En: Opinión
24 Oct 2010Nobel, Libertad Atlántida, Shajarov, Geremek, Cabot Lodge y la lista larga que les acompaña, marcan la diferencia; son como un grito vigoroso de justicia que se abre paso en un mundo donde ya parecía que la complicidad con los causantes directos de tanto heroísmo, es decir los verdugos, definitivamente ocuparían en forma inmerecida sus asientos de primera fila.Tan bajo habíamos caído en la República de las Letras, por no acompañarla de la La Justicia sin Venda en los Ojos.
El significado de unos premios merecidos
24-10-2010.
Por: José Vilasuso
La noticia es más poderosa que el fusil.
El reconocimiento en avalancha por parte de instituciones incuestionablemente prestigiosas entre personalidades cimeras en el activismo pro derechos humanos y la alta cultura, acaba de estremecer los cimientos de las sociedades internacionales desde las más avanzadas, florecientes, y libres hasta míseras y depauperadas sin visos de libertad.
Nobel, Libertad Atlántida, Shajarov, Geremek, Cabot Lodge y la lista larga que les acompaña, marcan la diferencia; son como un grito vigoroso de justicia que se abre paso en un mundo donde ya parecía que la complicidad con los causantes directos de tanto heroísmo, es decir los verdugos, definitivamente ocuparían en forma inmerecida sus asientos de primera fila.Tan bajo habíamos caído en la República de las Letras, por no acompañarla de la La Justicia sin Venda en los Ojos.
LiuXiaobo, Mario Vargas LLosa, Las Damas de Blanco, Coco Fariñas, el padre José Conrado Rodríguez, Yoani Sánchez y otros que se esperan en breve para recibir galardones no son los únicos campeones en este maratón de definiciones trascendentes. Ellos de manera más que digna encarnan a esos anónimos de boca cosida, hundidos en las mazmorras, hostigados desde sus hogares, o apaleados a la sazón como Las Damas Negras por apoyar a Las Damas de Blanco.
Apenas la noticia cogió cable los mandatarios represivos sin consultar con la almohada, desde La Habana, Caracas y Beinjing se sintieron aludidos. Como la picada de las avispas. Tantas premiaciones prodigadas sobre quienes obtienen lustre y honores producto del sufrimiento y vejaciones propiciadas por dichos regímenes no podían caer en el vacío. Incluso apuesto que lo intuyeron mucho antes que quienes ahora cantamos albricias con todas las hebras del corazón. De otra forma no podía ser dado que tales caracteres poseen una sutil veta nervioso instintiva que estalla al sólo rumor de alguno de esos fuertes golpes, tan fuertes como los golpes de Dios cantados por el inmortal Cesar Vallejo.
A toda prisa antes del cese de la actual legislatura El Gran Chafarote de Miraflores anticipa nuevas confiscaciones de tierras y propiedades que sumergirán a los venezolanos en tembladeras económicas y zozobrantes similares a las padecidas en Cuba; treinta y cinco tanques de guerra, cohetes y nuevos acuerdos nucleares concertados con Rusia, amén de tender el trampolín para traspasar los proyectiles vedados internacionalmente a Amadineyad.
Por la otra banda, ni corto ni perezoso el anciano empecinado de La Habana ordenó a su inocuo Ministro de Relaciones Exteriores presentarse en carrera en Teherán para reafirmar lazos de toda nomenclatura con la satrapía medieval de los ayatolas. De antinóbel ha calificado Gramma al autor de La Ciudad y los Perros, pese a la admisión de los valores intelectuales de su obra literaria y periodística en general. Demérito imposible que reafirma el disgusto del Comandante por partida doble. Pues con sus recientes gritos de alarma ante el holocausto atómico mundial anunciado desde la pantalla reservada para él mismo, hacía sus pininos para ganarse el Nóbel de la Paz; mientras que para el de Literatura no tengo informes de su candidato. A lo mejor ¿Miguelito Barnet?
Vale la pena detenerse en estas consideraciones someramente.¿De veras Castro se hizo ilusión de gastarse espuelas para un galardón de tales quilates? Cuando un alma insondable se aisla del mundo rodeándose de poder, adulones y trasnochados todo puede suceder. Ya nada es espejismo porque todo es espejismo. Historia en sepia repetida hasta el empalago en cualquier anecdotario popular que, reviviendo aquella fábula de nuestra infancia reza: “Qué hora es,” dijo el dictador. El lacayo responde. “La que usted quiera, señor presidente.” Todo tirano de engañador se pasa a engañado, y termina en el ridículo.
