Desorientación en la Ciudad de la Habana ante el paso de la tormenta tropical Paula

En la tarde del día de ayer la tormenta tropical Paula azotó a la ciudad de La Habana, luego de penetrar por un punto de la provincia de Pinar del Río.

Contrario a como ha ocurrido anteriormente, ante eventos meteorológicos de este tipo, se dieron las siguientes anomalías:

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A la hora en que la ciudad de La Habana recibía los fuertes vientos y torrenciales lluvias, la televisión cubana trasmitía una mesa redonda, iniciando la misma con un parte del Instituto de Meteorología, en los momentos donde los periodistas debían estar informando a la población lo que sucedía.
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Se pronosticó que pasaría por la ciudad de La Habana en horas de la madrugada, teniendo en cuenta su tránsito en 7 km. por hora.
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No se activó la televisión cubana con el consejo de defensa, a tenor de que lo más importante eran las lluvias, a pesar de lo cual no se vieron trabajadores de comunales destupiendo tragantes.
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No se dio permiso a los trabajadores para que fueran a sus casas, sorprendiendo a los mismos en sus puestos de trabajo o en tránsito a sus hogares.
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No pasaron los carros con altos parlantes anunciado que las fuertes lluvias podrían ocasionar inundaciones en los a apartamentos en bajo.
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A pesar de que era un pronóstico no se tuvo en cuenta que las aguas calientes del golfo de batabanó intensificarían los vientos, aunque no llegaron al máximo de tormenta tropical.
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La ciudad de la Habana se sorprendió cuando en horas de la tarde fuertes vientos y torrenciales aguas inundaban calles y penetraban en la parte baja de los edificios.
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No se dijo, por ningún medio de comunicación masiva, que la tormenta había aumentado la velocidad y que su paso por la capital sería en horas de la tarde.
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No se ha hecho pronunciamientos acerca del transporte, teniendo en cuenta las calles y avenidas seriamente afectadas, como calle 23, G, y 5ta. Avenida, entre otras.
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El noticiero de la mañana hizo referencia a que el 50 por ciento de la capital estaba sin luz, avenidas y calles intransitables por la caida de árboles, sin pronunciar una palabra sobre el estado del fondo habitacional de la capital, cuyo deterioro no resiste ni fuertes vientos ni abundantes lluvias.
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A pesar de que la mitad de la ciudad está sin luz, y que en los hogares el agua penetró –en mayor o menor medida por algún punto- el Ministerio de Educación no suspendió las clases.
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El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a pesar de que cientos de entidades laborales desde ayer carecen de fluido eléctrico no ha dado el día de hoy para la recuperación. Esperemos que no le descuente el salario a quienes falten a su centro laboral por esta causal.

Dra. Maybell Padilla