En: Opinión
12 Sep 2010Las inercias de la dialéctica de confrontación con el enemigo del norte impiden a los Castro, por lo visto, entrar en detalles y mucho menos admitir comparaciones o etiquetas sobre sus planes para evitar la debacle. Los discursos de Raúl han ido trazando el rumbo, pero sólo a grandes rasgos. Sin embargo, la suma de los anuncios públicos con cuentagotas, las intervenciones oficiales en centros de trabajo, los documentos internos que se van filtrando y algunas confidencias a diplomáticos extranjeros ayudan a completar la hoja de ruta.
Lavanguardia.es
Venturas y desventuras de uno de los incontables negocios
ilegales que Raúl Castro planea regularizar
Miles de cubanos ofertan hoy, sin pagar impuestos pero honradamente, lo que el Estado no ofrece.
Aunque hay cierta tolerancia, los negocios ilegales son presa de abusos y arbitrariedades
Fernando García
La Habana. Corresponsal
12/09/2010
Una docena de ciudadanos pedalean y flexionan los brazos a ritmo de reguetón en sendas bicicletas estáticas alineadas en cuatro filas ante un gran espejo. La mitad son cubanos, los otros extranjeros. Mayoría de mujeres. Cada tanto, alguno vocifera para ayudarse en la voluntaria tortura. Más audibles que sus quejidos, los gritos del monitor compiten en decibelios con la música del equipo que él mismo maneja mientras da las instrucciones: «Despégate del sillín. Tres, dos, uno. ¡Vamos, vamos. Aguanta!».
Asistimos a una sesión de spinning, ejercicio de moda en España y medio mundo. Pero no a una sesión cualquiera ni en un lugar como los demás. El gimnasio ocupa el bajo de una casa en un barrio residencial de La Habana. No tiene nombre ni cartel anunciador. Más bien es innombrable. Un negocio ilegal; tolerado en cierto modo, pero sujeto a los riesgos y arbitrariedades que acechan a toda actividad que se desarrolle sin licencia y cuño oficial. Como tantas en Cuba, aunque sean tan honradas y dignas de reconocimiento como esta.
Cada cliente del spinning paga dos pesos convertibles por sesión (1,8 euros), precio muy asequible para los residentes extranjeros pero que sólo unos pocos cubanos pueden permitirse. Los beneficios de la empresa resultan ajustados. No es que el gasto en electricidad para el aire acondicionado y la música a todo trapo sea exagerado. Ni que la paga de los monitores, que van a comisión, se haga onerosa. Lo caro aquí es la renta que se paga al propietario del local, quien cobra lo que le da la gana –en este caso el equivalente a unos cuantos cientos de euros al mes– para compensar riesgos. Si lo pillan y lo pillan con ganas, sin proponer ni aceptar sobornos, se expone a perder la vivienda, según nos recuerda uno de los entrenadores.
Otro gasto considerable es el mantenimiento de las bicicletas estáticas, que para empezar hubo que traer una por una y comprar donde se pudo: Miami, Panamá, México… Así que cada máquina es de su padre y de su madre; con sillines, manillares y cuadros o chasis de diferentes tamaños y marcas. «Cada vez que una pieza se rompe es un drama. Hay que inventar o llamar al tornero, pero no siempre se puede arreglar así. Entonces hay que comprar una pieza nueva, pedir un favor para resolver con alguien que viaje a la yuma (el extranjero)… Un lío, ya tú sabes», se queja nuestra confidencial fuente interna.
A la salida del gimnasio, los clientes se encuentran a menudo con una especie de puesto ambulante instalado en una mesa del jardín. Unos días con ropa de chica, otras veces con perfumes –auténticos o falsos, poco importa–, o de lo uno y lo otro. Una concentración de mujeres con el dinero y ganas de «lucir bellas» representa una oportunidad que de ninguna manera puede ser desperdiciada. El vendedor puede ser un profesional del mercado negro, una monitora especialmente codiciosa o alguien relacionado con el dueño de la casa, que de este modo –comisión mediante– redondea su ganancia. El éxito de la actividad paralela, basada a su vez en el contrabando de productos inexistentes o carísimos en la Cuba legal, es patente. Las compradoras se entregan al mercadeo con tanta o mayor pasión que al ejercicio.
