¿Autopsia blanca en Santa Clara?

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13 May 2011

De la ausencia de necropsia se percata cualquiera medianamente entendido: basta leer la primera nota oficial publicada por el periódico Granma: «Las pruebas patológicas practicadas al occiso, arrojaron una muerte de tipo natural, estableciéndose como causa preliminar: ‘shock multifactorial por fallo multiorgánico, debido a una pancreatitis’. No se observaron signos de violencia internos o externos». ¿Por qué, entonces, las declaraciones de un forense este jueves?



¿Autopsia blanca en Santa Clara?

Juan Wilfredo Soto

Alberto Méndez Castelló. Las Tunas, mayo 13 de 2011

Si el régimen notificó una ‘muerte de tipo natural’ en el caso de Soto García, ¿por qué habló más tarde de necropsia?

Por paradójico que parezca, el cadáver del disidente Juan Wilfredo Soto García no fue sometido a examen médico forense.

De la ausencia de necropsia se percata cualquiera medianamente entendido: basta leer la primera nota oficial publicada por el periódico Granma: «Las pruebas patológicas practicadas al occiso, arrojaron una muerte de tipo natural, estableciéndose como causa preliminar: ‘shock multifactorial por fallo multiorgánico, debido a una pancreatitis’. No se observaron signos de violencia internos o externos». ¿Por qué, entonces, las declaraciones de un forense este jueves?

Debió resultar obvio a las autoridades que el fallecimiento de Soto García, conocido como «El Estudiante», ocurrido 72 horas después de su detención en el céntrico Parque Vidal —a 300 km de La Habana, pero a segundos de Madrid o Nueva York, Twitter de por medio—, se convertiría en noticia de primera plana, dado que medio mundo está pendiente hoy de lo que ocurre en Cuba en materia de derechos humanos.

Así, cabe una pregunta: ¿Quiere en realidad el Gobierno el entendimiento con Europa y Estados Unidos, o persiste en mostrar su imagen de plaza sitiada?

Si quisiera el entendimiento, habría evitado poner su credibilidad en entredicho, cumpliendo con su propia Ley de Procedimiento Penal y no actuando como quien encubre un delito de lesiones del que resultaría un homicidio. Según articula el ordinal 142 de la Ley de Procedimiento Penal:

«Para que el proceso penal tenga lugar por causa de muerte violenta o sospechosa de un acto delictivo, se procederá a la necropsia del cadáver por médicos forenses quienes, después de describir esa operación, informarán sobre las causas del fallecimiento y sus circunstancias».

«Cuando el fallecimiento a que se refiere el párrafo anterior haya ocurrido en un centro asistencial, se avisará inmediatamente al instructor para que designe los médicos forenses que deben practicar la necropsia».

Pero si el Gobierno notificó pruebas patológicas, ¿por qué habló el jueves de necropsia?

Cercano en tiempo y contexto al de Orlando Zapata Tamayo, el fallecimiento de Soto García inexorablemente derivaría en consecuencias sociales y jurídicas nacionales e internacionales, por lo que, amén del auxilio de la Anatomía Patológica, debió esclarecerse desde el punto de vista tanatológico; esto es, el estudio de la muerte y el cadáver relacionado con un presunto delito.

¿Fallan otra vez las autoridades al apreciar una situación, o simplemente están cumpliendo su cometido de pensar las relaciones Cuba-EE UU-Unión Europea? Si así fuera, las propias autoridades deberían aplicarse la Ley 88.

Cuando se trata de fallecimientos que no envuelven problemas judiciales, menos aún sociológicos y de derecho internacional, es cierto, se realizan autopsias clínicas destinadas más a averiguar las enfermedades de un sujeto y cómo estas le propiciaron la muerte, que a descubrir un delito.

En el caso de Soto García, técnicamente el Gobierno ha notificado una autopsia blanca en la que no se han encontrado causas de muerte violenta. Pero la autopsia blanca es un arma de doble filo en las muertes imprevistas, si  estamos hablando ajustados a derecho, pues puede sugerir, como en este caso, una muerte por inhibición en lugar de una muerte natural.

La muerte por inhibición recuerda al asesinato perfecto. Se produce por la detención brusca de los órganos cerebrales superiores provocada por estímulos intensos que pueden ser emocionales dolorosos.

El pasado año Soto García declaró, y un periodista lo grabó, encontrarse bajo presión policial, imputando a las autoridades su posible muerte. Hoy está muerto y el Gobierno, en lugar de esclarecer el asunto, trata de defenderse como un chico malcriado o, peor, como un mal abogado, sin sustanciar su defensa.

Que los resultados de la autopsia clínica son preliminares, según la primera nota oficial, huele a pura hojarasca.

La muerte lenta como acepción forense tiene pocos asideros en el caso Soto García. En Medicina Legal, la muerte lenta se produce tras una enfermedad prolongada que va agotando las reservas de glucosa almacenadas en el hígado. Sabido es que en el páncreas se produce la insulina que limita la cantidad de glucosa en la sangre.

Puesto que ya se anunció una pancreatitis, ahora solo queda esperar un informe de laboratorio o del Gobierno notificando la disminución del glicógeno hepático en el fallecido, sustentando así la muerte natural. Pero, por ahora, redoblan las campanas por una presunta muerte por inhibición.

¿Es el caso Soto García escandaloso a la luz del Derecho Penal cubano? En honor a la verdad, no. Solo un ejemplo para no agotar la paciencia del lector:

Harold Brito Parra —a quien también podríamos llamar «El Estudiante» por lo temprano que inició sus estancias en prisión— falleció este febrero, siendo un recluso de la prisión provincial de Las Tunas, en el Hospital Ernesto Che Guevara…, esposado.

