Condenados los culpables de la muerte de 26 enfermos el año pasado en Mazorra.

Los hechos ocurridos en el Hospital Psiquiátrico de La Habana en enero del 2010, volvieron a ser noticia cuando sus principales implicados fueron juzgados por la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de la capital, por los delitos de Abandono de Menores,  Incapacitados, y Desvalidos, así como de Malversación.

En el acto del juicio  oral y público, el fiscal solicito sanciones de privación de libertad de  entre 6 y 14 años para el director del Hospital Psiquiátrico de La Habana, los vicedirectores de las áreas de Psiquiatría, Clínico-Quirúrgica, Enfermería y Administrativa, y la especialista principal de dietética.

Mientras que por el delito de Malversación se solicitaron sanciones de privación de libertad entre 10 y 12 años para los restantes acusados, aunque el amplio articulo del periodista José de La Osa, publicado en el diario Granma del lunes 24 de enero, no precisó la cifra de acusados.

El Tribunal analizó numerosas pruebas documentales, y en una de las sesiones fue presentado un informe especial sobre los resultados de las investigaciones realizadas por la Comisión Nacional creada al efecto por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

El fiscal acusó a la dirección del hospital de negligente  ya que la misma contaba con la experiencia  y conocimientos necesarios; así como por poseer los recursos necesarios en sus almacenes, y no adoptar las medidas  adecuadas para proteger de manera debida a los pacientes hospitalizados, a pesar de tener conocimiento de las bajas temperaturas que habrían, producto del frente frío del 9 de enero de 2010; insistiéndose en que, en el  invierno  aumenta la cifra de muertes por enfermedades respiratorias.

Quedó expuesto que en el hospital se recibía una asignación de alimentos  por 2 458 camas, pero sólo estaban ocupadas 1 484, motivo por el cual no se justificaba que hubiesen pacientes desnutridos, con anemia y faltos de niveles vitamínicos.

Otro aspecto manifestado fue el incumplimiento del  Reglamento  General de Hospitales, en lo concerniente a la organización, cumplimiento, control e integración del trabajo asistencial, como era la no realización de entregas de guardia los fines de semana, la designación de Jefes de Guardia a quienes no pertenecían al Consejo de Dirección, entre otras indisciplinas laborales y de dirección.

Lo que dejaron de hacer fue vergonzoso y demostró falta de humanidad para quienes juran dedicarse a una profesión que  debe ser toda abnegación. Los locutores principales de los noticieros del mediodía y de la noche del lunes 24  sólo leyeron lo publicado por Granma.

La población aun siente indignación por lo ocurrido y se pregunta por qué no se publicaron imágenes del hecho en la prensa oficial como las que pasaron entre los internautas durante aquella penosa jornada, o se pasaron momentos del juicio “para verles la cara a esos descarados”- increpa una ama de casa en una panadería del municipio  Centro Habana.

Mientras un hombre joven que está cerca de ella sentencia que “Son unos asesinos. Ni en la cárcel van a pagar esas vidas, hacía ya mucho tiempo que la gente hablaba mal de Mazorra, eso no fue lo único que pasó allí”-resumió

Se esperaba una sentencia ejemplarizante y así fue. El juicio por el mayor escándalo de la salud pública cubana en la revolución castrista se saldó ayer con sentencias de entre 5 y 15 años de cárcel para los principales responsables de la muerte de al menos 26 pacientes en el Hospital Psiquiátrico de La Habana.

Se esperaba una sentencia ejemplarizante y así fue. El juicio por el mayor escándalo de la salud pública cubana en la revolución castrista se saldó ayer con sentencias de entre 5 y 15 años de cárcel para los principales responsables de la muerte de al menos 26 pacientes en el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Los hechos ocurrieron en enero de 2010, durante una ola de frío que azotó la isla. Las muertes de los enfermos psiquiátricos conmocionaron al país al darse a conocer la precaria situación y el abandono en que se encontraban y la situación de corrupción generalizada que reinaba en la institución, que durante décadas fue símbolo del sistema de salud gratuito y universal de Cuba.

En el caso del director del hospital, Wilfredo Castillo Donate, el Tribunal Provincial de La Habana elevó en un año la petición fiscal, que era de 14 años de privación de libertad. En total, 13 personas han sido condenadas a severas penas de cárcel, además de imponerse multas y sanciones administrativas a diversos trabajadores del hospital.

Junto a Castillo Donate, el tribunal condenó a 14 años de prisión a Roberto Maza Izquierdo, vicedirector administrativo del centro, y a 12 años a Josefina Díaz Arango, especialista principal de Dietética, todos acusados de los delitos de «abandono de incapacitados y desvalidos» y «malversación». A los dos primeros se les aplicó además, como sanción accesoria, la prohibición del ejercicio de la profesión por igual tiempo que la pena fijada. También fueron sentenciados a penas de entre 7 y 10 años por los mismos delitos los tres principales directivos de las áreas Clínico-Quirúrgica, Enfermería, Psiquiatría.

Durante el juicio, que duró cinco días y convocó a 70 testigos y peritos, quedó demostrado que numerosos trabajadores del centro estaban implicados desde hacía años en el robo de alimentos, mantas y abrigos destinados a los enfermos. Algunos de los pabellones y dormitorios estaban sin ventanas y lo que predominaba era la dejadez y el descuido, todo lo cual fue determinante en la muerte de los pacientes -casi todos enfermos crónicos de avanzada edad- cuando la isla fue azotada el año pasado por una ola de frío. No es casualidad que fueran condenados a severas penas de privación de libertad de entre 5 y 10 años de cárcel los responsables del almacén, abastecimientos, la nevera central y la cocina.

El diario oficial Granma admitió, al dar detalles del juicio, que una evaluación clínica reveló signos de «desnutrición y un elevado número de diagnósticos de anemia y niveles deficientes de vitaminas» entre los fallecidos, lo que «no se justificaba», pues el hospital recibía alimentos para 2.458 camas y su ocupación promedio era de 1.484.