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6 Ene 2011El gobierno castrista inicia despidos masivos, pero no rectifica en las verdaderas causas del colapso económico. Raúl Castro, en su acostumbrado parco lenguaje, podrá hablar de que para evitar un hundimiento definitivo del socialismo es imprescindible un reajuste laboral, pero la realidad es que el millón trescientos mil empleados que serán despedidos en los próximos tres años porque no producen, son un reflejo directo del fracaso de medio siglo de centralismo estatista y de represión estalinista en Cuba, dirigido por Fidel Castro.
Despidos masivos indican agonía castrista.
Por: Alberto Muller. Enero 5 de 2011
El gobierno castrista inicia despidos masivos, pero no rectifica en las verdaderas causas del colapso económico. Raúl Castro, en su acostumbrado parco lenguaje, podrá hablar de que para evitar un hundimiento definitivo del socialismo es imprescindible un reajuste laboral, pero la realidad es que el millón trescientos mil empleados que serán despedidos en los próximos tres años porque no producen, son un reflejo directo del fracaso de medio siglo de centralismo estatista y de represión estalinista en Cuba, dirigido por Fidel Castro.
Los despidos, según informó la prensa oficial cubana, que alcanzarán en los próximos seis meses el medio millón de empleados de plantilla, comenzarán por los ministerios de la Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y Turismo.
Llama la atención que el monstruo de cien cabezas que más empleados tiene en Cuba y que son los que apenas producen, como las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado, en lugar de disminuir sus plantillas, las han aumentado.
Se considera que más de un millón de cubanos laboran en estas dependencias montadas para la represión y la protección del Estado autoritario. Y ese monstruo laboral estaliniano, para reprimir y encarcelar a la población, se traga casi el 50 por ciento del presupuesto nacional.
Debemos decir que algunos sectores de la economía, se han colocado bajo la dirección de las Fuerzas Armadas, ante el fracaso productivo del centralismo estatal, pero esto no afecta los porcentajes mencionados del presupuestario nacional y por otra parte algunas de estas empresas han sido eje de los escándalos más conocidos dentro del estado cubano, donde algunos altos oficiales se han enriquecido a costa de la miseria del pueblo cubano.
Si Cuba aplicara la filosofía democrática de Costa Rica, que no tiene ejércitos ni cuerpos represivos, le sobraría capital para incentivar la iniciativa privada y mixta, que tanto necesita para producir. Y por supuesto, no tendría que despedir ni dejar sin empleo a ningún cubano.
Para medir la crisis cubana sólo hay que analizar que el salario mensual promedio de un cubano son 20 dólares, que es el equivalente a los 400 presos cubanos. Y con este ingreso, Cuba se coloca al nivel de los países más pobres del mundo.
Con los planes de autorizar a la empresa cuentapropista o privada en Cuba, el régimen castrista aspira a que al menos unos cien mil cubanos sean asimilados inmediatamente por esas empresas. El resto o la mayor parte de los restantes desempleados, se intenta que vayan a laborar a la agricultura y otra parte se reubicará en otras empresas.
Obviamente aunque estas medidas no resuelvan de forma integral el colapso de la economía, no solamente la alivian, sino que dan inicio a la apertura de la iniciativa privada en la vida nacional, después de medio siglo de esa entelequia improductiva y enloquecida que es el totalitarismo comunista, que controla el 95 por ciento de la economía.
Si el castrismo quiere realmente resolver el colapso y la quiebra económica, no le de más vuelta a la noria, abandone la entelequia centralista del socialismo autoritario y garantice la libertad para todos los cubanos.
Entonces se acabarán las prisiones, las torturas y todo el país saldrá a producir con alegría. Y por supuesto renacerá la democracia y la reconciliación en Cuba…
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¿La ‘cuenta propia’ o la cuenta de todos?
Luis Felipe Rojas, Cruzar las Alambradas
Enero 5 de 2011
Ahora ha comenzado la cuenta regresiva para el gobierno cubano. Un enjambre de hombres y mujeres hambrientos, perseguidos por el séquito de los Inspectores estatales y la chivatearía más ramplona se ha lanzado a la nueva ola de la iniciativa individual, la primigenia correa de transmisión de cualquier país en la era moderna, la pequeña empresa. Elaboradores de alimentos ligeros, molineros de piensos animales, bicitaxistas, recaderos, costureras y repasadores de ciencias y letras alistan sus mecanismos de marketing: la promoción y venta de sus productos.
Semanas atrás cuando fui a Bayamo, me encontré con Mirurgia, había llegado la noche antes de Cienfuegos donde compró unas telas a ‘muy buen precio’. Con ellas confecciona trajes de payaso para niños, tanto para la venta como para alquiler. Los vi, tienen una factura impecable, su hermana que radica en Estados Unidos le envía revistas con los modelos, le compra botones y colgantes y los trajecillos parecen salidos de las mejores tiendas del ‘primer mundo’, no exagero, ya tiene pedidos desde Manzanillo y Santiago de Cuba. ‘Ahora estoy sola, pero en cuanto recupere una inversión de hace dos meses, pongo a dos costureras más, cada una en su casa e intentaremos subir la producción, por ahora estamos solas en el mercado?, me dijo con el rostro iluminado’.
