¿Hacia dónde va la economía cubana? Dos comentarios.

En: Laborales

17 Nov 2010

Irónicamente, el anuncio oficial de los despidos fue hecho por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato único y oficial de la nación, controlado por el partido comunista. En cualquier nación, excepto en los estados totalitarios controlados por regímenes represivos, el despido del 10% de la empleomanía del gobierno provocaría protestas masivas y la indignación internacional generalmente asociadas con medidas de austeridad auspiciadas por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.



¿Hacia dónde va la economía cubana? Dos comentarios.


¿Hacia el capitalismo?

Por: Jose Azel, Noviembre 14 de 2010

El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que ha de tener lugar en abril para ratificar las directivas económicas de Raúl Castro, incluyendo el despido de 500,000 trabajadores estatales, es visto por algunos observadores como una señal esperanzadora de que finalmente Cuba se está dirigiendo hacia una economía de mercado. Otros analistas ven los despidos con considerable escepticismo y los marxistas como una horrorosa traición a la ortodoxia comunista.

Irónicamente, el anuncio oficial de los despidos fue hecho por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato único y oficial de la nación, controlado por el partido comunista. En cualquier nación, excepto en los estados totalitarios controlados por regímenes represivos, el despido del 10% de la empleomanía del gobierno provocaría protestas masivas y la indignación internacional generalmente asociadas con medidas de austeridad auspiciadas por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Si añadimos a esto el aparente lapsus freudiano de Fidel Castro cuando dijo que «el modelo cubano ya ni siquiera funciona para nosotros» nos encontramos ante confusión ideológica, parálisis burocrática, oportunismo, incertidumbre, formulación de políticas absurdas, y más. En la versión cubana del doble sentido orwelliano, las medidas de despido se califican como una «actualización del socialismo». En el doble sentido cubano, el gobierno otorgará permisos para que los trabajadores que sean despedidos intenten ganarse la vida «fuera del sector estatal». No hay reconocimiento de un sector privado.

En una economía de mercado con sectores privados desarrollados y competitivos, los empleados cesanteados de una empresa tienen grandes posibilidades de obtener empleo en otra empresa. Pero en el sistema económico de Cuba, donde el gobierno controla la mayoría de la actividad económica, los cesanteados tendrán que valerse por sí mismos. No hay sector privado capaz de absorber a los desempleados. ¿Dónde van a encontrar empleo en una economía como la de Cuba en la que el estado emplea 85% de los 5 millones de personas en la fuerza laboral?

La medida de despido parece asumir que todas las personas poseen la aptitud y habilidad para ser empresarios capaces de ganarse la vida en actividades muy distintas a su experiencia laboral y formación profesional.

El gobierno cubano está apostando a que el ingenio y el espíritu empresarial del pueblo cubano proveerá de alguna manera un reemplazo para las ineficiencias del sector estatal y que lo hará sin acceso a efectivo, crédito, materias primas, equipos, tecnología, u otros insumos necesarios para producir mercancías y servicios. Irónicamente, el origen más probable de estos insumos será la Diáspora cubana ansiosa de ayudar a sus familiares y amigos que queden sin empleo.

Los cubanos resolverán de alguna manera, pero en términos de desarrollo económico real, estas medidas no funcionarán; no son medidas diseñadas para ayudar al desarrollo del país. Pero por si acaso, el gobierno pretende cobrar impuestos onerosos, del 25% para la seguridad social y hasta del 50% sobre los ingresos dependiendo de la actividad económica. En respuesta a estas altas tasaciones de impuestos contraproducentes, los cubanos encontrarán formas de eludir el pago de impuestos, incorporándose al mercado negro para estas actividades económicas.

Si las intenciones del gobierno cubano fueran esbozadas a iniciar un cambio importante hacia una economía de mercado, no limitarían las actividades económicas permitidas a solamente 178 ocupaciones casi todas de carácter individual (por ejemplo, servicio de niñera, limpiabotas, lavado de ropa, etc.) ni insistirían en imponer impuestos y regulaciones asfixiantes. Se requiere una imaginación de soñador muy vívida para divisar en estos despidos del gobierno de Castro una evolución hacia una economía de libre mercado.

na lección a aprender de la historia de las transiciones de los países que formaban parte de la Unión Soviética es que reformas exitosas requieren ubicar las libertades individuales y el otorgamiento de poderes ciudadanos a la cabeza de las reformas. Esto no es lo que Cuba persigue con su «actualización del socialismo».

Por ahora, los despidos sólo demuestran el funesto estado del modelo económico cubano, resumido en la vieja broma soviética que explicaba el sistema económico de planificación centralizada como uno en el que «nosotros pretendemos trabajar y ellos pretenden que nos pagan». El sistema cubano, fracasado e insolvente, ya ni siquiera puede pretender pagar a sus trabajadores. Por lo tanto, ahora se maquilla como un capitalismo de fantasía.

