El periodismo independiente cubano nació a mediados de los 90. Con mujeres y hombres decididos a cambiar las reglas de juego establecidas, como Indamiro Restano, Raúl Rivero, Rafael Solano, Rolando Cartaya, Ana Luisa López Baeza, Tania Quintero, Iria González Rodiles, Reinaldo Escobar y Jorge Olivera, entre otros que rompieron con los medios oficiales. A pesar del riesgo de ir a prisión, pensaron que valía la pena describir sin tapujos la realidad de su país.
Entre periodistas libres y blogueros, quizás no pasen de 150 en toda la isla. Muchos aún debemos limar el estilo. A ratos pensamos bien, pero rimamos mal. En ocasiones las palabras nos ahogan. Y la mayoría carece de recursos para hacer periodismo o mantener en la red una bitácora.
El preso político y comunicador sin mandato Pablo Pacheco, desde el 13 de julio en libertad en España, gracias al diálogo entre el presidente Raúl Castro, el cardenal Jaime Ortega y el canciller español Miguel Ángel Moratinos, hacía su blog desde una cárcel a 400 kilómetros de La Habana, grabando sus posts por teléfono. Pacheco jamás había tenido un ordenador. Ahora ya lo tiene. En Málaga, donde vive con su esposa y su hijo.
Con las dificultades que escribía Pacheco, muchos siguen escribiendo en Cuba. En el dorso de papeles con membretes oficiales. Reciclando hojas que tengan un espacio en blanco. Todavía las máquinas de escribir son claves para residentes fuera de la capital. En agencias del oriente cubano, le sacan lasca a máquinas fabricadas en Alemania del Este.
El periodismo independiente cubano es digno de encomio. Las lagunas en materia de información y técnicas periodísticas que podamos tener los corresponsales libres, son las mismas en la mayoría de los reporteros oficiales.
Con la diferencia de que el periodismo oficial es más aburrido que el independiente. Trabajar para un órgano estatal suele lastrar la creatividad. Y uno está más cerca de ser un amanuense que un periodista. Ciertos temas sensibles los ”orienta” por teléfono un censor del gobierno desde su oficina.
El periodismo independiente cubano nació a mediados de los 90. Con mujeres y hombres decididos a cambiar las reglas de juego establecidas, como Indamiro Restano, Raúl Rivero, Rafael Solano, Rolando Cartaya, Ana Luisa López Baeza, Tania Quintero, Iria González Rodiles, Reinaldo Escobar y Jorge Olivera, entre otros que rompieron con los medios oficiales. A pesar del riesgo de ir a prisión, pensaron que valía la pena describir sin tapujos la realidad de su país.
Pudieron haber sido unos cínicos y oportunistas, como ciertos colegas de la prensa gubernamental. Algunos tenían reconocimiento oficial. Pero no quisieron tener un coche otorgado por el Estado ni viajar a eventos y foros sociales de la alborotada izquierda mundial.
Si hubiesen seguido siendo seguidores del régimen, hoy se codearían con Fidel Castro y tendrían que soportar a pie firme las monsergas sobre la indetenible guerra atómica que según Castro se nos viene encima.
Se libraron de escuchar en silencio y optaron por ser hombres libres. Lo pagaron con la cárcel, detenciones arbitrarias, actos de repudio y el exilio.
La nueva camada de periodistas independientes, salvo excepciones, no tiene formación profesional. Tampoco trae consigo ese miedo en el cuerpo padecido por quienes laboran en los medios estatales. Los hay brillantes como Luis Cino, Víctor E. Sánchez, Evelyn Ramos, Luis Felipe Rojas y Laritza Diversent.
Desde 2007, ha habido una implosión de blogueros. Varios tienen una preparación intelectual. Ya no es sólo Yoani Sánchez. Jóvenes como Claudia Cadelo y Orlando Luis Pardo tienen bitácoras muy seguidas.
Algunos poseen currículos académicos y sobrepasan los 50 años, como Miriam Celaya y Dimas Castellanos que, en mi opinión, hacen los mejores blogs de análisis político escritos en la isla.
Con dificultades de todo tipo, tanto los periodistas libres como los blogueros alternativos, se han anotado un gol importante. Abrieron una brecha en el férreo muro del monopolio de la noticia que tenían el partido y el gobierno cubanos.