Luego, en Cuba, las muertes como la de Soto García solo son noticia gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, pues son algo poco menos que cotidiano desde hace más de medio siglo. Quien espera cambios en Cuba, de una vez y por todas debería entenderlo y, por supuesto, de una vez y por todas, condenarlo.

Fariñas: El gobierno usa a una enferma mental para tapar el asesinato de Soto García

Diario de Cuba (DDC).Santa Clara, mayo 12 de 2011

Pide que la comunidad internacional facilite el asilo político a los familiares, ‘para que puedan salir del país y contar la verdad’.

El opositor Guillermo Fariñas acusó este jueves al Gobierno de utilizar a una enferma mental para tapar el asesinato de Juan Wilfredo Soto García y refutó las teorías publicadas hoy en el diario oficial Granma.

«En Santa Clara todo el mundo sabe que Rosa Soto García tiene trastornos psiquiátricos desde que era adolescente», afirmó Fariñas en declaraciones a DIARIO DE CUBA.

«Es lamentable que el Gobierno utilice a esa señora para estas cosas», añadió.

Rosa Soto García habría dicho que éste llevaba «una vida muy desordenada y no cumplía las indicaciones» de los médicos.

«Eso de que lo golpearon es una gran mentira. No tenía ninguna marca de golpeadura, todo es un invento de la propaganda contrarrevolucionaria. Estamos muy dolidos con esta campaña que se ha formado, causante de un gran dolor en la familia», declaró la mujer, de acuerdo con Granma.

Sobre el resto de los testimoniantes, el periodista dijo todos sabían lo que le sucedería al estudiante de derecho Yasmil Pérez Rodríguez si contaba la verdad, en un país en el que sólo los «revolucionarios» pueden acceder a la universidad.

Fariñas señaló que el vendedor de flores Jorge Álvarez Cabrera, citado hoy por Granma, es un ex militar devenido agente de la Seguridad del Estado.

«Llama la atención que no están los testimonios de los hijos de Juan Wilfredo», apuntó el periodista, quien dijo haber hablado con ellos la víspera, lo que «desmiente» la acusación de Rosa Soto sobre una supuesta expulsión de disidentes del cementerio por parte de los descendientes del fallecido.

«Nos fuimos una vez terminó la despedida de duelo y dejamos a los familiares en la intimidad», señaló.

‘Comisión internacional y asilo para la familia’

El periodista, Premio Sajarov de los Derechos Humanos 2010, dijo que si el régimen estaba tan seguro de sus planteamientos, debería aceptar la participación de una «comisión internacional de forenses» para investigar las causas de la muerte de Soto García.

Fariñas pidió a la Organización de Estados Americanos y a la Unión Europea que faciliten el estatus de asilo político para los familiares del fallecido, «para que puedan salir del país y contar la verdad, con seguridad para sus vidas».

El miércoles, Héctor Bermúdez Santana, el disidente que acompañó a Soto desde el hospital hasta su casa, antes de que se agravara su salud, fue agredido con una «pedrada en la cabeza».

Granma publicó este jueves declaraciones de familiares de Juan Wilfredo Soto García destinadas a apuntalar su versión de que el disidente murió por «causas naturales».

Como es norma en los medios de la Isla (todos controlados por el gobierno), Granma no incluyó entrevistas con personas que pudieran aportar informaciones contrarias a sus intereses, como disidentes y otros testigos que aseguran que Soto García, un hombre muy enfermo, recibió una golpiza de la Policía tres días antes de morir.

El periódico del Partido Comunista dijo que la muerte del opositor es «objeto de manipulación por parte de las transnacionales de la desinformación» que realizan una «grosera agresión mediática».


Organización Mundial contra la Tortura exige una ‘investigación inmediata’

Diario de Cuba (DDC). Ginebra

La entidad insta a encontrar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales de los hechos.

La Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) expresó el miércoles en una carta abierta a Raúl Castro su «preocupación» por las circunstancias del fallecimiento del disidente Juan Wilfredo Soto García y exigió una «investigación inmediata e independiente».

«Es importante señalar que la OMCT ha conocido que el Sr. Juan Wilfredo Soto García ha sufrido de diabetes, gota, que presentaba problemas circulatorios y cardiacos y también que él había sufrido un infarto en el pasado», señaló el secretario general de la entidad, Eric Sottas.

La misiva a Raúl Castro afirma que, sin embargo, a la OMCT le «preocupa» que, según las informaciones recibidas, su fallecimiento «habría sido provocado por los serios daños causados en el páncreas consecuentemente a los golpes recibidos durante su arresto ocurrido dos días antes».

La OMCT afirma que la «violenta golpiza» contra Soto García «puede ser considerada como trato inhumano y degradante», por lo que solicita a Raúl Castro que «ordene las instrucciones necesarias para que se lleve a cabo una investigación inmediata, independiente, competente, exhaustiva e imparcial».

La entidad exige «encontrar a los responsables materiales e intelectuales de estos graves hechos, que los resultados (…) se hagan públicos y que les sean aplicadas a los culpables las sanciones previstas por la ley, con el fin de que estos hechos no queden en la impunidad».

La OMCT manifiesta también su preocupación por la «seguridad y por la integridad personal» de todos los disidentes y opositores políticos y solicita a Castro que dé las «instrucciones necesarias (…) para que cesen los hostigamientos en contra de quienes apoyan y acompañan la lucha por cambios democráticos en la isla».

Juan Wilfredo Soto García, de 46 años, murió en la madrugada del domingo en Santa Clara, víctima de un paro respiratorio provocado por una brutal golpiza que recibió el jueves.

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Acerca de este Blog

Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".

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