Desde que vino de la Bulgaria dominada por los soviéticos en los años ‘80, Adrián no se sentía tan animado por su negocio propio. ‘Vendía carne de cerdo o carnero, uno o dos animales a la semana, pero cada vez que venden picadillo, masa cárnica o huevos por la libreta de racionamiento bajan las compras y eso atrasa las ventas’, dijo y me enseñó el “Taller”. ‘Estudié tornería, esto es lo mío, con tres equipos que ponga a rodar será mejor que la compraventa de animales’, indica.
Ahora ha armado tres bicitaxis, los pintará en una dos semanas y los arrendará a cualquier buen hijo de vecino.
Hoy alquilan los portales para vender discos con películas, rompen las rejas y sacan mostradores que entorpecen las aceras, arman un timbiriche para vender flores, o se ponen a vocear cualquier mercancía. Es la nueva escenografía social cubana. En torno a ellos hay animosidad, falsos optimismos y una expectativa nunca antes vista. Unos miran los toros desde la barrera, otros se lanzan al ruedo antes que cierren las compuertas, pero para muchos no es una opción, sino salida ‘única’.
No creo que la liberalización de este tipo de fuerzas productivas sea el remedio del mal menor. Solo la libertad nos sacará del mal paso de medio siglo, pero este empeño de muchos me pone a pensarlos, a mirarlos, voy sin ojerizas hacia estas historias que me está contando mi entorno más cercano. Espero que a mis lectores no les molesten otros reportes que seguro vendrán en los primeros meses del 2011.
Ante el desempleo inminente o real, ¿qué puede hacer un pueblo que fue reconocido en los diversos confines por su laboriosidad y empeño.
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Arranca en Cuba el mayor proceso de eliminación de empleos públicos.
Mauricio Vicente, El Pais
Enero 5 de 2011
Desempleo o «reordenamiento laboral»; trabajadores «disponibles» o parados… como se le quiera llamar al proceso traumático que viene, es igual: para el Gobierno de Raúl Castro y para los 11 millones de cubanos, llegó el día D. Después de muchos preparativos, ayer arrancó oficialmente el mayor proceso de eliminación de empleos estatales de la historia de la revolución. Comenzó por los Ministerios de la Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y en el sector del Turismo; luego vendrán los demás. En los próximos seis meses desaparecerán 500.000 puestos de trabajo, primera fase de un plan para limpiar las «plantillas infladas» durante medio siglo de políticas igualitaristas. El propósito es que en los próximos tres años el Estado se deshaga de 1,3 millones de empleados y funcionarios, un 25% del total.
La reconversión es de calibre pesado, o al decir de un economista cubano, «digna de un ajuste del Fondo Monetario Internacional»: lo estipulado es que se compense a los trabajadores «sobrantes» a razón de un mes de salario por cada diez años trabajados, en algunos casos puntuales con alguna ayuda extra. El salario medio en Cuba es de unos 410 pesos cubanos (equivalente a 14 euros), y aunque mucha gente no puede vivir de su sueldo llega a fin de mes gracias a lo que «resuelve» en su centro laboral. «Es fácil de entender que salir fuera del circuito estatal representa saltar al vacío», señala un académico.
El Estado ya ha dicho que solo puede hacer una oferta de empleo, y no a todos, en sectores como el de la agricultura o la construcción. El que no acepte la propuesta ha de buscarse la vida como pueda en el sector privado o cooperativo, que ahora el Gobierno impulsará como alternativa al problema social que se avecina.
Según estimaciones oficiales, en 2011 se acabará definitivamente con 146.000 puestos de trabajo estatales y otros 351.000 funcionarios «pasarán a otras formas de empleo independiente». Se pretende que en los próximos meses 100.000 personas pasen a ejercer diferentes trabajos por cuenta propia y que para 2016 el 50% de los cubanos ya estén en el sector privado. Algo nada sencillo y que, de lograrse, supondrá un verdadero cambio estructural -y de mentalidad- en un país donde hasta ayer el 90% de la economía era controlada por el Estado.
Tema peliagudo es cómo y quién decide qué trabajadores se marchan. Cuba es quizás el único país del mundo en el que el sindicato único -la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)- toma partido activamente en este proceso y aconseja a la empresa qué trabajadores no son «idóneos» para seguir en determinado puesto. En cada centro laboral se ha creado una «comisión de expertos», integrada por entre cinco y siete personas, incluidas un representante de la CTC y de la administración, que hace la evaluación y propone a la dirección de la empresa u organismo la lista fatal. La decisión que tomen es inapelable.
Tensiones hay y considerables. En algunos hoteles e instalaciones turísticas, donde los empleos son muy apreciados -por el acceso a las divisas- y ya han comenzado los despidos, las discusiones entre la plantilla, el sindicato y el resto de los «factores» están siendo duras. El secretario general de la CTC, Salvador Mesa, ha pedido que las «comisiones de idoneidad» sean «verdaderos representantes de los trabajadores para evitar el favoritismo, el nepotismo, el paternalismo y la falta de profundidad en los análisis».
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".
1 Comentario para Despidos masivos indican agonía castrista.
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enero 6th, 2011 at 1:11 pm
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