Ya sus opiniones y análisis cuentan para los estudiosos del tema Cuba. Lo pequeño a veces trae consigo vientos con fuerza de huracán. Si lo dudan, pregúntele a los hermanos Castro. Bastante guerra les han dado.
Iván García
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
5 Comentarios para La fuerza de lo pequeño
Jose Vilasuso Rivero
agosto 24th, 2010 at 10:59 pm
La fuerza de lo pequeño no es menos fuerte ni pequeña que ninguna otra por ser tal su dimensión material. Porque la dimensión material no es medible ni comparable con la espiritual. A esa conclusión arribo luego de reflexionar en la calidad y valores contenidos en el trabajo periodístico de Tania, Rivero, Olivera Castillo, Rodiles, Rojas, y tantos informantes libres en medio de la censura y mediocridad oficialista. Si comparamos el significado y efecto de cualquier material publicado en medios disidentes, dados los riesgos que sus firmantes corren, ya estamos valorando la categoría de eso que llamamos lo pequeño. Entonces pequeño se convierte en eufemismo sinónimo de grandeza y de heroismo. Hay que ser tener lo que no todos tienen para calzar su firma en un material que será la «prueba» del supuesto delito oficialista que te ha de poner tras las rejas por laaaaaaaaaaaargos años.
Jose Vilasuso Rivero
agosto 24th, 2010 at 11:14 pm
Contrastan estos periodistas independientes con tantos colegas del exterior quienes gozando de totales garantías para ejercer la profesión optan por consagrarse a simplezas y divagaciones insustanciales. Es de sorprenderse cómo los que lo poseemos todo, tantas veces nos coartamos de sacar la cara por los de adentro y todo lo que se refiera a su causa. Mientras que desde adentro les sobra el coraje para llamar al pan pan y al vino vino.
Creo que a ratos los hombres no somos virtuosos dadas las facilidades con que contemos; sino que depende de factores imprevistos, desconocidos, homonales tal vez.
Jose Vilasuso Rivero
agosto 24th, 2010 at 11:37 pm
Si se quiere decir que los cubanos están dormidos o que no se rebelan estos periodistas independientes lo desmienten a plenitud. Mucho más vale publicar un artículo en la prensa independiente que meterle un tiro o un puñal a un miliciano. Reconozco que esto último es lo que cierta izquierda latinoamericana nos saca en cara para demostrar que el gobierno no tiene verdadera oposición. Como si la única forma de oponerse a una tiranía fuese la tea incendiaria. No. Es hora de ofrecer una contrapartida a este desvío de la cuestión central cubana. Un hombre escribiendo en una vieja máquina a la luz de un quinqué que se sabe en la mirilla de soplones y esbirros de un régimen con medio siglo amparado en la censura, es una figura colosal del periodismo libre que todavia no se le ha sabido hacer justicia dada la pobreza y mediocridad de los dirigentes de poderosos consorcios internacionales aun perdidos en conceptos tercermundistas.
No puedo calcular en qué instante América Latina ha de despertar a la clarinada que los periodistas independientes cubanos, bolivianos, argentinos y venezolanos les lanzan a todo riesgo día a día.
Tal vez los que aquí residimos tengamos una buena cuota de culpa por no insistir por todos los medios en estas realidades de largo alcance.
Una u otra verdad valga este soplo de aliento para fortalecer la labor ímproba desarrollada a díario desde el teclado independiente criollo, primer espacio libre de Cuba.
Jose Vilasuso Rivero
agosto 24th, 2010 at 11:52 pm
Poco importan las limitaciones y dificultades ante la originalidad y valor del periodista independiente cubano y del resto del continente en países que más o menos siguen hoy las pautas tercermundistas. Por el contrario los baches que haya que rellenar o las arrugas a limar constituyen otro elemento de admiración para esos ciento cincuenta comunicadores mencionados en la tierra de José Martí. Pues si además del amor a la verdad y sentido de la independencia personal, el periodista confronta las amenazas propias de la dictadura, creo que hemos alcanzado el cenit de aquella luminaria que dijo. Poseer el dominio de la palabra escrita es un don espiritual de inapreciable tejido.
Jose Vilasuso Rivero
agosto 24th, 2010 at 11:57 pm
Hay que ser lo que pocos saben ser. O tener de lo que no menos carecen para lanzarse en suelo cubano a un blog independiente y exponer con pelos y señales lo que aun desde el mundo libre tantos callan por fas o por nefas. Vale la rectificación.