La realidad social actual en Cuba

En: Culturales

12 Oct 2010

Aún recuerdo la anécdota que me hiciera una maestra que quiso motivar a sus alumnos de quinto grado el curso pasado y, descubrió atónita, que desconocían quien era el Padre de la Patria.




CONSEJO UNITARIO DE TRABAJADORES CUBANOS

(CUTC).

Somos un sindicato independiente y punible.  Realizamos nuestro trabajo en condiciones extremadamente difíciles. Nuestro  objetivo es preparar a la clase obrera cubana en el conocimiento de sus derechos y la forma de exigirlos a las administraciones, a la vez que formar a nuestra membresía en los valores de un  sindicalismo libre, donde cada cual tenga derecho a afiliarse al sindicato de su preferencia, sin ataduras ni oficialismo.


Padre de leyenda.


Por Aimée Cabrera.

Aún recuerdo la anécdota que me hiciera una maestra que quiso motivar  a sus alumnos de quinto grado el curso pasado y,  descubrió atónita, que desconocían quien era el Padre de la Patria.

Ellos sabían que Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo había dado la libertad a sus esclavos el 10 de octubre de 1868, en su ingenio La Demajagua, pero no lo asociaban como Padre de la Patria, mucho menos saber el por qué de esa denominación; así, lo que hubiera sido un atractivo momento de interacción, se convirtió en una explicación, lo más resumida posible, de quién fue este patriota y el por qué de su sobrenombre.

Fue Céspedes el iniciador de las luchas independentistas cubanas, hombre perteneciente  a una ilustre familia, que creció en la opulencia, quien tuvo tiempo de  pensar en la suerte desgarradora de los pobres y de los esclavos, así como de todos los que sufrieron los desmanes de la colonia española.

Nació en Bayamo, el 18 de abril de 1819. Se recibió de Bachiller en La Habana, en el año 1838. Dos  años más tarde, contrajo matrimonio con su prima María del Carmen Céspedes y del Castillo. De este matrimonio nacieron tres hijos: Oscar, por cuya ejecución recibe el título de Padre de la Patria, Carlos Manuel que luchó en las guerras de independencia, vivió en el exilio y falleció en Cuba en el año 1915, y  María del Carmen, que falleció siendo niña.

Destaca Eusebio Leal Spengler, en su obra El Diario Perdido, que este matrimonio,  no fue afortunado, y señala como prueba que Carlos Manuel realiza un viaje prolongado a Europa, residiendo en las ciudades españolas de Berenguer y Madrid; obteniendo en la universidad madrileña el título de Abogado en 1842, estando por esa fecha recién casado.

Allí participó en la conspiración organizada y dirigida por el Gral. Prim, la cual  fracasó, motivo por el cual tuvo que abandonar  la Metrópoli de manera precipitada. A continuación visitó Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. A su retorno a Cuba en 1844, abrió un bufete en su pueblo natal. Su primera cónyuge muere de tisis, el 19 de enero de 1868, él supo estar en su lecho de enferma hasta el desenlace final.

A finales del mismo año, Céspedes conoce a  Ana Valentina Quesada y Loynaz, se dice que  la diferencia de edad entre ambos (Ana nació en 1842) no fue impedimento para que se sintieran atraídos y en 1869, contrajeron matrimonio. De este enlace nació Oscarito, quien murió pequeño, y los jimaguas Carlos Manuel y Gloria de los Dolores que nacieron en Nueva York en  agosto de 1871, luego de que su progenitora llegara a Estados Unidos en enero del mismo año.

Se destacó Céspedes además, por ser un intelectual, un hombre de vasta cultura que quedó plasmada en su quehacer el cual  incluyó poemas y otros documentos, entre los que vale destacar su  valioso diario escrito en la localidad de San Lorenzo, tras ser destituido de su cargo de Presidente de la República en Armas,

Poco sabemos de su valor a toda prueba antes del 10 de octubre de 1868. Se cuenta que protestó cuando el gobernador de Bayamo, don Toribio Gómez hizo un brindis para celebrar la ejecución de Narciso López en vil garrote en 1851, por lo que fue condenado a prisión y confinado en Palma Soriano, junto a  su tío don Lucas del Castillo, y a  su primo, el poeta José Fornaris.

Fue perseguido por sus ideas entre los años 1852 y 1855; y en 1867 concurre a La Junta Revolucionaria de Oriente  donde se destaca por sus ansias libertadoras. Entre amantes de la independencia comienzan a fijar la fecha del levantamiento. El jefe de telégrafo de Bayamo, Ismael de Céspedes, sobrino de Carlos Manuel, recibió el telegrama de que su tío junto a otros patriotas serían encarcelados.

