En: Opinión
25 Abr 2011La media verdad que por cerca de cincuenta años ha usado Castro y que sin lugar a dudas constituye su verdadero caballo de batalla para justificar la violencia, la falta de libertades a las que somete a su pueblo y el propio desastre, concierne al embargo americano: un crimen mediático que sigue dejando impune a su autor, Castro. Prejuicios y odio de unos, intereses de otros, facilitan la desinformación castrista. Hasta 1986 cuba comerciaba libremente con todo el mundo e inclusive los productos estadounidenses llegaban a Cuba a través de terceros paises, me pregunto entonces: ¿Es serio llamar a este juego, embargo?
La desinformación política: un crimen mediático
Por: Carlos Carralero.(carralero@ragionpolitica.it), abril de 2011
Empleando de manera obsesiva los medios de comunicación, a su entera disposición desde los primeros días de su ascenso al poder, Castro proyectó un plan para destruir la objetividad y la memoria histórica de los cubanos, con el premeditado fin de adueñarse absolutamente del protagonismo de la victoria revolucionaria. A la vuelta de pocos meses de su encumbramiento, Castro hizo creer al mundo que la Revolución había sido obra de los guerrilleros. Lograba de esta manera, sin escrúpulos hacer olvidar grandes acciones contra la precedente dictadura, protagonizadas durante la lucha clandestina del Movimiento “26 de Julio” y la Resistencia Cívica, con sus dos grandes centros de acción, Santiago de Cuba y La Habana respectivamente. Para anular la acción del iluminado grupo que conocía su verdadera ideología (sus ex compañeros de batalla) que no es más que el poder absoluto, el Castro con atronadora propaganda, interpuso hábilmente un símbolo, la Palma Real: “Esta Revolución es verde como las Palmas”, repetía como un condenado. La Palma Real es el árbol nacional de Cuba.
Con su capacidad de decir lo que no quiere hacer, trataba de negar su escondida decisión de ofrecer la propia alma al mejor postor, en este caso el musculoso pretendiente rojo, la URSS. Son pocos en el mundo los que con exactitud conocen la verdadera índole castrista. Desconociendo por lo tanto, cuáles de sus históricas mentiras al tirano conviene repetir. Aquellas concernientes a sus promesas incumplidas han sido soterradas: No hay comunismo, ni marxismo en nuestras ideas, sólo democracia representativa (Sierra Maestra 1958) . Habrá libertad para los que hablen a favor nuestro y para los que hablen en contra nuestra (La Habana, enero 1959) constituyen dos mentiras olímpicas. Pero son tantas, que podrían llenar miles de páginas. Lo contrario ocurre con las medio verdades o mentiras completas para defenderse de las críticas a su desastre que con obsesión goebbelsiana, para confundir, habla siempre.
La media verdad que por cerca de cincuenta años ha usado Castro y que sin lugar a dudas constituye su verdadero caballo de batalla para justificar la violencia, la falta de libertades a las que somete a su pueblo y el propio desastre, concierne al embargo americano: un crimen mediático que sigue dejando impune a su autor, Castro. Prejuicios y odio de unos, intereses de otros, facilitan la desinformación castrista. Hasta 1986 cuba comerciaba libremente con todo el mundo e inclusive los productos estadounidenses llegaban a Cuba a través de terceros paises, me pregunto entonces: ¿Es serio llamar a este juego, embargo?
La verdad es que si Cuba no puede comerciar a gran escala con esos países es porque no ha pagado la deuda contraída con el Occidente; más de veinte billones y una cifra similar con ex bloque socialista. Desde 2007 los Estados Unidos se han convertido en uno de los primeros cinco socios comerciales del castrismo (incluso el azúcar; a pesar de que Cuba era el primer productor de caña de azúcar en el mundo, se importa desde el Norte). La verdad es que el gobierno cubano tiene una gran escasez de liquidez para pagar a sus acreedores y de moral para resarcir al pueblo cubano por haberles expropiado lo mejor de sus valores: bienes, dignidad, libertad, etc ¿por qué los defensores de la treta castrista “embargo, no se callan?
La estrategia castrista para evitar la distensión con los Estados Unidos es la clave para entender lo que pretendo demostrar. Durante la presidencia de Lyndon Jhonson, en 1965 el gobierno americano trató de mejorar las relaciones con Cuba, entonces Castro respondió provocando las crisis migratoria, la que los cubanos han bautizado con el nombre de “Vuelos de la Libertad”, un drama que se extendió por ocho años (1965-1973). En 1980, Castro armó un caos al colega Carter, con la Crisis de la embajada de Perú y la apertura del puerto de Mariel al oeste de La Habana: vaciando manicomios y cárceles, mandando lo peor entre los delincuentes nacidos y crecidos con la Revolución y una buena cantidad de agentes. En 1996 le tocó a Clinton. El regalo de Castro fue el envío de decenas de miles de balseros. Sólo los cubanos entre todos los desesperados ingeniosos del mundo han tenido la fantasía de lanzar al mar camiones- balsas (“camionautas”). A los cubanos además, corresponde el record de más suicidios sobre el tren de aterrizaje de un avión luego de un viaje hacia la libertad definitiva, hacia el más allá.
Los tres mencionados presidentes estadounidenses han intentado la distensión, pero Castro, verdadero maestro de la manipulación logró mantener las tensiones: un arma para justificar su permanencia en el poder a pesar del desastre en que ha convertido a Cuba. Carter en estos días visita a Cuba de nuevo y declara su amistad con Castro. Dudo mucho que haga algo concreto por ayudar al pueblo a liberarse de las garras de su amigo.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
1 Comentario para La desinformación política: un crimen mediático
Jose Vilasuso Rivero
abril 25th, 2011 at 2:26 pm
Magnífico material. Un articulo documentado en la verdad de hechos contundentes y objetivos que resultan interesantes y útiles en extremo para todo estudioso y observador imparcial de la historia y los cubanos. Lástima que tan valiosa información no entre a Cuba en la medida deseada. Es allí donde se impone una acción rápida y eficiente. Todo recurso, todo esfuerzo es poco para penetrar el ergástulo castrista. La clave del engrudo. Concentarnos en este aspecto del problema es como el alimento indispensable para la humana subsistencia. Un pueblo desinformado no puede comprender situaciones complejas aunque le atañen. Se requiere una buena dosis de hechos, motivos y circunstancias como los arriba expuestos por don Carlos Carralero para juzgar con precisón la propia coyuntura de que ese pueblo es el eje. Informar bien y como se pueda al cubano de a pie es tarea crucial en esta etapa decisiva a la que hoy asistimos y Dios por delante.