En torno a la gimnasia clandestina aparecen otras actividades ilícitas no deseadas o no buscadas por la empresa. Es el caso del hombre que, a la salida, te ofrece a precios de chollo latas de conserva, huevos, aceite de oliva, chorizo español y otros productos que transporta en un carro de supermercado. O del lavacoches y parqueador espontáneo que, a la entrada, te propone vigilancia segura y limpieza integral de tu automóvil mientras le das al pedal tranquilamente. En el garito al que acudimos, uno de estos individuos amenazó al empresario con denunciarlo ante la policía si insistía en pedirle que dejara en paz a los clientes y, sobre todo, a las clientas. «Hubo que ceder, qué remedio», se lamenta de nuevo el entrenador consultado.
El spinning furtivo es sólo uno de los incontables servicios que decenas de miles de cubanos prestan a diario a quien pueda costearlos, en casa propia o ajena y también a domicilio, para completar sus escuálidos salarios. Abundan los masajistas, fisioterapeutas, manicuras, esteticistas y barberos. Proliferan los monitores de natación, tenis o pilates, los entrenadores personales y profesores de aerobic. No faltan los mecánicos, carpinteros y reparadores de lo que haga falta. Y sobran los maestros de piano, de salsa o de ballet clásico. Unos son profesionales en activo; otros, retirados con experiencia o autodidactas reconocidos por el boca a boca. Hay hasta algunas viejas glorias del deporte y la danza.
Todos ellos ocupan la franja honrada de la Cuba hasta ahora prohibida, que en la economía real se antojaba ya mayor que la autorizada. Son aquellos que ofertan lo que el Estado no hacía ni dejaba hacer en la medida de lo que la sociedad demanda… Hasta ahora, pues Raúl Castro acaba de anunciar la concesión de licencias a negocios por cuenta propia en varios servicios. Eso sí, los negociantes pagarán impuestos.
La regularización de los que aún hoy actúan como chiringuitos para reparación del cuerpo, el alma y las cosas de la gente en Cuba era, de hecho, junto con la prevista creación de restaurantes, comercios y otros establecimientos regentados por autónomos, uno de los asuntos vitales en esta isla que cada vez más ciudadanos ven demasiado estancada. Este cambio está entre los «montones de cosas», como dijo el músico Silvio Rodríguez, que reclama el país.
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Lavanguardia.es
Cuba busca dejar atrás el modelo soviético sin los errores de Rusia
Raúl Castro plantea un masivo trasvase de funcionarios a nuevos negocios privados
Fernando García
La Habana. Corresponsal , 12/09/2010
Adiós al modelo soviético. Menos Estado y más economía privada, pero sin los excesos en que incurrió Rusia. Más cerca de la vía china y vietnamita, pero previniendo las desigualdades abusivas… Si es que todo eso es posible a un tiempo. El Gobierno de Raúl Castro va desvelando poco a poco su estrategia para la reforma productiva y la reconversión laboral con que pretende «actualizar» el socialismo cubano y sacar a la isla del atolladero económico y social en que se halla. Quiere prepararse, además, para una nueva relación con Estados Unidos.
Las inercias de la dialéctica de confrontación con el enemigo del norte impiden a los Castro, por lo visto, entrar en detalles y mucho menos admitir comparaciones o etiquetas sobre sus planes para evitar la debacle. Los discursos de Raúl han ido trazando el rumbo, pero sólo a grandes rasgos. Sin embargo, la suma de los anuncios públicos con cuentagotas, las intervenciones oficiales en centros de trabajo, los documentos internos que se van filtrando y algunas confidencias a diplomáticos extranjeros ayudan a completar la hoja de ruta.
El Ejecutivo cubano liquidará en tres o cinco años –hay distintas versiones– 1,3 millones de empleos públicos sobrantes de una fuerza laboral de cinco millones. «Nadie quedará abandonado a su suerte», prometió Raúl en julio. Habrá ofertas de recolocación e indemnizaciones. En la primera tanda, ya en ejecución, desaparecerán 600.000 puestos de aquí a marzo del 2011.
Con el doble propósito de dinamizar la economía y dar salida a una parte de los cesantes, el Gobierno prevé expedir en breve 250.000 permisos para abrir o legalizar comercios, restaurantes, talleres y otros negocios y servicios que pasarán así a ser privados, aunque en régimen de cesión y arrendamiento de locales y vehículos. Los nuevos empresarios podrán contratar trabajadores. Habrá, de este modo, un gran trasvase de funcionarios al sector privado.
