Cuánto dolor y sufrimiento se hubiera ahorrado nuestro sufrido pueblo, de haber existido el buen juicio y el interés de los que dirigen los destinos de la Nación cubana. Si de verdad lo que quieren es garantizar un futuro de prosperidad y desarrollo a todos los cubanos por igual, este es el momento donde los encargados de tomar las decisiones en Cuba, tienen la oportunidad de al menos allanar el delicado camino de una transición, que conduzca a nuestra Patria por el sendero de la Paz y el reencuentro de todos sus hijos.

El PSOE debe decidir si apoya a los Demócratas cubanos, víctima de una vil y sistemática campaña de exterminio o si continua siendo aliado de la dictadura. El Gobierno español cerró las puertas de su embajada a los opositores cubanos, sin interesarle para nada el sufrimiento de los pacíficos luchadores por la libertad y los Derechos Humanos del pueblo de Cuba. Ellos saben y están consciente de las canalladas que cometen los que hoy siguen manteniendo su intransigencia a conducir el País por los cause de una verdadera democracia, sin embargo siguen tirándole paños tibios, sin atreverse a tomar partido al lado de las víctimas.

Las críticas al gobierno socialista español no se hicieron esperar, por su ataque a la «posición común» y en favor de un acuerdo complaciente y cómplice con la dictadura castrista. La posición que tomo el presidente José Luis Zapatero, de cerrar las puertas de la embajada española en la Habana a los demócratas cubanos, aisló y debilito al movimiento cívico dentro del País, fortaleciendo y envalentonando a la Tiranía en sus empeños de exterminar a la oposición pacifica cubana.