El listado incluía además a Francisco Vicente Aguilera, Pedro Figueredo, Francisco Maceo, Bartolomé Masó, y Javier de Céspedes. Ismael avisa a los conspiradores y se adelanta la fecha del levantamiento para la madrugada del 10 de octubre.

Se cuenta que en 1870 su hijo Oscar es apresado por las fuerzas españolas  quienes persiguen dejarlo con vida, si Carlos Manuel se somete a España. Es conocida su pronunciación, a partir de las cual es llamado para siempre El Padre de la Patria: “Oscar no es mi único hijo, lo son todos aquellos que mueran por nuestras libertades patrias”.

Al reunirse la Asamblea de Guáimaro y adoptarse la Constitución de la República en Armas del 10 de abril de 1869, Céspedes fue electo presidente pero su actitud antidemocrática y centralizadora, le valieron su destitución después. Pidió permiso para ausentarse del país, mas al no lograr su objetivo decidió irse a vivir a la finca San Lorenzo, donde enseñó a leer y a escribir a los niños de los alrededores.

En este desempeño fue sorprendido por una columna española y cayó el 27 de febrero de 1874. Algunos afirmaron que se había quitado la vida con su propio revólver. Su hijo Carlos Manuel que estaba cerca del lugar donde ocurrió el lamentable hecho, pudo recoger algunas pertenencias de su padre, dejándolas enterradas en la zona, porque el cuerpo del patriota había sido llevado a Santiago de Cuba y expuesto en el Hospital Civil.

Aspectos biográficos como éstos y otros muchos deben aparecer en los libros de textos de, los diferentes grados escolares, para que los estudiantes conozcan más sobre el singular hombre que fuera don Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo.

De él dijera Manuel Anastasio Aguilera, en “El Americano Ilustrado”: “Céspedes era de pequeña estatura, aunque robusto, bien proporcionado, de fuerte constitución y rápido en sus movimientos.  En su juventud fue muy elegante, bien parecido y de simpática figura. Se distinguía mucho en el baile y la equitación; era esgrimista y gimnasta y se le citaba como perito de ajedrez. Tenía un valor personal a toda prueba, acreditado en diversas circunstancias de su vida. Era hombre de gran imaginación, astuto, disimulado, severo, cortés y agradable en el trato social, tolerante por cálculo; poseía una fuerza de voluntad  indomable, y era sobremanera galante y delicado con el bello sexo”

Como es de suponer, José Martí se refirió en diferentes ocasiones a hombre tan especial y, sin desmeritarlo, estableció un bello paralelo entre él e Ignacio Agramonte, como en su obra Céspedes y Agramonte  donde refiere: “De Céspedes el arrebato, y de Agramonte la purificación. El uno desafía con autoridad como de rey; y con  fuerza como de la luz, el otro vence”.

Es por eso y por otras tantas anécdotas y testimonios, que Carlos Manuel de Céspedes, todo un hombre de leyenda, debe ser estudiado con más profundidad  a través de los niveles escolares  existentes en la nación. Mi amiga me prometió, por su parte, relatar todo lo que pueda de este Padre de Cuba a todos sus alumnos, sepan o no de él, pues coincidimos en que todos estaremos siempre en deuda, con su incondicional altruismo y  amor.

Bibliografías consultadas:

Obras Completas de José Martí, Volumen I, Editorial Lex. La Habana, 1953.

Precursores y Fundadores, de Benigno Vázquez Rodríguez. Editorial Lex, La habana 1958.

El Diario Perdido de Eusebio Leal Spengler. Ediciones Boloña. La Habana, 1998.

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En busca de un sueño.


Por Aimée Cabrera.


El  domingo 10 de octubre  un anuncio publicado en el diario Tribuna de La Habana
bajo el título de “Ausente de su domicilio”, mostraba una foto de una joven de 20 años, embarazada que padece  retraso mental y, que desde  el 24 de septiembre salió de su casa
con su hija de 8 meses, y no han regresado.

El aviso deprime porque en la actualidad, son muchas las jóvenes que viven situaciones nada halagüeñas para sus edades. Y  hay quienes no tienen retraso pero nacen y crecen en familias donde la violencia doméstica los envuelve de forma negativa, provocando que se conviertan en padres,  cuando aún tienen edad para estudiar y divertirse.