Los negociantes deberán pagar impuestos y cuotas a la Seguridad Social. En los ensayos ya en marcha en unas decenas de barberías y taxis, este es el gran escollo. Los cubanos no están habituados a tributar, y los gravámenes les resultan excesivos; lo mismo que las restricciones que les están imponiendo en el desarrollo de su actividad, incluidas ciertas presiones para que moderen sus precios y trabas para organizarse a su aire.
Los gobernantes han promulgado hace unos días dos importantes disposiciones. Una autoriza a los agricultores a vender los productos que hasta ahora ofrecían furtivamente en quioscos a la entrada de las poblaciones. Eso sí, todos deberán pagar un impuesto del 5% de sus ventas y una cuota a la Seguridad Social del 25% de los ingresos.
La otra disposición es un decreto firmado por Raúl Castro que facilita las inversiones extranjeras previstas para una decena de campos de golf con miles de apartamentos y bungalows, en varios puntos del país. Ayer se celebró una reunión entre inversores foráneos y ejecutivos de la isla en torno a uno de estos complejos. El decreto amplía de 50 a 99 años el plazo de cesión de terrenos en que pueden instalarse los campos y urbanizaciones, aunque las empresas cubanas integradas en las compañías mixtas correspondientes podrán optar al «derecho perpetuo de superficie».
El ministro del ramo, Manuel Marrero, declaró en julio que los extranjeros podrán volver a comprar casas en Cuba, como se les permitió hacer a unos cuantos en los años noventa.
Por otro lado, la terminal del aeropuerto de La Habana que recibe los vuelos de Miami acaba de cerrarse por obras de ampliación (los aviones utilizan temporalmente otra terminal). Los trabajos coinciden con la tramitación en Washington de un proyecto de ley que permitiría a los estadounidenses viajar libremente a Cuba: un paso que –aparejado a medidas para facilitar la exportación de alimentos a la isla– revolucionaría el turismo y socavaría el resto de restricciones y medidas de embargo a este país.
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Fidel Castro, al margen del gobierno, dice el embajador
Por: Georgina Saldierna
Periódico La Jornada
Domingo 12 de septiembre de 2010
El embajador de Cuba en México, Manuel Aguilera de la Paz, dijo ayer que los señalamientos de Fidel Castro no necesariamente son los del gobierno cubano, pero a pesar de ello, este último nunca va a contradecir una declaración del comandante.
Resaltó que Fidel Castro no es el presidente de Cuba. No tiene cargo oficial en el gobierno ni en el Estado. El puesto que mantiene es el de primer secretario del Partido Comunista. Pero más allá de los cargos, es el líder del pueblo cubano y el líder de la revolución, subrayó.
–¿Entonces, una declaración de Fidel Castro no necesariamente es una declaración del gobierno cubano? –se le planteó.
–Por supuesto que no necesariamente es así. Pero el gobierno cubano nunca va a contradecir una declaración de Fidel –puntualizó.
Impedimento del imperio
El diplomático habló luego de que el pasado 12 de agosto, el líder insurgente escribió que Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial del PRD en 2006, tuvo la mayoría de los votos ese año, pero el imperio le impidió llegar al poder.
Las reflexiones del ex presidente desataron una reacción de rechazo del gobierno de México, que consideró que los planteamientos de Castro descalifican a las instituciones mexicanas y se hacen eco de afirmaciones sin sustento sobre el país y su desarrollo.
Vía la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), por primera vez hizo públicos sus votos, por que el pueblo cubano pueda acudir a elecciones libres para elegir a sus representantes y se respeten plenamente los derechos humanos en la isla.
Tras participar en un acto en favor de la liberación de cinco cubanos presos en Estados Unidos desde hace más de una década, que organizó el Movimiento de Solidaridad con Cuba, el embajador Aguilera dijo que el presidente Barack Obama tiene facultades para excarcelarlos. “Si apelamos a su inteligencia y sensibilidad, tengo la esperanza de que en algún momento tome la decisión correcta. Esa es una posición personal.
«Pero desgraciadamente los hechos demuestran que hay un divorcio entre lo que Obama dice y lo que hace, no sólo en política exterior, sino también en la interior. Tiene pendiente muchas promesas electorales que no ha cumplido y muchos problemas. Ojalá llegue a la conclusión de que la decisión más justa es liberar a los cinco cubanos», resaltó en el plantel Del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".