Dentro de una horas, en Bruselas, la señora Catherine Ashton, Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, recibirá en su despacho al canciller cubano Bruno Rodríguez. Por fin, la dirigente socialista conocerá personalmente al mensajero de las buenas nuevas. El recado que añora recibir su departamento empeñado como está en el acercamiento con la dictadura.
Escora y deriva de una baronesa
Ex preso de conciencia causa de los 75
Poeta, Escritor y Periodista
Febrero 20 de 2011
Dentro de una horas, en Bruselas, la señora Catherine Ashton, Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, recibirá en su despacho al canciller cubano Bruno Rodríguez. Por fin, la dirigente socialista conocerá personalmente al mensajero de las buenas nuevas. El recado que añora recibir su departamento empeñado como está en el acercamiento con la dictadura.
Para darle más sombra a la invisibilidad de la Ashton en la geografía europea, ha sido su portavoz, la señora Maja Kocijanscic, la encargada de anunciar que la visita del viajero caribeño tiene el objetivo de intercambiar impresiones sobre los acontecimientos en Cuba con un enfoque especial en la situación de los derechos humanos y las relaciones entre UE y Cuba.
A estas alturas ya sabemos que los profesionales del guarandol diplomático no se privan de uno solo de los lugares comunes. Así es que las conversaciones serán «francas y abiertas y tocarán el proceso de liberación de los presos políticos en la isla, los derechos humanos y las reformas económicas que está impulsando el régimen».
El anuncio de estos contactos directos (Rodríguez se reunirá también con el Comisario Europeo de Desarrollo, Andris Piebalg) se convierte en un asunto polémico y hemipléjico. El mandato que recibió de los 27 países europeos en octubre pasado indica que se deben hacer estudios exploratorios también con otros actores de la isla. Pero en cuanto a ese monte, ni un cuje.
La investigación para que tenga credibilidad y valor debe ser abarcadora y sin mapas diseñados de antemano. Los funcionarios europeos tienen aquí, en Madrid, a 40 presos políticos y sus familiares. Comenzaron a llegar desterrados a España desde julio pasado. Ellos serían unos interlocutores de primera categoría para darle claridad a las exploraciones. Son testigos directos de un escenario, de una forma de vida, que administran los representados del señor Rodríguez y de la que él no dirá ni un monosílabo en esas discusiones «francas y abiertas».
Una vía expedita para acercarse a lo que en la Unión Europea se conocen como «otros actores en la isla», son las Damas de Blanco, la oposición pacífica, el periodismo independiente y los prisioneros del grupo de los 75 que tuvieron que poner en libertad esta semana y que permanecerán en su trabajo en Cuba.
omo hay una cordialidad subyacente en la atmósfera que se prepara para recibir al enviado de La Habana, el equipo de Catherine Ashton podía aprovechar para pedir autorización a su huésped para que sus jefes dejen visitar al doctor Oscar Elías Biscet, Pedro Argüelles, Librado Linares, Iván Hernández, José Daniel Ferrer, Félix Navarro y Diosdado González. Todos están encarcelados desde la primavera de 2003 y, a pesar de lo que Europa llama el «proceso de liberación» se mantienen las cárceles porque se niegan a irse de su país.
Ellos, sus familiares y amigos, darían a los expertos una visión del problema que ayudaría a la lejana Europa a realizar una exploración real. A conocer a Cuba. A toda Cuba.
Tomado de Libertad Digital
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".