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30 Oct 2010Los artistas cubanos en el exilio se enfrentan a grandes dificultades para acceder al mercado mundial del arte al quedar sus obras relegadas a un segundo plano, según coincidieron este jueves varios expertos en Miami, informó EFE.
A los cubanos en la diáspora los persigue el estigma castrista
Los artistas en el exilio enfrentan dificultades para acceder al mercado mundial
El Miami Dade College organiza un evento sobre el tema.
Los artistas cubanos en el exilio se enfrentan a grandes dificultades para acceder al mercado mundial del arte al quedar sus obras relegadas a un segundo plano, según coincidieron este jueves varios expertos en Miami, informó EFE.
El seminario, titulado «Moviéndose adelante» y organizado por el Miami Dade College (MDC), ofrece una perspectiva del trabajo de los artistas fuera de la Isla en las décadas de los 60, 70, 80 y 90 y examina las razones por las que su obra quedó desdibujada y arrinconada.
«El problema es que la obra de los artistas que se fueron de Cuba no es considerada más como arte cubano por el mercado internacional, por los comisarios de exposiciones, marchantes y directores de museos», dijo a EFE Alfredo Triff, profesor de Filosofía del MDC.
Esto supone un hándicap muy desventajoso para los artistas cubanos de la diáspora «etiquetados» que viven una suerte de «sutil ostracismo», quizá «porque al abandonar la isla parece que resultan ya un poco incómodos», precisó Triff.
Y es que, prosiguió, «existe un gran mercado del llamado arte cubano que viene de la isla (…) y la revolución cubana tiene una cara cultural muy fuerte».
Por ello, se da el hecho de que artistas plásticos muy conocidos en la década de los 80 del siglo pasado vieron «cómo sus carreras profesionales desaparecían cuando salieron» de la Isla y su obra era ignorada. Aludió, en ese sentido, al «fuerte apadrinamiento» con que cuentan los artistas en Cuba y que pierden una vez que abandonan la Isla.
Al dejar la Isla, «ya no son invitados como artistas cubanos» a las bienales y exposiciones y «les cuesta mucho trabajo relanzar sus carreras», apunto Triff, moderador del seminario.
Fue éste el caso, explicó, de dos grandes artistas de la diáspora cubana: Arturo Cuenca (Holguín, 1955) y Tomas Esson (La Habana, 1963), dos casos entre más de una veintena de creadores a los que «les ha costado mucho trabajo reintegrarse» en el mercado del arte.
En su opinión, los creadores en el exilio «pierden ese grado de institucionalización y el artista está ya solo».
Se trata de un hecho casi «geopolítico y estético» en el que «Cuba se ve muy bien en las grandes bienales internacionales, ya que el arte cubano es de gran calidad».
Lo cierto es que la situación ha cambiado en la última década y hoy, al ser el «arte global en un mercado global», se ha producido una «homogeneización del discurso artístico y estético» y se registran iguales tendencias en los creadores cubanos en el exilio o en la Isla.
«El arte cubano peregrino no se puede diferenciar hoy del que se realiza en la isla. Lo que hay es un lenguaje común con muchas voces», puntualizó.
En ese sentido, destacó la personalidad de la obra de José Bedia (La Habana, 1959), considerado uno de los artistas más destacados de la «Generación de los 80 en Cuba», aunque emigró a México en 1991 y a Estados Unidos en 1993, donde actualmente vive y trabaja, en Miami.
Bedia ha confesado que salió de la Isla «por un estado de insatisfacción personal sobre una situación nacional que no veía salida», aunque ha asegurado que sigue «pendiente y vinculado» a su cultura.
En el seminario participan Roc Laseca, crítico de arte español; Andrea O’Reilly Herrera, profesora de Literatura y directora de Estudios Éticos de la Universidad de Colorado; Gustavo Valdés, comisario de arte de Nueva York, y Ricardo Viera, director de las Galerías de Arte de la Universidad Lehigh de Pensilvania.
La celebración de este seminario es un primer paso para la creación de un archivo de digitalización visual de imágenes que ofrezcan una perspectiva de la evolución del arte cubano de la diáspora.
Miami
Octubre 28 de 2010
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¿Dentro o fuera?
Hagamos un ejercicio de imaginación.
¿Se imaginan a Cristiano Ronaldo jugando con la camiseta Española en el mundial de fútbol?
¿Se imaginan a Cesc Fábregas jugando en el mundial de fútbol con la camiseta inglesa?
¿O al dicharachero portero Pepe Reina con la misma camiseta que Cesc?
No, ¿verdad?, sería ilógico.
Bueno pues en Cuba la lógica parece brillar por su ausencia, hoy la dictadura Cubana en la ONU ha lanzado una protesta por el “robo” de atletas de países subdesarrollados, yo me pregunto: ¿que impide a los deportistas cubanos que han optado por el profesionalismo representar los colores de su bandera?, la respuesta podría sorprender a quienes desconocen del tema, pero no a los cubanos, es el propio régimen quien lo impide.
Como si regresáramos a la época de la esclavitud ahora la dictadura alude que le roban atletas, como si el robo de personas existiera, como si esos deportistas jugaran por dinero por obligación, o porque les han secuestrados.
Es la prueba palpable de la falta de libertad en la isla a tal punto que el propio estado reclama como suyo a las personas, es lo que pasa cuando la política y el deporte van tan de la mano como ocurre en la isla caribeña.
Los deportistas cubanos que se quedan lo hacen por decisión propia, estoy seguro que les gustaría representar su país, pero su país se lo niega, como si fueran traidores, cuando no son más que deportistas.
El colmo de la hipocresía llega cuando el propio régimen saca provecho económico de “sus” deportistas mandándolos a certámenes con premios en metálico que luego recaudan dando una limosna a quien consiguió el premio. ¿No será eso lo que le molesta a los Castros?
Pedro Pablo Álvarez Ramos es ex-preso de conciencia de la Primavera Negra de 2003, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) y miembro del grupo gestor "Proyecto Varela".