(Por Aimée Cabrera) Este 28 de enero se cumple un aniversario más del nacimiento del hombre más ilustre de Cuba: José Martí Pérez. Ya hace 158 años que viera la luz quien, desde su infancia dio muestras de una sinceridad que rallaba en la valentía, el que maduró antes de edad, para imponer sus ideales […]
(Por Aimée Cabrera) Este 28 de enero se cumple un aniversario más del nacimiento del hombre más ilustre de Cuba: José Martí Pérez. Ya hace 158 años que viera la luz quien, desde su infancia dio muestras de una sinceridad que rallaba en la valentía, el que maduró antes de edad, para imponer sus ideales patrios, el que siempre consideró a la amistad, como premisa fundamental.
Una serie de actividades se han realizado en su patria, como es habitual cuando se acerca tan memorable efeméride, aunque es evidente que, se trata de manipular su imagen para imponer la continuidad de un proceso asfixiante y centralista, el cual está bien lejos de mostrar la libertad que irradia el pensamiento y la obra del Apóstol.
Este año se hará una marcha en la que participarán estudiantes y pueblo en general, y terminará la misma en el Parque Central, donde el dúo Buena Fe dará un concierto.
En estos días también se ha proyectado el filme dirigido por Fernando Pérez “El Ojo del Canario” en el que se describe la adolescencia de José Martí, la que tuvo lugar en un momento de gran tensión para la Isla colonizada, el cual incidió de igual manera en la propia vida de quien es considerado aún, el cubano más universal.
Mirtha tiene 67 años, fue maestra del nivel primario por más de 30 años, es madre de 2 hijos quienes le han dado cuatro nietos. Ella reflexiona sobre el poco cuidado que ponen los maestros y educadores para dar a conocer la historia de Cuba y sus principales personajes.
La familia también pone poco asunto en el tema, y recuerda como «cuando era niña teníamos un lugarcito de la casa donde teníamos una bandera y un busto de Martí La bandera la hicimos entre todos con retazos de tela, mamá le dio los toques finales».
Y continúa: «Mamá tenía rosas blancas en el portal, nunca faltaba una al lado del Apóstol. Mis hermanos y yo recitábamos Los Zapaticos de Rosa o los Versos Sencillos, también escenificábamos Nené Traviesa o La Muñeca Negra. Otros niños de la cuadra participaban con nosotros. Aún quedaban personas vivas que nos contaban anécdotas de las guerras de independencia y de los patriotas más queridos, eran como libros abiertos».
«Ahora la vida es muy aprisa, la gente anda corriendo, los niños saben apenas lo que aparece en los libros de texto, sus padres están al tanto de otras cosas. Yo lo sé porque cuando trato de inculcarles a mis nietos todo lo que aprendí de niña, me escuchan por respeto, pero nada más se interesan por sus entretenimientos»- concluye.
Es una jornada de trabajo y escuela, la tarde llega a su fin, dos adolescentes vestidos de uniforme de preuniversitario se acercan a la entrada de La Fragua Martiana y tratan de mirar a través del cristal de la puerta con visible interés. Ellos llevan sus mochilas a la espalda y van cogidos de la mano; se detienen y preguntan a unos vecinos, cómo pueden visitar la institución.
Dicen sentirse motivados después de haber visto la película antes mencionada y el joven declara: «queremos saber más sobre Martí, de cuando era joven, de sus padres y hermanas, su esposa y su hijo, para nosotros él es más que un héroe, lo sentimos parte nuestra».
La adolescente asiente y los cuestionados se quedan sorprendidos de saber qué opina la pareja Estos jóvenes son el reflejo de tantos otros que tratan de vivir a la altura de un tiempo diferente al que rigió de manera impositiva para las generaciones que les precedieron.
Ellos parecen admirar la sinceridad, los principios y la moral intachables que caracterizaron a José Martí, digno ejemplo a seguir por quienes han impuesto nuevas figuras que nunca desplazarán a quienes, como él, son los verdaderos héroes de la nación.
Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC)
Somos un sindicato independiente y punible. Realizamos nuestro trabajo en condiciones extremadamente difíciles. Nuestro objetivo es preparar a la clase obrera cubana en el conocimiento de sus derechos y la forma de exigirlos a las administraciones, a la vez que formar a nuestra membresía en los valores de un sindicalismo libre, donde cada cual tenga derecho a afiliarse al sindicato de su preferencia, sin ataduras ni oficialismo.
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".