Sin embargo para gobiernos que sagazmente conocen la sicología de las masas y en particular de nuestra América soñadora y cándida, la batalla política se libra fundamentalmente en dos campos complementarios: represión y propaganda, ambos a tiempo completo. A su tenor no vacilaron; lo opuesto sería suicida. Los personeros de la reacción encendieron viejas o nuevas mechas esperando que corra la chispa hasta hacer estallar la pólvora. Esta vez parece que la cólera halló sintonía sin hilo directo para acelerar el proceso rampante creador de zozobra, miedos y miseria. No debe quedar duda del impacto quemante infligido a las almas mezquinas luego de las selecciones otorgadas por los nórdicos. La herencia de Alfredo Nóbel permanece viva y certera. No ha perdido su lustre y ha ganado más prestigio.
Atando cabos este sacudón moral intelectual configura el urgente despertar de conciencias que tanto sacrificio, tantas privaciones han venido fomentando desde el silencio a la fuerza, el discurso a todo riesgo o el vacío de estómagos producto de prolongados ayunos. No hay sacrificio inútil. Tal vez sus efectos en la opinión pública demoren más de lo que nuestra paciencia tolera. Tal vez sea que no los descubramos a tiempo. No sé; misterios de la existencia donde no todo lo visualizamos de inicio, y casi nunca completo. A todo pesar alguna respuesta se cultiva y los acontecimientos que celebramos contienen todos los indicadores requeridos para considerarla a la mano.
El dossier de LiuXiaobo recuerda Carta 77 o la prédica de don Elizardo Sánchez Santacruz. Versiones de un mismo ideal, idéntica estrategia y compartida experiencia extendida a dirigentes de tres pueblos lejanos, pero que se comprenden a cabalidad. Si, somos hermanos. Nos unen vidas intensas, padecimientos, y profundas experiencias. No importa que lo expresemos en castellano, checo, polaco o chino. La universalidad de la causa la convierte en jalón más poderoso, multilíneo y arrollador ante los ojos sagaces del hombre avisado y permanentemente los de Dios.
El mundo moderno parecía haber cruzado una página de la historia que ha debido permanecer abierta. Su contenido rico lejos de agotarse está por destaparse. Aquella epopeya escrita en 1989 protagonizada por la revolución de terciopelo y culminada simbólicamente en la caída del muro berlinés. Reúne acontecimientos que pese a sellar el fin de una guerra cruenta, horrible, al tocar su desenlace no se registraron significativos derramamientos de sangre. Excepto en Rumanía.
Exactamente lo que esperan ahora los disidentes chinos, coreanos del norte, vietnamitas, iraníes, martianos o bolivarianos. Nadie transido de verdadero sentimiento cristiano y humanitario desea sumar nuevas truculencias y ensañamientos a los muchos acumulados desde que las botas totalitarias plantaron su horma imborrable en tan sufridas tierras. La profundidad de los sentimientos disidentes no es alcanzable en el ámbito prevaleciente en la publicidad regional a la moda. Reconozco que nos separan distancias extensas, amplísimas y que luego se bifurcan indefinidamente. Por contrapunto y precisamente dado su sello incruento, cierta inmadurez parece haber conducido a pasar la página y refocilarse en cualquier aventurero de boina y barbilla armado hasta los dientes para proveer de tema a Hollywood o a los lectores de MamaitaYunai recuerdo de los años treinta del siglo pasado. Pasado con nostalgia o nostalgia del pasado, oleado, sacramentado y enterrado.
El acontecer latinoamericano actual tan acomodaticio a ferrumbrientos modelos de demagogia y crueldad; de repente se ha visto fuertemente interrumpido por estas decisiones provenientes de Oslo, Stokolmo, Varsovia y de tantas otras capitales nombradas y por nombrar. Los gobiernos en el limbo o que perdieron su sentido de la solidaridad necesitaban un llamado serio de autoridades respetables que les dicten el deber incumplido. ¿Quién mejor?
Varios presidentes legítimos producto de elecciones intachables perdieron la consecuencia consigo mismo y el verdadero sentido del mandato otorgado en los comicios; cosa que se materializaba al concurrir una y otra vez a citas, congresos, conferencias y saraos con los dictadores, y hasta rivalizar en oprobios contra sus presos de conciencia como Luiz Inazio Lula Da Silva. Página luctuosa y bochorno continental para ser incluido en La Historia Universal de la Infamia de gran Jorge Luis Borges. Visitaron y continúan visitando al tirano con más de medio siglo conculcando las libertades indispensables vigentes en sus respectivos países, sin atreverse – excepto uno y otra que delegó en su secretario – a recibir a un par de disidentes. Los calificativos que estas conductas merecen se dejan al mejor juicio del querido lector.