Analista investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del recién publicado libro Mañana in Cuba.

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Un golpe de timón en las reformas económicas de Cuba


Rolando H. Castañeda


Noviembre 13 de 2010


Esta semana la revista The Economist le dedica un extenso artículo a los posibles cambios en la economía cubana sobre los cuales se viene especulando por casi tres años y un cuarto después del pronunciamiento del generalpresidente Raúl Castro el 26 de julio del 2007 en el cual prometiera reformas estructurales y de concepto.

Estas especulaciones se han acentuado con la publicación del significativo documento Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del 9 del noviembre del 2010, día cuando se cumplió el vigésimo primero aniversario de la caída del infame Muro de Berlín.  El documento, preparado para la prolongada pospuesta (por 8 años) reunión del partido comunista, presenta algunas consideraciones generales y 291 lineamientos específicos de políticas generales y sectoriales para mejorar el funcionamiento de la economía nacional, muchos de los cuales parecen parte de una lista de buenos deseos o adornos de un árbol de navidad, que servirían de base para un programa para el próximo quinquenio.

Es evidente que la economía está en una profunda y amplia crisis socioeconómica; el documento menciona concretamente los siguientes siete objetivos para superar los problemas existentes que muestran la magnitud de la crisis existente:  (1) poner en explotación las tierras todavía ociosas, que constituyen cerca del 50% y elevar los rendimientos agrícolas; (2) buscar alternativas de fuentes de financiamiento para detener el proceso de descapitalización de la industria y la infraestructura productiva del país; (3) eliminar las “plantillas infladas” en todas las esferas de la economía y producir una reestructuración del empleo, incluidas fórmulas no estatales, aplicando un tratamiento laboral y salarial a los trabajadores interruptos que elimine los procedimientos paternalistas; (4)  incrementar la productividad del trabajo, elevar la disciplina y el nivel de motivación del salario y los estímulos, eliminando el igualitarismo en los mecanismos de distribución y redistribución del ingreso, como parte de este proceso, será necesario suprimir gratuidades indebidas y subsidios personales excesivos; (5) recuperar la capacidad exportadora en rubros tradicionales, incrementar sostenidamente y diversificar las exportaciones de bienes y servicios, así como, reducir la elevada dependencia importadora con vistas a revertir la situación financiera externa; (6) otorgar mayores facultades, en los marcos del plan, a las empresas, e impulsar con efectividad la iniciativa de los territorios para potenciar de manera sostenible su desarrollo económico; y (7) realizar los estudios para la eliminación de la dualidad monetaria.

Los cambios realizados hasta ahora han consistido fundamentalmente en repartir tierras baldías cubiertas de marabú en usufructo por 10 años y en una liberalización tímida, burocrática y muy gravada del trabajo por cuenta propia, con los cuales es difícil suponer que se superará la crisis y que se alcanzarán los objetivos mencionados.  Estos cambios son un tardío, insuficiente y sesgado tratamiento (o prescripción) para atender los problemas existentes, dar vitalidad a la letárgica economía y evitar un nuevo Periodo Especial.  Sin embargo, son pasos imprescindibles y en la dirección correcta para generar más empleos y tratar y superar la crisis existente que se deben complementar con nuevas medidas y políticas como algunas de las propuestas en el documento.

Un aspecto novedoso del documento es que define el socialismo como la igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no como igualitarismo.  En ocasión del Proyecto Varela el gobierno definió que el socialismo era irrevocable en 2003, pero nunca definió en que consistía.  Por fin se hace una demorada definición que es más compatible con otras posiciones políticas e ideológicas, como el social cristianismo y la social democracia, y menos con el fracasado igualitarismo a ultranza que se ha practicado en Cuba (así el lineamiento 162 señala que “Implementar la eliminación ordenada de la libreta de abastecimiento, como forma de distribución normada, igualitaria y a precios subsidiados, que favorece tanto al ciudadano necesitado como al no necesitado.”

El documento favorece la descentralización, pero establece a la vez que “en la actualización del modelo económico primará la planificación y no el mercado”, lo cual es incongruente.

Un defecto o insuficiencia principal del documento es que no propone un orden de prioridades ni una secuencia ni una intensidad de las acciones necesarias para lograr los objetivos generales ni sectoriales.

También el documento indica que se unificara eventualmente la tasa cambiaria que tiene un diferencial de 24 a 1, el cual genera marcadas distorsiones en la economía y condujo a la quiebra de la industria azucarera.  Esta acción no se debe postergar más.

En futuros artículos comentaré algunos aspectos del documento que es novedoso tanto en el contenido de muchas propuestas como en su divulgación pública.  Definitivamente representa un golpe de timón.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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