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29 Nov 2010Convergencia i Unió aparcó el lunes la resaca de su victoria electoral en Cataluña, que supuso una rotunda derrota del tripartito encabezado por los socialistas, centrándose en las medidas de austeridad que prevé aplicar en medio de una profunda crisis económica.
Los nacionalistas catalanes, que volverán a la Generalitat tras siete años de gobiernos de coalición, quieren trasmitir confianza para apuntalar la imagen de Cataluña y de España, y lo harán reduciendo el tamaño del Gobierno.
CiU se prepara para gobernar Cataluña reduciendo consejerías
Convergencia i Unió aparcó el lunes la resaca de su victoria electoral en Cataluña, que supuso una rotunda derrota del tripartito encabezado por los socialistas, centrándose en las medidas de austeridad que prevé aplicar en medio de una profunda crisis económica.
Los nacionalistas catalanes, que volverán a la Generalitat tras siete años de gobiernos de coalición, quieren trasmitir confianza para apuntalar la imagen de Cataluña y de España, y lo harán reduciendo el tamaño del Gobierno.
«La primera medida va a ser de austeridad, que es lo que hay que hacer en estos momentos por la situación económica de Cataluña y de España, reduciendo el número de consejerías, direcciones generales, secretarías generales y organismos públicos. Esto tiene que ayudar a transmitir confianza», declaró a RNE el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados Josep Antoni Durán i Lleida.
España se encuentra inmersa en una crisis que mantiene estancada la economía y a uno de cada cinco españoles en el paro – una cifra que se sitúa en el 17,4 por ciento en Cataluña, una de las comunidades autónomas más ricas pero que cuenta con el déficit público regional más elevado.
Otra de la medidas del futuro Gobierno catalán será crear confianza hacia los emprendedores, los autónomos y los pequeños y medianos empresarios, con el objetivo de generar empleo, así como eliminar el impuesto de sucesiones, que ya no se aplica en otros puntos del territorio español, agregó Durán i Lleida.
Con el escrutinio cerrado y una participación de casi el 60 por ciento – un cuatro por ciento más que en 2006 -, el partido nacionalista de centroderecha que dirige Artur Mas logró un salto importante hasta los 62 escaños, a seis de la mayoría absoluta en el Parlamento catalán y 14 más que hace cuatro años.
Esta cifra casi dobla la del Partido Socialista catalán, que perdió nueve escaños y se quedó en 28, lo que supone una de las mayores distancias entre los dos grandes partidos catalanes. El presidente de la Generalitat en funciones, José Montilla, que ya había anunciado que no repetiría como candidato, dijo en la noche electoral que también dejaría el liderazgo del partido en la región.
CiU, que ha gobernado 23 de los 30 años de autonomía catalana, ha sabido aprovechar el descontento con la gestión del tripartito, plagada de polémicas y divisiones y marcada por el Estatuto de autonomía, algunos de cuyos elementos más simbólicos fueron anulados por el Tribunal Constitucional en su sentencia de este verano.
En unas elecciones que podrían tener una influencia en la política nacional, a un año y medio de las próximas elecciones generales, el ex ministro de Trabajo Celestino Corbacho, tercero en las listas del PSC, dijo que su partido en la sede nacional de Ferraz debería analizar su parte de responsabilidad en la derrota.
«El PSOE haría mal simplemente pasar de puntillas en el análisis. Hay cosas en las ellos que no tienen ninguna responsabilidad porque son unas elecciones autonómicas pero (…) el tema del Estatuto, los temas pendientes de traspasos y todos estos temas creo que ahí estaban presentes», declaró en RNE.
Los socialistas catalanes tendrán que emprender un proceso de renovación interna y de elección de nuevo líder que podría retrasarse hasta después de las elecciones municipales de mayo, en las que el peor escenario para ellos sería perder la alcaldía de Barcelona, en manos del PSC desde la reinstauración de la democracia.
DERROTA DE ERC, SUBE EL PP
El primero que hizo una lectura nacional de los resultados fue el Partido Popular (PP), que logró su mejor resultado en Cataluña con 18 escaños, cuatro más que en 2006. El PP encabeza los sondeos en España con entre ocho y 13 puntos sobre los socialistas.
«Si el PP de Cataluña salía fortalecido, como hemos salido incluso mucho más de lo esperado, era un indicador de que Mariano Rajoy iniciaba el camino a la Moncloa, que los catalanes estaban pidiendo este cambio en España y desde luego que la debilidad del señor (presidente del Gobierno José Luis Rodríguez) Zapatero es más que evidente, como se ha visto en la situación en la que ha quedado el PSC», declaró en RNE la líder popular catalana Alicia Sánchez- Camacho.
Otros de los socios del tripartito, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) perdió más de la mitad de sus escaños, de 21 a diez, mientras que el tercer partido en el Gobierno, los ecologistas de izquierdas (Iniciativa per Catalunya- Verds – Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUA) tuvieron dos representantes menos.
Tanto desde el PP como desde Esquerra se abrió la puerta a posibles negociaciones con CiU, aunque los nacionalistas moderados han dicho que tratarán de gobernar solos únicamente con apoyos puntuales.
El voto independentista se fue para la sorpresa electoral, el partido del ex presidente del Barcelona Joan Laporta, Solidaritat Catalana per la Independencia (SI), que sacó algo más 100.000 votos y cuatro diputados.
Ciutadans, que consiguió representación parlamentaria por primera vez en las últimas elecciones autonómicas, mantuvo sus tres escaños, aunque con 3.000 votos y 0,12 por ciento más de apoyo que la formación de Laporta.
Tras la efervescencia electoral, Cataluña tendrá el lunes una segunda noche de pasión, con el clásico en el Camp Nou entre el Barcelona y el Real Madrid, segundo y primero en la Liga, respectivamente.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".