Dianelys tiene 21 años. Su niño de 3 años quiere estar todo el tiempo a su lado. La extraña cada mañana, cuando ella va para su trabajo como sirvienta en una casa particular. Le pagan $30.00  CUC mensuales, por asistir de lunes a viernes de 8 a 4 de la tarde, para  lavar, limpiar y cocinar.

Esta mamá que hace muy poco dejó la adolescencia relata los últimos años de su vida:”A los 18, conocí al padre de mi hijo. El está casado pero yo no lo sabía. Me hice su mujer y cuando estaba para parir me dejó. Como no es de la Habana, y me engañó, no lo vi más nunca. La verdad me la dijo su amigo el dueño de la casa donde nos veíamos, que ya no vive en Cuba”.

“Soy una  madre soltera. Mi mamá me cuida al niño para que vaya a trabajar pero no me ayuda en otra cosa. Cuando llego a la casa, tengo que ponerme  a hacer todo lo mío, para levantarme al otro día antes que amanezca, porque vivo bastante lejos de mi trabajo”-concluye.

La sociedad cubana actual padece de una indolencia sin límites. Las personas que deben dar ejemplo a los más jóvenes se aíslan de ellos, o los enseñan a depender del alcohol, a practicar la prostitución, a cometer robos y otros delitos, siempre con la atenuante de que con esas prácticas pueden mejorar las deplorables condiciones de vida que enfrentan en sus hogares.

Otros mayores, sin embargo, se hacen los receptivos pero prefieren no buscarse problemas y consienten criterios juveniles  que en ocasiones no son correctos. De esta forma, se convierten en cómplices de todo tipo de fechorías y actos degradantes, o ven caer en desgracia a quienes urgían de un apoyo o consejo sincero.

Maikel con 23  años recuerda su infancia y adolescencia como etapas tristes y trágicas. Tanto él como su hermana, dos años menor, sufrieron las golpizas de su padres alcohólicos, “nunca tuvimos un juguete, ni una ropa nueva, en la escuela se burlaban de nosotros, una vecina nos regalaba lo que sus hijos dejaban de  usar, por eso ahora vivo solo, me visto como me gusta y ayudo a mi hermana que ya se casó, no pierdo mi tiempo en ir a ver a “los viejos”, ellos saben donde vivo”- dice el joven  mientras mira la hora en su Rolex.

Lorena y Mónica son hermanas gemelas, ellas estudian el tercer año de una carrera universitaria. Ambas han recibido el calor de su familia y sueñan con trabajar en lo que realmente les gusta. Lorena está de acuerdo con su hermana. Mónica opina que “no es fácil la vida para los estudiantes. Los padres tienen que mantenernos. Tenemos muchos gastos. A veces me tengo que sobreponer porque me dan ganas de dejar la carrera, hacer algo que me de dinero, tener lo mío…”

No se puede dejar de pensar en los que siendo jóvenes están a la caza de cómo irse del país. Para algunos es una obsesión. Adrián ha tratado de irse 3 veces de manera ilegal. Su madre se ha enfermado de los nervios por esa razón. “La pura (madre) quiere que yo siga aquí en esta obstinación, y yo voy a seguir, hasta que me vaya, ella lo va  a tener que entender un día, es mi vida, es mi felicidad”-exclama el joven.

O las que piensan como Yanisei, quien no mira a ningún joven cubano de su edad, y aspira a tener una relación estable con un extranjero. Ella habla alto y se ríe de sus criterios “Ningún  “cubanito” me va a dar lo que yo quiero”- y  se pasa las manos por sus
ropas de marcas  relucientes, la bella joven agrega “esto no da tiempo para estudiar, ni para nada, aquí lo que hay es que irse o “empatarse” con alguien que valga la pena”.

Estos jóvenes reseñados quizás  no constituyan  mayoría, en cuanto a las estadísticas publicadas de manera oficial, donde  aparecen cifras de miles que sí estudian y trabajan, pero lo cierto es que hay otros miles que desandan las calles de la Isla en busca de los sueños  que  no han podido alcanzar.

Tanto la familia como la escuela, y en el caso de quienes comienzan  a laborar siendo adolescentes, sus  colegas de más edad, deben interiorizar que los jóvenes necesitan no solo ver el buen ejemplo  a seguir, sino oír  un buen consejo, o al menos ser escuchados y respetados . Ellos serán, sin lugar a dudas los hombres y mujeres del mañana, los que tendrán el peso de la sociedad, los que serán a su vez, ejemplo a imitar, por su descendencia.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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