajuste y florecimiento de esas iniciativas privadas o colectivas, los graban desde el principio con cuatro impuestos que, quienes los conozcan, renunciarían de inmediato a la posibilidad de abrir un timbiriche, porque solo es la imposibilidad de hacer negocios.

Y de contra, con extremas regulaciones burocráticas que, al parecer, tienen el propósito de hacer fracasar todo ese invento

de última hora.

Más de un millón de personas se quedarán sin trabajo y se lanzarán a una incierta aventura, sin experiencia, sin créditos bancarios, sin maquinarias e instalaciones, sin materias primas, sin los más mínimos conocimientos del funcionamiento del mercado, con férreas trabas burocráticas y con una turba de funcionarios e inspectores corrompidos, que ejercerán el siniestro e inservible control estatal sobre los timbiriches.

¿Qué se puede esperar de ese invento desesperado?

Sé que el gobierno ha contado con asesores, quizás algunos excelentes y otros mediocres. Pero las decisiones las toma la misma Nomenklatura que ha destrozado a ese país.

Por ello, lo que se está viendo a simple vista, es uno más de los fallidos inventos del castrismo.

Bueno, claro, para ellos, para esa derecha reaccionaria, de lo que se trata es de ganar tiempo, seguir en el poder, poner a buen recaudo sus riquezas y continuar engañado al pueblo.

Debo decir en realidad, que todo eso se ajusta perfectamente a ese objetivo.

Al final, posiblemente el 80% de esos trabajadores, fracasarán en su aventura. Y volverán los otros inventos y así, hasta que todo el mundo se decida a cambiar toda esa porquería sin sentido.

Mientras tanto millones de personas se sumarán a la extrema miseria que se vive, porque, salvo excepciones, no hay nada que funcione en Cuba.

Desde luego que, mientras los cubanos no tienen ni donde caerse muertos, el gobierno comunista en agosto de este año, emitió el Decreto-ley 273, para beneficio de empresas extranjeras y de personas extranjeras – ¡Welcome Home! -, que permite el arrendamiento por 99 años, de suelos estatales para la construcción de condominios, canchas de golf y marinas.

Como se esperaba, las primeras compañías en obtener esos beneficios serán de los países aliados del castrismo como Canadá y España, a las que se suma Inglaterra. Estos contratos supondrán cientos de millones de dólares de ingresos para la dictadura.

El gobierno cubano tiene el 90% de los medios de producción en sus manos y, no quiere soltarlos.

Ahora acusa al pueblo cubano del fracaso de su sistema, de no querer trabajar, etc. cuando todo el mundo sabe que, han sido las descabelladas decisiones de Fidel Castro el origen de este terrible desastre.

Entrega a sus mendigos unas pequeñas sobras para que traten de sobrevivir, pero no les ofrece las mínimas condiciones para el éxito de esos timbiriches.

Nuestro país tiene todas las condiciones para salir de ese terrible abismo. Solo falta la voluntad, la lucidez y la visión práctica para abrir una puerta, en la cual se leen dos sencillas palabras: Libertad y Derechos.

Libertad individual, libertad económica, libertad política, libertad social y Derechos irrenunciables para cada ciudadano.

Cuba es una isla de corcho, que jamás se hundirá en el mar, porque ese pueblo nunca necesitó en los años 50, del Estado para levantar la 31 economía más importante del mundo.

Y si ahora, con una preparación, en general, más excelente –según la propaganda del gobierno- que en aquellos años, nuestro país se levantará de sus ruinas en 10 años.

Pero no es con minifundios y timbiriches sin recursos, como se sale de esa situación extrema. Eso es tirar a su libre albedrío, a los trabajadores que pusieron toda su confianza en Fidel Castro y su sistema.

Existen otras salidas y proyectos más eficientes que esas medidas mal pensadas. De lo que se trata es de abrir las puertas a las pequeñas y medianas empresas, despojar al Estado de la mayoría de los medios de producción, a los cuales no han sabido sacarle eficiencia y rentabilidad, crear empresas cooperativas, levantar la industria azucarera y agricultura y dejar que los trabajadores y empresarios, reciban buenos salarios y ganancias estimulantes, que levanten la productividad y la eficiencia a todos los niveles y, ampliar las empresas mixtas allí donde la lógica y la prudencia lo permita.

El único problema que tenemos los cubanos, es ese grupo de reaccionarios octogenarios, que han puesto sus intereses, sus riquezas y sus miedos, por encima de los intereses de la nación cubana.

Están esperando morirse en sus camas, lejos del país que los vio nacer, tranquilos y con todos los honores y las riquezas que nunca han merecido.

Ha pasado demasiado tiempo. Ha sido el sufrimiento más indescriptible que ha tenido el pueblo de Cuba en su historia moderna.

Creo que todos, el gobierno, la Oposición y el exilio necesitamos buscar una solución definitiva a esta encrucijada de nuestras vidas. Somos los cubanos, sin ningún tipo de interferencia, los que debemos buscar la salida más pragmática a este extraordinario desafío de la historia. Sin venganza, sin odios ni rencores. Conversando. Negociando. Reconciliando todos nuestros intereses. Y poniendo, por encima de todo, el futuro de la nación cubana.

Si eso no se hace ahora, un inmenso baño de sangre nos espera. Y será Fidel Castro, Raúl Castro y sus seguidores más reaccionarios, los que cargarán toda la responsabilidad.

No se trata solo de decir que el modelo no funciona, sino buscar las mejores alternativas, sin prejuicios ideológicos ni políticos. Es el destino de Cuba lo que está en juego.

No se trata de la bancarrota de una ideología ni del fracaso de sus seguidores. Es el destino de un pueblo, de un Estado y de una Nación lo que está en juego.

Cuba está por encima de todo. Ojala que la razón prevalezca.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo

Representante del PSC

en Canadá.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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