Tanta banalidad o tamaño ultraje impiden sentirse aludido cuando los uniformados objeto de sus galanterías, lanzan improperios y amenazas contra la democracia, a menudo sirviéndose de lenguaje incorrecto o desafiante. ¿Será tanta la flojera de piernas, indecisión o ausencia de autoestima? Pueden estar tan cortos de retina que no perciban las amelladuras que les propinan. Tal mediocridad de bulto en el hemisferio explica el aislamiento en que por años se han debatido los caracteres excepcionales de Vargas Llosa, Jorge Semprum, Jorge Edwards y un puñado de intelectuales hispanoparlantes solidarios con los disidentes.
Todo en pleno siglo XXI como si las verdaderas revoluciones continentales vividas con oleadas de pólvora y heroísmos mil hubieran caído en el agujero del olvido. Por consiguiente la removida de los galardones trasluce los valores acumulados a la vuelta de un tiempo que parecía perdido. Es el destapar de galones dorados hasta hoy cubiertos por las babosas de la inercia, ausencia de liderato e indefinición colectiva.
Pero estamos aguardando los efectos positivos de las premiaciones polémicas, y estremecedoras a todo nivel. No; la libertad y la cultura no van de capa caída por las tierras de José Martí, Domingo F. Sarmiento o J. Carlos Mariátegui. El júbilo contagioso que a la sazón se espande por los cinco continentes autentifica que los hombres honestos despiertan, y las campanas tocan a vuelo; mientras los turiferarios de comandantes tartamudeantes y coroneles sonrientes han de bajar las cabezas o virarse del lado opuesto a ver si logran conciliar el sueño imposible.
Dicho con mayor sosiego. No se ha deseado reflexionar objetivamente sobre la naturaleza original, admirable, y desconocida en la región, propia de estas formas de lucha contra déspotas declarados y cómplices disfrazados. Estamos ante la presencia en vivo del pacifismo a lo Ganhdi, Martin Luther King u Oscar Romero. La noviolencia que desaloja iras, resentimientos infundados y lágrimas para abrir espacio al debate de altura y la negociación pragmática. Es que los modestos chinos, venezolanos o cubanos han recogido tesoros de gestas dolorosas que no se deben repetir; sin que por ello, no estén dispuestos a derramar su sangre generosa al estilo Orlando Zapata Tamayo. Pero que conste, siempre ha sido la propia y no la de sus represores. Las masacres del remolcador “trece de marzo” o del río “Canímar” corroboran dicho aserto en mínima expresión.
La verdadera no violencia se enquicia en canales civilizados por lo que no necesita de la fuerza. No se trata de imponer. No se trata de suprimir físicamente a nadie, ni aun propinarle daños de otra naturaleza. Sería contradictorio con los derechos humanos que orientan dichas campañas. De tal manera, al violentar conductas, o menoscabar la integridad corpórea o espiritual del oponente podría encrisparlo privándolo de la oportunidad de comprobar los nobles móviles del disidente. Todo testigo es imprescindible y ninguno mejor que el causante de la protesta. Convertirlo en objeto de revancha sería otra persona perdida para la causa que es de todos. La no violencia suma más tarde que pronto. Pero lo opuesto significaría negarse así mismo. Jamás hacer al otro lo que éste me hace a mi. Un principio ético y justo comienza por aplicarse sin distingos, ni excepciones; para beneficio general de la especie. Jesucristo jamás habló en vano.
Un movimiento inmejorable y oportuno no puede perder su lustre. Si se dejara escapar lo diferenciado junto a su efecto renovador pecaríamos de falsos periodistas ante esa pléyade encabezada por Reina Tamayo y sus incontables seguidores en Banes, o las señoras vendadas y brazos en cabestrillo en La Habana.¿Cuándo se han visto ejemplos parecidos por nuestros lares en los tiempos que corren? No demeritamos a nadie que se haya opuesto gallardamente a sus respectivas dictaduras. Pero respeto primero a una esposa, madre o hermana que sale desarmada a pedir justicia para su familiar encarcelado que, a valerosos guerrilleros. Este paso significativo en el proceso libertario aun no ha obtenido el sello gomígrafo adecuado por parte de los medios publicitarios de mayor poder y alcance mundial. Verdad que ensombrece su itinerario recorrido hasta la fecha. Otro deber por cumplir.
Paralelamente pero con efecto diferido es que se produce la contraofensiva natural que parte de La Habana y Caracas. Cambio de panorama. Nubes donde creyeron ver sol. Comprueban que han perdido el campo sin posibilidad alguna de rescate. La comunidad pensante hace honor a los valores que la representan. Intelecto y humanidad, cerebro y buen gusto artístico en la cima del reconocimiento. Luego entonces los uniformados apelan a su verdadera condición: ratificando los extremismos cual confirmación de las evidencias puestas de relieve. Han echado sus cartas sobre la mesa como quien dice, ahí van mis verdaderas armas. ¿Qué más puede quedarse en la mochila?
