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23 Sep 2010Este proceso revela la mentira del “pleno empleo en Cuba” que durante décadas ha exhibido el aparato de propaganda del régimen. Basado en la creación de puestos de trabajo “falsos” que hacen ineficiente a las empresas y generan la burocracia parasita en las instituciones. Las plantillas infladas contribuyeron a la definitiva destrucción del ya improductivo sistema económico, generaron indisciplina, desapareció la creatividad y no permite a las empresas aplicar políticas de salarios reales que sirvan de incentivos a la elevación de la producción y la productividad del trabajo que contribuya a la mejora permanente del nivel de vida de toda la sociedad.
En Cuba comienza proceso para despedir 500 mil trabajadores
La mentira del pleno empleo en Cuba
Por: Luis Manuel de Lima
Septiembre de 2010
El gobierno cubano acostumbra cerrar el debate, enmarcarlo, en su afán de controlarlo todo. Si no ¿qué significa colocar el discurso de Raúl Castro en la Asamblea Nacional (1 de agosto 2010) como referente del debate inevitable en los centros laborales a la hora de tomar la dolorosa decisión de despedir trabajadores? El periódico oficialista Granma publica el sugerente titular: “Ideas expresadas por Raúl el pasado 1ro. de agosto que pueden servir para el análisis de los colectivos”.
En la situación actual es complicado para las personas que dirijan el proceso asambleario establecer este discurso como marco sin impedir que surjan otros temas relacionados. ¿Por qué? Porque colocar las palabras de Castro ante la asamblea Nacional no significa la solución del problema que los reúne. Es perverso querer controlar el debate imponiendo un discurso con esas características.
Este proceso revela la mentira del “pleno empleo en Cuba” que durante décadas ha exhibido el aparato de propaganda del régimen. Basado en la creación de puestos de trabajo “falsos” que hacen ineficiente a las empresas y generan la burocracia parasita en las instituciones. Las plantillas infladas contribuyeron a la definitiva destrucción del ya improductivo sistema económico, generaron indisciplina, desapareció la creatividad y no permite a las empresas aplicar políticas de salarios reales que sirvan de incentivos a la elevación de la producción y la productividad del trabajo que contribuya a la mejora permanente del nivel de vida de toda la sociedad.
El “proceso de reconversión de la industria azucarera” que comenzó en el año 2007, es el vivo ejemplo de todo lo que no se debe hacer. Tomando esa experiencia los sindicalistas cubanos oficialistas e independientes deben exigir garantías para que no ocurra lo mismo con estos 500 mil trabajadores. Recorrer cualquier batey de los ingenios azucareros da vergüenza. Es como llegar a tierra arrasada, donde impera la desidia y el abandono por parte del ministerio del azúcar, las organizaciones sindicales oficialistas y las autoridades gubernamentales locales que tienen la responsabilidad de garantizar una vida digna a los trabajadores.
Como sé que cumplirán con la sugerencia del titular del periódico Granma, me parece importante la lectura porque en el texto hay un reconocimiento implícito de que: Primero, el sistema socio-económico no funciona y colapsó; Segundo, que la CTC conocía la situación y espero que el gobierno diera la orden para realizar las asambleas y no se dedico de inmediato a informar con responsabilidad de las decisiones del Consejo de Estado a los trabajadores que son sus afiliados y la razón de ser de la organización. Tercero, que los cambios que ocurran garanticen la estabilidad de los trabajadores y sus familiares. Cuarto, que la CTC abandone el acompañamiento ideológico al régimen y se dedique a la defensa de los derechos laborales y sociales de los trabajadores, que esa labor no la hace contrarrevolucionaria sino todo lo contrario.
El derecho al trabajo, a la seguridad social son derechos constitucionales y universales. Lo que implica garantizar al trabajador despedido y a su familia la continuidad de la cobertura de seguridad de sus derechos fundamentales. Además de ofrecerle la opción objetiva que en lo inmediato contribuyan a la superación definitiva del problema. ¡Hay que exigir soluciones integrales y definitivas en cada caso de manera diferenciada!
La actuación del Estado y sus instituciones tiene que estar dirigida a la protección de los grupos sociales más vulnerables y de alto riesgo: personas con problemas especiales, enfermos, la tercera edad, niños y poblaciones que viven en condiciones excepcionales como consecuencia de los daños ocasionados por los huracanes, entre otros.
Otro aspecto relevante es que por primera vez se menciona el “VI Congreso del Partido” cuando expresa que la “comisión económica trabaja en la elaboración de la propuesta y la consulta a la militancia del partido y a la población en general”. Ojalá que la burocracia del partido comunista no cometa el mismo error que se cometió al final de la existencia de la Unión Soviética cuando despidieron a todos los que consideraban “enemigos”. El concepto de “idoneidad” que aplicaron con el fin último de apoderarse de las empresas públicas y privatizarlas algún tiempo después, situación que permitió a las mafias apoderarse de casi toda Rusia, creando el caos social y el enfrentamiento callejero de bandas armadas.
Hay que alertar a los trabajadores y al pueblo de la grave situación política que impera en Cuba. La debilidad del régimen es tan evidente que no le queda más remedio que reconocer el fracaso del modelo, como dijo el “rey detrás del trono”: “no funciona ni para nosotros mismos”.
La magnitud del cambio dependerá de la capacidad que tenga la sociedad cubana y en especial los trabajadores de empujar al sistema político, que “reconoce su derrota” de obligarlo a buscar en conjunto una salida pacífica, definitiva, de inclusión, de diálogo sobre los grandes problemas y desafíos del país.
Es importante “en lo posible” que los cuadros sindicales independientes no reconocidos por el gobierno y que sobreviven en las plantillas como trabajadores, expresen en las asambleas con valentía las ideas que han defendido siempre, poniendo énfasis en la necesidad de no abandonar a aquellos que quedan sin trabajo y menos a los que pasarán a trabajar en los pequeños negocios privados donde pueden ser explotados y no garantizarles igualmente un salario digno y las condiciones de seguridad laboral que exige la legislación laboral.
¡Este es el momento de las organizaciones sindicales independientes y de aquellos comprometidos con los trabajadores! El protagonismo de los cuadros sindicales, sin distingos, será fundamental para su reconocimiento por la mayoría de los trabajadores. Hay que darle un parado al autoritarismo, la arbitrariedad que caracterizan al régimen. No permitir que se cometan abusos y que la idoneidad se aplique con justicia y no con criterios de selectividad ideológica, amiguismo, discriminación racial, de género o de ningún otro tipo.
Es la hora del sindicalismo independiente exponer ideas claras y dar la pelea con respeto y con mucha calidad humana. Participar en el debate y abrirlo a todos los temas que permitan buscar soluciones integrales, reales y objetivas a los problemas que hoy aquejan a la sociedad cubana.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".