Ángel Moya denuncia ‘torturas’ durante una detención en La Habana

El disidente dijo que un efectivo de la Seguridad le puso una almohada en la cara para simular asfixia. Una decena de opositores fueron arrestados para evitar una actividad pública.

Varios disidentes fueron detenidos el jueves por la mañana en el barrio habanero del Vedado cuando se dirigían a una «actividad pacífica» para homenajear a los presos políticos fallecidos en huelga de hambre Pedro Luis Boitel y Orlando Zapata Tamayo, y a Juan Wilfredo Soto García, quien murió el domingo pasado tras una golpiza de la Policía.

Ángel Moya Acosta, uno de los miembro del Grupo de los 75 que se negó a abandonar el país como condición para ser excarcelado, denunció a DIARIO DE CUBA que fue «violentamente» introducido en un auto a las 10:30 de la mañana, en 25 y K, «esposado con las manos a la espalda (…) y puesto bocabajo en un asiento».

«No conformes, uno de los oficiales se sentó encima de mis manos, encajándome las esposas en la espalda y provocándome fuertes dolores en la columna y en las manos», añadió Moya, e indicó que está operado de hernia discal.

«Un segundo oficial, llamado Camilo, que se ha destacado en los últimos tiempos por reprimir, golpear con total impunidad a hombres y mujeres pacíficos que (…) promueven los derechos humanos, me empezó a colocar una almohada en el rostro para simular asfixia» y «lo repitió varias veces  durante el trayecto hacia una unidad de la Policía de Guanabacoa», relató el opositor.

Agregó que estuvo en una celda hasta las 3:10 de la tarde, cuando fue liberado. «El oficial Camilo me dijo que eso era lo que me tocaba y que, en el futuro, podían hacerme peores cosas. Otro oficial me dijo con sutileza que continuar con mis actividades podía tener consecuencias graves».

Moya dijo que los disidentes planeaban realizar una «actividad cívica, pública y pacífica» enmarcada en «la jornada Boitel-Zapata Vive».

El objetivo, explicó, era «hablar a los transeúntes» sobres las figuras de Boitel y Zapata, distribuir imágenes de ambos y del «recientemente asesinado activista de derechos humanos Juan Wilfredo Soto García».

Durante la detención, «hubo un oficial que me hizo saber que todos los que tenían intenciones de participar en este acto cívico habían sido arrestados», afirmó.

El ex preso político Jorge Luis García Pérez (Antúnez) dijo en declaraciones a Radio Martí que los otros detenidos son Heriberto Liranza Romero, los hermanos Yunier y Pedro Arena, Carlos Alexander Borrego, Julio César Peña, Sergio García, Inés Antonia Quesada y Leyvis Quesada.

Moya dijo que, tras ser liberado, fue un hospital para recibir atención médica por laceraciones que dejaron las esposas en sus manos.

«El médico me dijo que no podía proceder a certificar las laceraciones que tengo en las muñecas y a un examen de la inflamación de mis manos porque se requería para eso una orden judicial», afirmó.

«Este funcionario de la Salud violó así la ética médica y la puso al servicio de las fuerzas represivas», consideró, y tachó de «cómplice» la conducta de algunos médicos.

El opositor hizo un llamado a Naciones Unidas y organismos que monitorean las denuncias por torturas para que tengan en cuenta los «tratos crueles, inhumanos y degradantes» contra los disidentes detenidos en la Isla.

«El régimen cubano ha ordenado a sus efectivos represores emplear la violencia y métodos de tortura contra los arrestados», advirtió. Señaló que «en otros casos» los efectivos de la seguridad «han empleado contra opositores pacíficos una sábana para simular también ahogamiento».

«Mientras continúen existiendo leyes antidemocráticas en Cuba seguirá la represión contra el pueblo y la oposición, puesto que estas leyes —la Constitución, el Código Penal y otras— están diseñadas para amparar la conducta criminal y represiva de los efectivos de la Seguridad del Estado», dijo Moya.

Responsabilizó a Raúl Castro y a la Seguridad del Estado de lo que pueda ocurrirle a él y su familia.