II
Acudimos a episodios imborrables en el devenir de nuestro subcontinente. Los cambios de perspectiva se producen con cierta discreción. Las comunicaciones, por ejemplo, dejaron de constituir reservas de clase o tecnología para difundirse en el patrimonio colectivo de la información. El acceso a la noticia multiplicado por enésima potencia, potencia un quórum incalculable de opiniones permeables a los gritos de paz en las calles de Madrid, en plena paliza tras las rejas cubanas, o en las universidades venezolanas.
Frente a la pantalla electrónica y al ritmo del teclado nadie se levantará a rastrillar un fusil. Prefieren pasar la información a colegas de Viena, San Juan, o Nairobi. Esa verdad concuerda exactamente con los acontecimientos que celebramos. Pertenecen al ámbito del espíritu que es el instrumento y asidero por excelencia para lograr la humana convivencia y saludable progreso entre los hombres. Seguro, la noticia es más poderosa que el fusil.
El ciudadano promedio debe saber que se libra una competencia doctrinal; la democracia y los derechos humanos amparados por el cristianismo. No es que se opongan a determinada contraparte. Viven por sí y se hacen valederos previo al desafío de la fuerza e intransigencia peor. Vieja trifulca que durante siglos parece renovarse con insospechadas aristas de todo filo y mejor coloratura. Por ello no es aceptable el camuflage de la neutralidad o equilibrio de potencias al son de la carioca. Ni inventos ni comparaciones con el pasado. Aspirar a líder mundial no es empeño de cuatro esquinas.
No, dado que esa tercera posición ignora los fundamentos inmejorables del mundo occidental para equipararlos al oscurantismo, arbi- trariedad y rezago de las naciones. ¿Qué neutralidad cabe ante gobiernos que todavía castigan el adulterio femenino a pedradas? Los Nóbel del momento encierran ingredientes altamente vitaminados en sus tejidos más fibrosos bien entrelazados y compactos. Todos por la misma banda. Claro que fueron parciales; no consuelan ciertas aspiraciones que ya parecían relamerse esperando el reparto de diplomas y dinero cual derecho propio.Pero esta parcialidad no esperada compensa la balanza tantas veces inclinada del lado opuesto, lado equivocado.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
4 Comentarios para El significado de unos premios merecidos
Jose Vilasuso Rivero
octubre 25th, 2010 at 2:50 pm
Claro que el final remata al gobierno de Brasil con sus empeños neutralistas en el campo internacional. Lula Da Silva exagera sus méritos de buen gobernante, pero carece de flux para proclamarse estadista de aspiraciones internacionales. El no es Nixon, Bolívar, Reagan, Havel, ni nada parecido.
Jose Vilasuso Rivero
octubre 25th, 2010 at 2:56 pm
Si Lula aspira a recoger el guante de Nehru, Tito o Nasser tendría que comenzar por vivir un mundo similar al de aquellos grandes hombres del pasado siglo. Hoy no hay necesidad de terceras posiciones dado que para ser contraparte de la democracia no queda otro remedio que aliarse a Amadineyad, Corea del Norte, Chavez, Fidel etc. Tan ambicioso y ciego ha sido que él mismo se ha llevado tan bajo.
Jose Vilasuso Rivero
octubre 26th, 2010 at 4:40 pm
La democracia se puede objetar, pero no para cambiarla por Iran o Chávez. La democracia acepta toda crítica por ser un sistema fuerte y razonable al que los embates solidifican y las críticas necesarias rejuvenecen. Pero la ambición de Lula Da Silva es creaar un frente internacional contra la democracia representada por las grandes potencias. O mejor una especie de Che Guevarismo sin armas atómicas. Pura utopia, Tan inoperante como aquella panancera propia comandante del que casi nadie se acordará muy pronto. Mientras tanto Lula gobierna bien en Brazil y se entretiene formando enlaces mundiales que le permiten llamar la atención extramuros.
Jose Vilasuso Rivero
octubre 26th, 2010 at 4:44 pm
A nadie importaria que Lula se entretuviera jugando a gran personaje internacional. Lo malo es que la unica manera viable de armar una alianza contra la democria es juntándose a Chávez, Amadineyad, castro y otros grandes enemigos de esta. Luego pagan los pueblos oprimidos por esas dictaduras. He ahí su enorme responsabilidad ante la historia, no digo ante Dios pues es ateo. Otro tanto el gobierno de España